Jorge Valdano: "Tengo la sospecha de que el Athletic perdió con la salida de Bielsa una oportunidad histórica"
Exfutbolista, exentrenador, exdirector deportivo, empresario, analista y escritor, Jorge Valdano presenta a sus 58 años su último libro, 'Los 11 poderes del líder', una obra que extrapola conclusiones del fútbol para la vida cotidiana, donde concibe a Rafa Nadal o Raúl González como ejemplos
Bilbao. Sexto libro de Jorge Valdano, 'Los 11 poderes del líder': credibilidad, esperanza, pasión, estilo, palabra, curiosidad, humildad, talento, vestuario, simplicidad y éxito. ¿Cómo se consigue todo?
Es difícil encontrar a una persona que saque nota alta en cada uno de los poderes. Dependiendo de la personalidad de los líderes, unos hacen fuerte algunos de esos poderes y otros hacen fuertes otros.
¿Cómo sabe uno que es un líder?
Un líder? En primer lugar, desacralicemos la palabra líder: hay líderes positivos y hay líderes negativos. Nadie puede negar que Hitler fue un gran líder. Tuvo la capacidad de movilizar a un pueblo culto. Eso lo convierte en una referencia histórica, aunque atroz. Lo que hay que hacer es centrarse en los líderes positivos, que son aquellas personas que se convierten en referencias para otras, con un fin último, que es mejorar el ámbito en el que se mueven.
¿Usted se considera un líder?
He tenido hasta por obligación que ejercerlo. Cuando uno es entrenador o es capitán de un equipo, el liderazgo se convierte en un imperativo.
Asegura que el fútbol le ha dado conclusiones para la vida, ¿como cuál?
El fútbol es un cristal de aumento de la vida. Se trata de un fenómeno pasional en donde, digamos, estamos todos los días ante grandes exageraciones. Y las exageraciones incendian o por lo menos resultan muy gráficas para sacar conclusiones. Por eso lo considero escuela de vida; no en el sentido de que tenga que darle lecciones a la vida, sino en el sentido de que es un buen simulador.
En su obra extrapola conclusiones extraídas del fútbol al mundo empresarial. Hay quienes directamente conciben el fútbol como empresa, como negocio. ¿Cuánto hay de deporte y cuánto de negocio?
Primero, hay que decir que el fútbol, como juego, forma parte de lo no serio, pero como industria, está dentro de una sociedad y está dentro de la economía. O sea que entenderlo como un negocio es también una cuestión hasta de supervivencia. Estamos viendo en estos momentos a muchos clubes que están en peligro por no atender a la regla más elemental de cualquier negocio, que es gastar menos de lo que se ingresa. De todas formas hay que decir que el fútbol todavía no tendió bien los puentes entre lo nuevo, que es el negocio, y lo viejo, que es el juego. No acabamos de encontrar el equilibrio.
Con tantas virtudes asociadas al fútbol, o que se pueden destilar de él, parece que podría ser incluso asignatura en la universidad.
(Risas). Hemos empezado el Siglo XXI con un dato que resulta muy bueno para tu propuesta, y es que los intelectuales le perdieron el miedo al fútbol. De todas formas, en la universidad ya entró. En universidades como la de Liverpool o en la misma escuela de estudios universitarios del Real Madrid ya utilizan el fútbol como vehículo de formación.
Habla del valor educativo que posee el fútbol pero, ¿son conscientes de ello los futbolistas?
Algunos más que otros, pero creo que sobre esto tenemos una visión injustamente negativa. Si pensamos en el jugador que nos cae peor de la selección española encontraremos muchas más virtudes que defectos. Pero hablo de virtudes morales, ni siquiera futbolísticas.
¿Los coches, las casas y todo lo material de lo que se rodean, o la apariencia de vidas perfectas, proyecta una imagen de frivolidad, de no empatizar con la sociedad actual?
