"Tengo ganas de más"
Unai Alba debutó el domingo en Primera División con el Hércules a los 32 años
ATRÁS en la memoria, no tan lejana en el calendario, la rutina de Unai Alba (Oiartzun, 19 de febrero de 1978) se dibujaba entre brochas, rodillos, entrenamientos vespertinos y partidos por los campos del fútbol de bronce vizcaino. "Ahora te parece un poco increíble cómo era antes mi vida", suspira el expintor. Habla desde Alicante, donde comparte vestuario, por ejemplo con David Trezeguet, "que ha sido campeón del mundo y de la Eurocopa, que ha marcado un montón de goles, ha estado diez años en la Juve... es un jugador al que es un lujo tener de compañero". Desde Alicante, donde con el Hércules -ese equipo que venció en el Camp Nou en la segunda jornada de Liga-, debutó el pasado domingo en Primera División a sus 32 años. "Podría haber llegado antes o después o también podría no haber llegado nunca...", se sincera el guardameta. "Al final ha llegado a los 32, un poco tarde pero contento por el hecho de debutar", concluye. Aunque "no fue el debut soñado porque jugar diez minutos y encajar dos goles para un portero no es lo mejor".
Y es que el guipuzcoano saltó al terreno de juego del Cornellà-El Prat -"un campo de los mejores, me pareció precioso"- por la expulsión de Calatayud en el minuto 79 y tuvo que hacer frente de sopetón a una pena máxima; después llegaría otra. Ninguna pudo detener el meta vasco. "En Primera los errores se pagan caros. Es lo que nos pasó contra el Espanyol. El resultado fue muy abultado porque llegaron tres veces y encajamos tres goles. Es la diferencia entre Primera y Segunda", considera Unai Alba. No pudo digerir bien su estreno porque los goles en contra escuecen, se atragantan, y porque los instantes previos son tan supersónicos, porque ve la roja Calatayud y debe entrar de inmediato, que apenas se saborean: "No me dio tiempo ni a pensar. Es tan rápido que sales en un momento y es luego cuando te das cuenta de que has debutado". Quizá en la próxima jornada, frente al Levante, pueda disfrutar más del cosquilleo de la élite. Sin embargo, es el portero Piet Velthuizen, que ha estado lesionado y que puede recuperarse esta semana, quien parte con más opciones de actuar bajo palos. "Es un chico joven con mucha proyección, internacional con Holanda. Ahí estamos peleando y a ver lo que pasa", comenta el de Oiartzun, que no explota, que no da brincos ante su debut en Primera, pero que sí saca la ambición inherente a todo deportista. "Siempre quieres más y yo tengo ganas de hacer más cosas. Ahora mi próximo objetivo es jugar más partidos en Primera y ponérselo difícil al míster", destaca.
Unai Alba finaliza contrato el próximo 30 de junio y de momento no sabe si continuará en el Hércules, de lo que sí está seguro es de que seguirá en activo. "Me da pena que este año estemos tres porteros y sea tan difícil jugar porque me encuentro muy bien después de una pretemporada estupenda. Pero todavía tengo otros cuatro año buenos, me cuido mucho y, al no tener ninguna lesión de importancia, estoy físicamente bien, que es lo importante", desgrana el meta guipuzcoano, que descuenta sus últimos años como cancerbero tras pasar por los distintos escalones del fútbol -Eibar B, Real Unión, Zestoa, Lagun Onak, Barakaldo- hasta llegar al Athletic en el mercado invernal de 2007.
etapa en el athletic Lafuente se lesionó de gravedad y el club rojiblanco tuvo que contratar a un portero que ejerciera de sustituto de Aranzubia. "Consultamos con todos los técnicos de las categorías inferiores y se recomendó a Unai Alba. Un hombre solvente que podía darnos estabilidad porque con la situación que tenía el equipo poner a un chaval joven en esas circunstancias sería complicado", explica José Manuel Esnal, Mané, entonces entrenador de los leones. "Es un portero de carácter, sobrio, con buenas formas de interpretar el juego, con anticipación, concentración y que tiene su parcela de poder bajo palos por su envergadura", desvela el preparador de Balmaseda. Para Unai Alba, "fue una ilusión muy grande porque en casa siempre hemos sido del Athletic. Fue una sorpresa para la gente y para mí mismo también. Fue un paso importante para mi carrera y me abrió muchas puertas". No obstante, el exrojiblanco no pudo estrenarse entonces en la máxima categoría: "Si el equipo hubiera estado en otra situación, en mitad de tabla, quizá el míster sí me hubiera dado la oportunidad. Pero era un año muy complicado en el que nos salvamos en la última jornada y al final era entendible", afirma. También comprende que con la llegada de Caparrós y de Iraizoz, él tuviera que hacer las maletas. Rumbo a Alicante, donde el domingo sí pudo saltar a uno de los campos donde apuntan los focos más potentes. "Te hace ilusión debutar pero si no hubiera llegado, yo me habría sentido igual de orgulloso de lo que he hecho. En ese sentido, tampoco me como mucho el coco. Sé que estoy en un club de Primera y que te gusta enfrentarte a grandes jugadores. Y por eso, aunque tenía otras opciones y sabía que aquí iba a ser complicado jugar, pensé en quedarme porque no iba a tener muchas más oportunidades de jugar en Primera. Arriesgué y a ver qué pasa, que todavía queda mucho año", desgrana un optimista Unai Alba.