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El club quiere a Iago Herrerín

Ibaigane ofrece la renovación al portero, pero está por ver si seguiría como suplente o sale cedido un año para que Kepa Arrizabalaga tenga la opción de foguearse a la sombra de Iraizoz

El club quiere a Iago HerrerínJuan Lazkano

BILBAO - Iago Herrerín tiene una propuesta de ampliación de su actual contrato, que concluye en 2017. El club está satisfecho del rendimiento que ha ofrecido en sus tres temporadas en el equipo y por ello quiere que continúe, pero también se pretende que acepte, porque ello facilitaría el proceso de renovación de la portería. Un tránsito al menos parcialmente marcado por la edad del titular, los 35 años cumplidos por Gorka Iraizoz, que semanas atrás prolongó automáticamente su vínculo hasta 2017 al disputar un número determinado de partidos. La respuesta afirmativa a la oferta de Ibaigane, le abriría a Herrerín la puerta de dos escenarios, ambos enfocados a asegurar la mejor ocupación del puesto de portero en el corto y medio plazo.

Sobre el papel, la demarcación del portero aparece perfectamente cubierta en el Athletic, tal como han coincidido en admitir Ernesto Valverde y Josu Urrutia. A punto de cumplir una década en el marco rojiblanco, Iraizoz mantiene la condición de titular, que habría incluso reforzado de cara al próximo curso con el notable tono exhibido en los dos últimos ejercicios, posiblemente los mejores de su carrera. A su sombra quedan Herrerín, a quien cabría catalogar ya como una realidad contrastada en la elite, Kepa Arrizabalaga, desde hace tiempo señalado como la gran opción de futuro, y Alex Remiro, indiscutible en el filial. Los dos jóvenes, internacionales en categoría sub’21, representan la garantía de que el marco de San Mamés estará en buenas manos durante un dilatado período. Y no falta quien de reojo mira ya en niveles más bajos de la pirámide de Lezama, donde algún otro chaval apunta asimismo muy buenas maneras.

Hoy el orden jerárquico está claro, pero es evidente que poco a poco los responsables han de ir abordando una transición. La misma está marcada por el hecho de que el tiempo de Iraizoz se acaba y ni siquiera se puede descartar que vaya a afrontar la temporada de su despedida. Pero sucede además que va siendo hora de comprobar si realmente quienes vienen por detrás del navarro están suficientemente preparados para asumir la máxima responsabilidad. En este sentido, recordar que Kepa, a sus 21 años, ya ha consumido con éxito dos cesiones en conjuntos de Segunda División A, media campaña en la Ponferradina y una entera en el Valladolid. Un plazo prudencial que ahora pide seguramente poner a prueba sus cualidades en el escalón de arriba.

Y aquí es donde se plantean dos alternativas, dos formas de gestionar la sucesión de Iraizoz que afectan de lleno tanto a Kepa como a Herrerín, pues se da por sentado que una vez certificado el regreso del Bilbao Athletic a Segunda B, Remiro hallará acomodo a préstamo en un club de Segunda A.

veinte partidos La primera posibilidad consistiría en que Herrerín siga como segundo portero de Ernesto Valverde y se le busque una tercera cesión a Kepa, en este caso en Primera División. La segunda pasaría por invertir los papeles: Kepa asume la suplencia del Athletic y es Herrerín el que cambia de aires de modo temporal. La idea en ambas hipótesis consiste en que dentro de un año, si se confirma que Iraizoz lo deja, el Athletic cuente con Herrerín y Kepa listos para competir por la sucesión.

El criterio de utilizar a dos porteros que Ernesto Valverde observa a rajatabla supone que el suplente puede llegar a acumular en torno a una veintena de partidos entre la Copa y la Europa League. Herrerín, por ejemplo, sumó 24 encuentros en la temporada recién acabada y en tres años ha completado un total de 51. La cuestión es si los técnicos rojiblancos consideran que es el momento de que Kepa dé el salto y además lo haga bajo su supervisión directa, pensando en que vaya asimilando lo que significa defender la portería del Athletic, o por el contrario estiman que, siempre que sea en la elite, el destino que se le asigne es un aspecto secundario, que lo mismo da que esté desde ya con sus futuros compañeros o que conozca los secretos de los mayores en una caseta diferente.

La posibilidad de ser titular en otro lugar con la perspectiva de volver dentro de doce meses a Lezama, tampoco es desdeñable para Herrerín. No tiene por qué ir en detrimento de sus intereses, pues seguiría teniendo contrato y sin duda su bagaje se vería enriquecido en el supuesto de que acceda al privilegio de jugar el campeonato de liga. Sumar a su currículum cerca de 40 partidos equivale a quemar otra etapa y en teoría disfrutar de una ventaja con respecto a Kepa de cara a la pelea por la titularidad de la meta rojiblanca que se vaya a establecer en su momento.

Por supuesto, en el desenlace de esta historia, en el camino que deberán recorrer Herrerín y Kepa la temporada que viene, pesará la disposición, voluntad o preferencia de los afectados. Aunque son los técnicos, Valverde básicamente, quienes tienen que decantarse, elegir cuál de las dos vías es la más adecuada en beneficio del equipo. Y por último, aunque no menos importante, queda por despejar la incógnita que planea sobre Iraizoz, pues si es capaz de estar a la altura que ha alcanzado y completa el año que viene con una nota similar a la que en la actualidad merece, estará en situación de retrasar la entrega del testigo a su recambio, sea quien sea.