bilbao - El plan de choque que aplicó Gaizka Garitano para desactivar al Barça funcionó de maravilla y solo faltó la guinda del gol que debería haber supuesto una victoria de la que se hizo acreedor el Athletic por ocasiones y por una lectura del partido excelente, una semana después, curiosamente, de decepcionar en el derbi de Anoeta. El derioztarra hizo un guiño a Eduardo Berizzo, del que copió la fórmula que el argentino activó en el Camp Nou en la primera vuelta. Mismo once, salvo en la portería, mismo dibujo táctico, con matices propios, y una actitud competitiva muy similar. Por lo menos, lo positivo de la era Berizzo afloró anoche, por lo que el Athletic presume de que este curso no conocerá derrota alguna frente el Barça, algo que no sucedía desde la ya lejana campaña 1987-88, aunque en esta ocasión echará de menos en sus duelos ante los de Ernesto Valverde una cosecha que quizá ha debido ser mayor.

El Athletic rescató al viejo Athletic para avisar a todo equipo que pase por San Mamés de la dificultad que entraña ganar en La Catedral, por lo menos con Garitano en el banquillo. El entrenador vizcaino ha dotado a su equipo de un gen competitivo que le permite protegerse en un juego solidario y poderoso en el concepto defensivo, del que dio muestra con creces ante el mismísimo líder de la liga. Los Messi, Luis Suárez, Coutinho y compañía se sintieron incómodos como nunca, lo que desvela una estadística reveladora: el Barça solo disparó en una ocasión a los tres palos de la meta de Herrerín, que detuvo con apuros, eso sí, un disparo lejano de Messi, tapado por tierra, aire y mar.

El punto supo incluso a poco para la causa athleticzale, que, sin embargo, se quedó a gusto con la imagen que ofreció un Athletic que da un pasito en la tabla, donde se sitúa a cuatro puntos del descenso y a cinco de la zona europea.

2- Ter Stegen priva a los leones del premio gordo

bilbao - El Athletic se convierte en el equipo al que más veces, once, se ha enfrentado Marc Ter Stegen como portero del Barcelona, siete de ellas en San Mamés. Al alemán quizá les escueza todavía aquel 4-0 que encajó en la histórica Supercopa de 2015, fruto de un hat-trck de Aritz Aduriz y de un tanto de bandera desde el medio del campo de Mikel San José, que anoche estuvo cerca de amargarle con un disparo que llevaba marchamo de gol. Ter Stegen, uno de los mejores guardametas del mundo, no olvida y ayer se empeñó en ser protagonista, hasta evitar que el conjunto rojiblanco se llevara la victoria gracias a varias intervenciones determinantes, sobre todo en la espectacular mano que sacó a Iñaki Williams a los 82 minutos. Ya en el primer acto, se lució en un disparo con la zurda de Markel Susaeta que mandó a córner y en una chilena de Raúl García.

3- El acierto en los cambios acentúa el juego rojiblanco

bilbao - Un enfrentamiento ante el Barça requiere hilar muy fino en la pizarra y en el capítulo mental. Gaizka Garitano acertó en estos matices, sobre todo cuando le tocó ejecutar movimientos sobre la marcha. El técnico rojiblanco tenía muy bien interiorizado el partido de anoche y tomó decisiones que le salieron cara. No tardó en detectar que tenía que cambiar el perfil de su equipo cuando el cuadro azulgrana se hizo dueño de la situación en el arranque del segundo acto, por lo que dio, primero, entrada a Mikel San José por un gris Beñat, con lo que el colectivo rojiblanco tuvo más equilibrio en la medular. Diez minutos después, retiró a Markel Susaeta, que encadenaba dos meses sin jugar en liga, y sacó a Iker Munain, quien se echó al equipo a las espaldas. Dos retoques decisivos, porque el Athletic cogió un poco de aire, obtuvo más posesión y generó más llegada. Solo faltó el gol.