Son hijos de una sociedad capitalista, por lo tanto, hijos del consumo. Lo que no podemos es hacerles responsables de la crisis mundial, ni a los jugadores ni a los clubes, porque cuando el Madrid fichó a Bale, un poco más? Faltó que se le hiciera culpable de la enorme crisis que vive España y del número de parados que hay en estos momentos. Me parece que eso es extrapolar las cosas. Pero bueno, yo cuento en el libro que Sócrates, aquel jugador de la selección de Brasil, antes de morir había propuesto que debería estar en la constitución la obligatoriedad de los jugadores de tener una buena formación, porque se han convertido en ejemplos que tienen más peso que todos los políticos juntos. Bueno, Sócrates exageraba algo, pero la raíz de la idea no está mal traída, porque los futbolistas son héroes de nuestro tiempo y los héroes son imitados.
¿Percibe que los jóvenes se construyen en base a la pasión por el fútbol o también por las ansias de gloria y dinero que puede dar el fútbol?
Bueno, un poco de cada cosa. Primero se admira y luego se imita, pero siempre hace falta alguien que oriente la mirada, por eso son tan importantes los entrenadores en la fase de formación. Yo conozco infinidad de chicos que quieren llegar a ser Cristiano Ronaldo y entonces deciden peinarse como él, y para ser Cristiano Ronaldo hay que ir y entrenar como él. Son categorías distintas.
Se ha estrenado en Portugal una serie de dibujos animados que se jacta de ser educativa en la que Mourinho es el protagonista. ¿Le considera una persona constructiva?
Como está claro que se trata de una persona de una sensibilidad distinta, que hemos protagonizado, digamos, hemos hecho públicas las diferencias, no me gustaría jugar con ventajismo en esta pregunta. La gente es adulta y cada uno debe sacar las conclusiones que crea oportunas en función de los actos que analiza.
¿Y a quién consideraría usted una persona constructiva?
Nadal, sin duda. Es un deportista que se ha convertido en una escuela andante. Nadal es a un deporte individual lo que Raúl (a quien hizo debutar en el Real Madrid en Primera) era en un deporte colectivo. Gente que se resiste a la derrota, con una mentalidad de hierro, respetuosa con el rival, que sabe ganar y perder, inteligente para ser un poco mejor cada año porque va sacando conclusiones? En España los deportistas no solo han dado alegrías en los últimos años, sino que muchos de ellos han dado auténticas lecciones.
¿Qué hace más ruido, una buena o una mala actitud?
En estos momentos hay un cierto periodismo que enfoca con mucho más entusiasmo la polémica que las conductas virtuosas, por decirlo de algún modo. Es necesario decir que cuando yo digo que el fútbol exagera la vida debemos puntualizar que exagera la grandeza y la miseria.
Se habla de una Liga de dos equipos y otra de 18. ¿Está de acuerdo?
Estaba totalmente de acuerdo hasta hace dos meses, pero empiezo a tomarme en serio al Atlético. Un equipo fruto de un liderazgo indiscutible. Un entrenador que llegó hace un año y medio y produjo el milagro de hacer mejor a la directiva, a los aficionados, a los jugadores y en definitiva, al Atlético de Madrid.
¿Aguantará el pulso el Atlético?
El problema es que la Liga y la Champions gastan lápiz por las dos puntas y para sobrevivir hace falta una plantilla más profunda que la del Atlético; ahí el Real Madrid y el Barcelona sacan ventaja, porque tienen banquillos en los que cualquier jugador sería titular en el Atlético. No hablemos ya de otro equipo.
Los técnicos argentinos están de moda?
Muy de moda y además se trata de algo nuevo, porque la influencia de los argentinos en el fútbol español había sido muy grande, pero siempre por nombres propios de futbolistas, muy pocas veces por entrenadores. Ahora se da esta coincidencia, dos de los tres equipos más potentes del campeonato están dirigidos por entrenadores argentinos.
¿A qué se debe esta corriente?
El entrenador argentino está siendo también favorecido por la globalización. Hay grandísimos entrenadores argentinos dentro del medio local, y que maneja códigos que son muy eficaces dentro del país y son menos eficaces fuera.
Los argentinos viajan con fama de engatusadores y Martino estaba obligado a gustar pronto en el Barça, pero parece más de hechos que de palabras.
