bilbao - Su caso es extraordinario, como si se tratara del argumento de una película de Luis García Berlanga, que tiraba de una mordaz ironía. Mikel San José volvió a asomarse como el máximo protagonista del Athletic, que no es nada nuevo. El club le debe mucho esta temporada, ya que como autor de goles decisivos ante el Shakhtar Donetsk y el BATE Borisov en Champions aportó unos buenos milloncetes de euros a las arcas de la entidad, además de propiciar el reenganche a la Europa League, que es un premio gordo tal como está la cosa este curso. Ayer, el navarro ejerció de talismán en una acción a balón parado, al firmar el tanto de los rojiblancos, el tercero suyo en Liga, a solo dos de Aritz Aduriz, y el sexto en total, con lo que iguala su mejor marca anotadora de la temporada 2012-13.
San José es un futbolista inclasificable. Ya no se sabe si es central o centrocampista, pero quizá Ernesto Valverde, que no hace ascos a los experimentos, le debiera probar como ariete, o como segundo delantero, por aquello que presume de un particular idilio con el gol que le hace ser especial, diferente. El navarro batió a Kameni en un limpio remate de cabeza tras un saque de esquina botado por Susaeta y evitó que el Athletic encadenara su quinta derrota consecutiva en Liga y la cuarta en San Mamés, donde los leones viven en los últimos tiempos un auténtico suplicio por su incapacidad de sacar adelante los partidos.
San José es un futbolista inclasificable. Ya no se sabe si es central o centrocampista, pero quizá Ernesto Valverde, que no hace ascos a los experimentos, le debiera probar como ariete, o como segundo delantero, por aquello que presume de un particular idilio con el gol que le hace ser especial, diferente. El navarro batió a Kameni en un limpio remate de cabeza tras un saque de esquina botado por Susaeta y evitó que el Athletic encadenara su quinta derrota consecutiva en Liga y la cuarta en San Mamés, donde los leones viven en los últimos tiempos un auténtico suplicio por su incapacidad de sacar adelante los partidos.
Lo que sí se conoce es que San José es socio de Asier Illarramendi en cuestión de negocios, lo que tiene su punto de morbo. Los dos inauguraron hacen unos días en Madrid un local gastronómico, especializado en la cocina minimalista (o sea, de pintxos), sito a muy pocos metros del mítico restaurante Txistu, lo que les debe poner en la Milla de Oro del buen comer.
¿sociedad de futuro? Quizá sea una señal, porque, si se cumplen los sueños de Valverde, el navarro, que ayer ejerció de un Ander Iturraspe sorpresivamente en el banquillo, y el de Mutriku pueden asomarse como la futura pareja de pivote en el conjunto rojiblanco, metido en penurias ligueras, con solo dos puntos sumados de los últimos 21 posibles y que debe agradecer, y mucho, las derrotas de Levante, Elche y Almería, que el permiten distanciarse de la zona de descenso, que queda a cuatro puntos.
De Illarramendi se desconoce si vestirá de rojiblanco antes de la medianoche del próximo sábado, cuando el mercado de invierno baja la persiana. Lo que sí se sabe es el rol que tiene San José, ya en papel multiusos, y que lamentó que su gol no sirviera para volver a la senda del triunfo: “Cuando habíamos hecho lo más difícil, que era ir por delante, nos han marcado un gol en una contra y se nos han ido los tres puntos”.
El navarro, que junto a Andoni Iraola y Sergio Ramos es el defensa en activo de la Liga que llega a la barrera de los 25 goles, no se quedó contento con el desenlace del partido, “cuando hemos llevado el mando”, al mismo tiempo que reconoció que su tanto, en una acción a balón parado, es fruto de “una estrategia que está preparada, y luego hay que tener suerte, intuición y buen golpeo”. Lo cierto es que el Athletic arrancó la segunda vuelta sin noticias de un fútbol decente, aunque, eso sí, saca músculo con el socio de Illarramendi.