Bilbao - Se convirtió en el monotema a lo largo del viaje de vuelta a casa. La hora de vuelo desde el aeropuerto de Castellón al de Loiu transcurrió en un continuo intercambio de opiniones e informaciones dentro de la expedición rojiblanca sobre el VAR y el impacto negativo que tuvo para el Athletic en su encuentro del domingo frente al Villarreal. Tanto el propio Aitor Elizegi y los miembros de su Junta Directiva que acompañaron al equipo, como el entrenador y los futbolistas coincidieron en que el colegiado Undiano Mallenco y el madrileño Del Cerro Grande, encargado del rearbitraje en las instalaciones federativas de Las Rozas, perjudicaron al Athletic en todas las decisiones polémicas y que causaron la pérdida de dos puntos importantes para los intereses del colectivo de Gaizka Garitano, a los que únicamente les quedó el consuelo de la rabieta y de las protestas en balde, porque el resultado ya es inamovible.
La polémica se ha extendido por todo el entorno athleticzale, donde ayer solo se hablaba de las dos acciones gruesas que marcaron el partido en el Estadio de la Cerámica, aunque se dieron otras que también pasaron de largo para el colegido navarro, un azote del Athletic en los últimos tiempos aunque su masa social agradecerá su jubilación a partir del próximo junio. La jugada del gol del Villarreal nació de una mano cometida por Vicente Iborra que no fue señalada y a cinco minutos del final Undiano Mallenco anuló el que debería haber sido el 1-2 porque no se vislumbra en las imágenes posición incorrecta ni de Yuri Berchiche, el asistente, ni de Iñaki Williams, que marcó a puerta vacía. Pero con anterioridad a esas dos situaciones, el navarro perdonó la segunda amarilla a Iborra por el codazo que propinó en su salto a Ander Capa, al que para más inri sancionó el colegiado con falta. También pudo haber una cesión punible de Mario Gaspar a Asenjo en la última acción del partido, aunque esta menos clara.
El VAR, sin más, se convirtió en la manzana de la discordia de la primera jornada de la segunda vuelta de LaLiga Santander, no solo por lo que sucedió en Vila-real, sino también por las jugadas polémicas que se generaron en el Barça-Leganés y en el Levante-Valladolid y que ocasionaron las protestas de los clubes visitantes en estos dos últimos casos, ya que, al igual que el Athletic, se sintieron perjudicados en el Camp Nou y en el Ciutat de València, respectivamente. La Junta Directiva presidida por Aitor Elizegi, que presenció el partido en directo en el Estadio de la Cerámica, no maneja a día de hoy movimientos en los despachos y no realizará ninguna queja formal ante los órganos competentes de la Federación Española de Fútbol, porque considera, ya con la cabeza fría, que no hay una intención persecutoria hacia la entidad bilbaina, que también se vio afectada por el VAR en el capítulo de ida de la eliminatoria de Copa frente al Sevilla, cuando el rearbitraje anuló el tanto de Aritz Aduriz, que debería haber supuesto el 1-1 a los 40 minutos de juego después de que curiosamente Del Cerro Grande sí lo dio por válido en primera instancia. Entonces se revisó la jugada desde el inicio, lo que no ocurrió en la situación del tanto de Toko Ekambi.
CONSULTAS INTERNAS Elizegi quiere pasar página a lo experimentado en el Estadio de la Cerámica, pero no por ello lo dejará caer en el olvido. De momento, Ibaigane no emitirá comunicado alguno de protesta como sí lo hiciera la semana pasada el Levante, que se vio perjudicado en su derrota en el Wanda Metropolitano frente al Atlético de Madrid para dirigirse al Comité Técnico de Árbitros, dirigido por Carlos Velasco Carballo, recabar información y pedir explicaciones sobre la aplicación del VAR en decisiones como la que sufrió en feudo colchonero, castigado por un penalti inexistente. También se quejó en su día Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, que incluso lo hizo en una conversación telefónica con Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, y que levantó su punto polémico por una supuesta intromisión del dirigente de la entidad merengue y a la vez vocal de la Federación, cargo que comparte con otros cinco mandatarios más de clubes de Primera División (Barcelona. Atlético de Madrid, Espanyol, Betis y Valladolid).
El presidente del Athletic, que se reunió ya con Rubiales pocos días después de ganar en las urnas a Alberto Uribe-Echevarría, asume que los errores arbitrales se suelen repartir para un lado y para otro a lo largo de la temporada, por lo que su Junta prefiere no echar más leña al fuego, para gestionar estas situaciones entre bambalinas, o sea dentro de los estamentos del fútbol de forma discreta. Así lo proyectan fuentes consultadas, que hablan de un debate sereno dentro de la Junta, consciente de que a lo largo de esta segunda vuelta se darán acciones similares o igual de polémicas, y en las que el Athletic podría salir beneficiado. Con todo, en Ibaigane deciden no tomar decisiones en caliente y se inclinan por poner todos los sentidos en el trascendental partido del domingo en San Mamés frente al Betis, tal como lo hizo el propio Gaizka Garitano tras la conclusión del duelo en el Estadio de la Cerámica (“Los árbitros se equivocan, se han equivocado y no veo otra solución, lo que toca es seguir y pelear por el siguiente partido”), ya que los rojiblancos necesitan sumar los tres puntos para huir de la zona de descenso y alimentar otras opciones clasificatorias más amables.