Ahora le están acusando exactamente de lo contrario, de hablar poco. Con los prejuicios hay que saber convivir, pero siempre tienen implícita alguna injusticia. Martino es un líder discreto, que está haciendo muy buen trabajo, aunque todavía no podemos completar el análisis, porque al líder se le conoce sobre todo cuando pierde y Martino ha tenido la suerte de no perder aún.
¿Percibe grandes cambios en el concepto de juego del Barcelona?
No. Martino está intentando recuperar aspectos que el Barça había perdido el curso pasado por falta de liderazgo: mezclar el juego corto con el largo, no masticar tanto la jugada, presionar sobre la misma pérdida de la pelota? Digamos que hay obligaciones que los jugadores del Barça habían perdido de vista y eso lo convirtió, sobre todo al final de la temporada, en un equipo más frágil.
A estas alturas, por el contrario, parece que al Madrid le está costando más sacar adelante resultados.
Tiene que adaptar más cosas. Hay ausencias importantes, como la de Higuaín, la de Özil, la de Xabi Alonso, aunque esta última por lesión; hay incorporaciones que están llamadas a tener mucha relevancia, como las de Bale, Isco, Illarramendi, y un nuevo técnico que hasta trae un estilo de liderazgo distinto. Encajar todo eso requiere de tiempo. El gran problema de la Liga es que no te regala tiempo, porque el campeón seguro que va a sumar más de 100 puntos y perder 10 en la primera vuelta te deja fuera de la carrera.
Usted dice que el equipo es víctima de la "impaciencia". ¿Se puede o debe tener paciencia con Barça y Madrid?
Una cosa es la visión del hincha. El hincha dice y hace cosas de hincha. El dirigente tiene que manejar otros tiempos, no puede dejarse empujar.
Respecto al juego, Ancelotti en su presentación dijo que el Madrid debe ganar con espectáculo y posteriormente afirmó que no se necesitan 30 pases si se encuentra la solución con 3. ¿Es compatible lo uno con lo otro?
Digamos que el equipo que le han entregado se ajusta mejor a la segunda frase que a la primera.
Pero era consciente de dónde iba.
Tengamos en cuenta que desde su llegada se fue Özil, se lesionó Xabi Alonso, también desapareció de escena Higuaín, llegó Bale, un jugador que le va a dar al equipo más contundencia pero mucha menos capacidad asociativa? Pues todo eso hay que meterlo en el nuevo análisis.
Con la salida de Mourinho, la afición madridista reclamaba un cambio en el juego, estilo dominador, más posesión, para quedar menos a merced del rival. ¿Ve un Madrid distinto?
Aún no. Todavía se ve un equipo sin definición, por lo tanto, tendremos que esperar para el análisis definitivo. Pero es necesario decir que, por un lado, está la voluntad de la gente, incluso la idea de los entrenadores, y por otro lado las características de los jugadores, que tienen mucha más fuerza que las otras dos visiones.
En ese recorrido de encontrar su juego, ¿se le puede hacer tarde para disputar el título de Liga?
Ese es el problema. El campeonato no te regala tiempo. El Real Madrid parece que está definido atrás y adelante, pero es en el medio de la cancha donde aún no sabemos a qué estilo va a responder. Y el medio de la cancha es el que marca el estilo.
¿Lamentará la salida de Özil?
Sí, es un jugador extraordinario y además, jugadores de esas características están desapareciendo en el fútbol, por lo tanto, esa pérdida va a ser muy difícil de compensar.
¿Este contexto de éxito del alemán en el Arsenal hace que a Bale, fuera aparte de su coste de 100 millones, se le aumente aún más la exigencia?
Eso es. Bale tiene que justificar su precio, tiene que justificar que compensa la salida de Özil y tiene que justificar su condición de fichaje británico para el fútbol europeo, pero me da la sensación de que se trata de un buen profesional, de un jugador con perfil bajo que se va a concentrar en el trabajo. Luego ya veremos hasta dónde llegan sus posibilidades.
¿Ve el desembolso lógico en lo económico y en lo deportivo?
El Real Madrid es el club más rico del mundo porque tiene la capacidad de acceder a los grandes héroes y el fichaje hay que verlo desde esa dimensión económica, no solo desde la deportiva. Es una característica de los mandatos de Florentino Pérez.
