BILBAO. La última vez que Joseba Etxeberria estuvo en San Mamés lo hizo rodeado de niños. Era un jugador, un capitán en retirada. Ayer el Gallo regresó al escenario donde pasó toda su carrera como futbolista, pero se sentó en la grada, en su localidad de la Tribuna Principal Baja, rodeado de los aficionados que le tuvieron por ídolo. Ya no vestía con camiseta rojiblanca y pantalón negro, ni portaba el brazalete. Ahora su terno era pantalón vaquero, camiseta blanca y jersey azul celeste. Era el Joseba Etxeberria socio, el que desde ahora vivirá los partidos del Athletic de una forma diferente porque ya ha asimilado que no es jugador "desde el momento en el equipo empezó la pretemporada".

"Ahora no estoy nervioso, sí expectante de que el equipo haga un buen partido y, por qué no, nos podamos colocar de líderes". Etxeberria llegó al partido como todos los aficionados, con los resultados de la jornada bien estudiados. "El Barça ha perdido y si ganamos por dos goles, nos ponemos primeros". Quedaban unos pocos minutos para empezar el clásico duelo ante el Atlético y el trajín de gente por los pasillos de San Mamés anunciaba una noche de postín. "Supongo que cuando empiece el partido me pondré un poco nervioso, pero la situación es ideal. Veo al equipo muy bien y el Atlético viene en un gran momento. El choque se presenta apasionante. Ahora, a disfrutar como un aficionado más".

Y eso hizo. Contempló de pie la salida del Athletic mientras sonaba el himno. Y en cuanto el balón echó a rodar, adoptó un gesto serio y reflexivo, sólo roto por algunos comentarios con su vecino de localidad. Durante largo rato, Joseba no se dejó contagiar por el ambiente. Codos sobre las rodillas y mano en la barbilla delataban una actitud poco forofa. "Tranquilo por fuera, por dentro es otra cosa. Pese a la tensión del partido, hay que tratar de verlo con frialdad, analizar los pequeños detalles".

El análisis en el descanso llevaba a una conclusión: "El Athletic merece más. Ellos han tenido una y la han metido. Es algo con lo que podíamos contar. Quieren aguantar el resultado, pero debemos tener paciencia para mover el balón y abrir su defensa". Consejo que cayó en saco roto, algo que espera que no ocurra con el que se permitió lanzar a Toquero. "Su vuelta ha sido precipitada. Forzando sólo puedes ir a peor. Espero que esto le sirva para pensarlo mejor la próxima vez. A veces, si te pierdes un partido, sales ganando".

El caso es que el Athletic siguió bregando y Etxebe cambiaba de postura más a menudo. Se reclinaba y se recostaba, buscando cómo controlar los nervios. Para eso, nada mejor que las pipas, como se ha hecho toda la vida. Hasta que allá por el minuto 75, salió el capitán que fue durante años y se levantó de su asiento para protestar a Undiano Mallenco. Entonces, ya era un aficionado más que, como todos, pensaba que había habido mucho esfuerzo para tan poco premio. Bienvenido al equipo de los sufridores.