Bilbao - El juego del Athletic, plano y con muy poca profundidad salvo en los minutos finales del encuentro, cuando tiró más de corazón que de cabeza para buscar el empate ante un Osasuna muy bien cerrado cerca de su área, no ayudó a que la afición se animara. La grada no encontró alicientes suficientes como para llevar en volandas a los suyos. Hubo confraternización entre ambas parroquias, como es costumbre en los derbis ante Osasuna, aunque la hinchada rojiblanca, como parece inevitable, tiene la cabeza en Granada y mira ya de reojo a la final de Copa del próximo 18 de abril.

Aprovechando el acuerdo firmado entre los clubes vascos por el que se intercambian las entradas del derbi a 25 euros, más de medio millar de aficionados rojillos acompañaron a su equipo en su regreso a San Mamés dos largos años después y ellos sí, pudieron disfrutar con la victoria de su equipo. - A. M.