Hablando de Martino y Ancelotti, ¿a quién le augura más éxitos?
Hasta que no defina el equipo Ancelotti, cualquier diagnóstico será provisional.
A Martino se le asocia con Marcelo Bielsa. ¿Qué tienen en común más allá de Newell's Old Boys?
Trabajaron juntos y Martino se declara admirador de Bielsa, por lo tanto, con toda seguridad copiará cosas de su estilo de dirección. La sensación es que Martino tiene una relación menos forzada con los medios de comunicación; en cuanto al trabajo de campo, me da la sensación de que es imposible imitar a Bielsa en capacidad de exigencia. Tienen algunos patrones comunes, pero hay que decir que no existen dos líderes iguales. El líder no copia, el líder sobre todo se expresa de una manera natural, elige su patrón en función de su personalidad.
¿Qué le parecieron los dos años de Bielsa en el Athletic?
Para mí, le devolvió la grandeza al Athletic. Había generaciones jóvenes que se alimentaban de leyendas como la de aquella eliminatoria con el Manchester. Esa generación ya no tiene que escuchar leyendas, ya ha vivido un episodio maravilloso en donde su equipo jugó contra el Manchester y lo superó, claramente. Más allá de la obsesión ética, que me parece admirable en Bielsa, lo que sacó al equipo, sobre todo en el primer año porque en el segundo perdió la columna vertebral, lo que vivió el equipo, es inolvidable.
¿Habló con él durante esta etapa?
Mucho, además, lo fui a ver varias veces a Bilbao.
¿Puede contar lo que se decían?
Estaba muy identificado con la ciudad y con el club. Me animo a decir que vivió una experiencia feliz.
¿Su salida del club le pareció incomprensible o un error por alguna de las partes implicadas?
Tengo la sospecha de que el Athletic perdió una oportunidad histórica, porque una personalidad tan fuerte como la de Bielsa, con el tiempo, hubiera capilarizado hasta los equipos alevines.
¿Mantienen contacto?
Lo he visto hace poco, hace diez días en Argentina.
¿Y cómo se encuentra?
Se encuentra bien (risas). Pero de Bielsa tiene que hablar Bielsa, no tengo que hablar yo (risas).
¿Hábleme del Athletic de Valverde?
Valverde conoce muy bien la casa. Viene con más experiencia. Tengo la seguridad de que hará un buen trabajo. Tiene una plantilla con una gran base y hasta un escenario que invita a jugar al fútbol, así que se dan todas las condiciones para que el Athletic viva una temporada feliz.
Siendo justos en exigencia, ¿cuál debería ser la meta para el Athletic?
Bielsa hizo un día una ecuación que me sonaba muy científica para el caso. No está entre los cinco primeros, pero debe estar siempre por encima del décimo? No recuerdo exactamente la ecuación, pero por ahí estamos ¿no? Podemos decir que una meta ambiciosa es alcanzar Europa.
A partir de ahora, ¿qué hará usted? ¿Seguirá escribiendo, buscará volver al Madrid u otro club?
Bueno, tengo empresas, consultoras que trabajan dentro y fuera de España pero que me obligan a viajar mucho, doy conferencias... Y de hecho este libro fue escrito más en hoteles y aviones que en mi casa. Seguiré a mi bola. Cuando estoy fuera del fútbol recupero algo tan importante como la libertad. Como soy una persona que tiende a la dispersión, salir de un ámbito tan cerrado como el fútbol siempre me hace bien. Ahora, dicho esto, nunca descarto volver.
Se puede decir que ahora vive feliz.
Sí, lo soy.
¿Qué es más complejo alcanzar el éxito futbolístico o literario?
Lo único que me he propuesto de verdad en mi vida ha sido ser futbolista y puse toda la fuerza para cumplir ese sueño. Todo lo demás llegó de una manera no premeditada, pero debo decir que me gusta escribir, pero siendo sincero, me siento mucho mejor lector que escritor.
O sea que a partir del fútbol, que le quiten lo 'bailao'.
Eso es (risas).