El Peñascal, casi enterrado. Las orillas de la ría de Bilbao fueron las que más desolación padecieron, pero hubo otras zonas de la capital que también sufrieron lo suyo a pesar de ubicarse por encima del nivel del mar. La imagen, tomada en la calle Autonomía, en el tramo que cruza con Pablo Alzola y la avenida del Ferrocarril, es una buena prueba del nivel al que llegó el agua como consecuencia de las lluvias y un alcantarillado totalmente anegado que no daba abasto.

Estado actual de la calle Autonomía de Bilbao Pablo Viñas

Mucha más catástrofe sufrió el barrio de El Peñascal donde las lluvias arrastraron miles de toneladas de piedra y barro de la cantera ubicada en la falda del Pagasarri por encima del angosta calle sobre la que se apelotonaban las viejos bloques de vivienda. Un aluvión que, literalmente, enterró el barrio hasta alcanzar la masa sólida en algunos puntos los primeros pisos que impidió salir a los vecinos hasta que no fueran liberados los portales. Fue uno de los puntos de la capital donde la retirada de la avalancha se demoró más tiempo.