lA laboriosa victoria firmada ante el Elche en Riazor dos jornadas atrás dio cierto aire al proyecto de Víctor Fernández al frente del Deportivo, rival del Athletic mañana en A Coruña. Eliminado de la Copa a manos del Málaga y decimoséptimo en la clasificación con solo trece puntos en el zurrón tras dieciséis citas ligueras, el técnico aragonés es consciente de que su futuro asoma en manos de la incertidumbre. El Depor, a pesar de estar de vuelta en la categoría tras su descenso a Segunda en junio de 2013, no termina de arrancar y las voces críticas se han multiplicado en torno al trabajo del entrenador. La figura de Fernando Vázquez, timonel del grupo el pasado curso en la Liga Adelante y que fue destituido de su cargo tras unas controvertidas declaraciones en las que se refería a la política de fichajes del club, no ha dejado de sobrevolar Riazor, donde ya se ha escuchado el “Víctor, vete ya”.
El cántico, fiel reflejo del convulso estado de salud que presenta un Deportivo perseguido por las sombras de su propio pasado, tomó cuerpo el pasado 7 de diciembre. El Málaga, entonces en partido de Liga, solventaba mediante un 0-1 su desplazamiento hasta A Coruña y la hinchada local, irritada, no dudó en señalar directamente a Víctor Fernández. Los gritos en contra de su persona fueron constantes durante el envite, en el que un elevado número de aficionados aprovechó la ocasión para manifestarse a favor de Fernando Vázquez.
El presidente Tino Fernández, que cinco días antes había anunciado el cierre temporal de la grada en la que se ubicaban los miembros de Riazor Blues, también fue víctima por segundo partido consecutivo de la ira de su afición. La crisis deportiva e institucional es manifiesta en el Deportivo, que afronta el primer compromiso de 2015 con la ineludible necesidad de sacar adelante el partido ante el Athletic. Lo saben los jugadores y es consciente de ello Víctor Fernández, sabedor de que una derrota ante el conjunto rojiblanco podría acarrear su destitución.
En la rueda de prensa posterior a la ya citada derrota frente al Málaga, en la que parte de la afición pidió su marcha, el técnico se mostró apesadumbrado por el clima de “autodestrucción” que envuelve a la entidad en los últimos meses. “Soy un empleado del club y lo de esta noche es algo muy triste. Es algo triste, primero por la derrota que mis jugadores no han merecido, y, después, porque hubo un ambiente de destrucción como nunca he visto en ningún club, que no se adónde nos va a llevar, pero a nada positivo”, declaró el aragonés, quien tras caer goleado en El Madrigal (3-0) en el último encuentro de 2014, vivirá mañana una nueva prueba de fuego ante los pupilos de Ernesto Valverde.
Conexión con el Athletic
El rival, para más inri, será un Athletic hacia el que siempre se ha rendido en elogios. El nombre de Víctor Fernández llegó a asociarse a la candidatura de Fernando Lamikiz y el técnico nunca ha escondido la ilusión que le haría poder entrenar algún día al Athletic.
En el penúltimo entrenamiento del ya finiquitado 2014, el preparador aragonés pidió “hambre de gol” a sus jugadores durante una intensa sesión. El motivo es elocuente: en los seis últimos encuentros de Liga, el Deportivo solo ha visto portería en una ocasión, ante el Elche (1-0), síntoma inequívoco de las urgencias de un equipo obligado a ganar ante su afición.