Ander Alaña: “Ahora es muy fácil ser del Eibar”
Ipurua recibe esta tarde (17.00 horas) la primera visita del Athletic en Primera, categoría que soñaron alcanzar en el club armero José Luis Mendilibar, Ander Alaña y Xabi Burgueña, tres vizcainos con el gen eibartarra adherido de por vida
EIBAR y Athletic, igualados en la clasificación gracias a los 27 puntos que iluminan el tránsito liguero de uno y otro equipo, protagonizan esta tarde en Ipurua (17.00 horas) un derbi singular, en el que se entremezclan dos maneras diametralmente opuestas de entender los entresijos de la Primera División. La obligación moral y deportiva de coquetear cada temporada con la zona noble de la tabla corresponde al conjunto rojiblanco, mientras que la defensa a ultranza del sueño felizmente materializado corre a cargo del cuadro armero, novato en una categoría por la que suspiraron en el pasado jugadores, técnicos y aficionados que aún se frotan los ojos por ver al Eibar vestido con el traje de superhéroe.
Ligados a un encomiable espíritu de lucha, sacrificio y solidaridad en cada partido disputado, los guerreros de Gaizka Garitano figuran con una ventaja de cinco puntos sobre los puestos de descenso, un margen “bonito” pero “ni mucho menos definitivo” a ojos de José Luis Mendilibar (Zaldibar, 1961), Xabi Burgueña (Bilbao, 1979) y Ander Alaña (Bilbao, 1981). Los tres, vizcainos y con huella común en otro homérico Eibar que a punto estuvo de alcanzar la élite del fútbol estatal en la temporada 2004-05, forman parte del interminable listado de protagonistas que han aportado su particular granito de arena para defender sobre la arena un escudo bañado en oro en la actualidad.
“Ahora es muy fácil ser del Eibar, pero cuando las cosas no iban tan bien siempre había alrededor de 1.500 aficionados en Ipurua para animar al equipo. Yo estuve allí seis años, entre 2003 y 2009, y viví de todo”, apunta Alaña, quien ayer formó parte del once inicial del Leioa en el envite ante el Real Madrid Castilla. El vizcaino, muy querido por la afición eibartarra, tuvo la oportunidad de enfrentarse al primer equipo blanco en la Copa; ver cómo el Eibar se quedaba a un paso del ascenso a Primera en 2005 y a descender un año después a Segunda B para volver a recuperar un lugar en la categoría de plata al siguiente año.
El cúmulo de sensaciones experimentadas como armero dejó un dulce sabor de boca a Alaña, quien alaba el trabajo realizado por su excompañero Gaizka Garitano al frente de un equipo “humilde y trabajador”. “Ante todo, el Eibar es un club honrado. Siempre ha pagado a sus jugadores y empleados, cumpliendo con todas sus obligaciones. Me alegra mucho el gran año que están haciendo en Primera, porque desde que salí de allí puedo declararme un aficionado más del Eibar”, remarca el también exjugador del Bilbao Athletic, cuyo otro equipo del alma, cómo no, es el Athletic.
José Luis Mendilibar, el hombre que a punto estuvo de convertirse en el primer técnico en situar al conjunto guipuzcoano en el primer escalón futbolístico, también guarda un cariño especial al Eibar. “A pesar de que no han logrado puntuar en ninguno de los cinco últimos partidos de liga, están haciendo una gran temporada. Garitano se ha ganado el respeto de todos por el gran mérito que tiene encadenar dos ascensos consecutivos -desde Segunda B hasta Primera- y esta temporada está volviendo a hacer un gran trabajo”, subraya el de Zaldibar, incapaz de olvidar cuanto vivió en la ya mencionada temporada 2004-05 como timonel eibartarra. “Al principio no esperábamos poder estar ahí arriba, pero fue una grata sorpresa para todos el nivel que fue capaz de alcanzar el equipo y, a pesar de no lograr el ascenso, fue muy bonita la fiesta final con toda la afición. Un buen número de integrantes de aquel Eibar fuimos además a clubes de Primera División”, remarca Mendilibar, a quien aquel brillante curso le sirvió para fichar por el Athletic.
El derbi de esta tarde será “muy disputado, igualado e intenso”, en opinión del técnico vizcaino, que alberga la esperanza de que, más pronto que tarde, la mala racha de resultados del Eibar pase a mejor vida: “Esperemos que esos baches que todos los equipos tienen a lo largo de una temporada lo haya experimentado ya el Eibar y a partir de ahora vuelva a sacar puntos, aunque aún tienen un margen interesante respecto al descenso”.
La importancia de la unión
Para alcanzar el objetivo de la permanencia, el hoy rival del Athletic apela a la unión y al sacrificio colectivo, consciente de que la salvación pasa por confiar en el modelo deportivo defendido en los últimos años. “La temporada se les puede hacer un poco larga, pero antes de empezar la liga seguro que firmaban estar ahora con 27 puntos, por lo que deben seguir en la misma línea y confiar en el trabajo que están haciendo”, analiza Xabi Burgueña, pupilo de Mendilibar y compañero de fatigas de Alaña en aquella magnífica temporada en la que el Eibar fue cuarto en Segunda División. “Fue un año inolvidable. En pretemporada ninguno esperábamos quedarnos tan cerca de Primera, pero casi lo conseguimos. Siempre me quedará esa espinita de no haber podido jugar al final en la elite, pero me alegro por los jugadores que están pudiendo disfrutarlo ahora en el Eibar”, añade Burgueña, cuyas palabras hacia la entidad armera asoman repletas de cariño y respeto.
Tener un equipo en la máxima categoría del fútbol estatal, siendo una de las localidades que menor número de habitantes alberga entre cuantas habitan en la élite del fútbol europeo, merece “todos los respetos” a ojos del excentrocampista bilbaino -hijo del exportero rojiblanco José Luis-, quien llegó a entrenarse en la pretemporada de 2001 a las órdenes de Jupp Heynckes en el Athletic. A modo de anécdota, descubre lo que buena parte del vestuario del Eibar pensó al ver aterrizar en Ipurua a un tal David Silva en 2004. “Con su estatura y juventud, no entendíamos para qué lo habían traído, pero ahí queda el ojo tuvo el Eibar”, apunta Burgueña, con pasado en un equipo decidido a dejarse la piel ante el Athletic.