“Está pendiente de todo, hasta del más mínimo detalle de las fiestas”, asegura una compañera suya minutos antes de la entrevista. Es Itziar Urtasun, concejala de Cooperación, Convivencia y Fiestas del Ayuntamiento de Bilbao. Recibe a DEIA en el interior del Teatro Arriaga, lugar que será la parrilla de salida desde donde, la pregonera, Aiora Renteria y, la txupinera, Izaskun Pinedo darán inicio a las fiestas. Faltan horas.

Con nervios en el cuerpo, ¿no?

Con nervios siempre, pero creo que esta semana y la anterior es cuando más nervios podemos tener. Aunque creas que lo tienes todo controlado, a última hora siempre surgen problemas pero son siempre solucionables. De momento vamos bien. Luego el sábado todo fluye.

En esta previa, ¿a qué asunto le deba prestar más atención?

Suelen ser principalmente cosas de última hora. Las infraestructuras, sobre todo, es lo que nos suele causar problemas en algunos momentos. Hay un antes y un después con la pandemia.

Cuánta antelación requiere montar la Aste Nagusia?

Desde el primer momento hacemos reuniones de valoración. Sin embargo, empezamos en Navidad. A veces la ciudadanía no es consciente, pero se hacen muchos cambios. Después de carnavales nos metemos de lleno con las contrataciones de artistas.

Están programados más de 500 actos de todo tipo. ¿Aste Nagusia une a todo el mundo?

Sí. Antes las actividades principales eran de noche y ahora durante el día hay muchas actividades. Especialmente a nivel familiar, que logran que la gente esté en la calle. Los turistas se asombran de que las actividades sean gratuitas. Aste Nagusia se ha convertido en unas fiestas muy populares repletas de actividades para todo tipo de públicos y a todas horas.

¿Cuál es su actividad favorita?

Me gustan mucho las txosnas y tomar algo. También los diferentes concursos gastronómicos y ver cómo los txikis aprenden a cocinar. Es un momento muy bonito. El teatro de calle en la Plaza del Gas y en el txikigune también. Es de gran calidad. Por último, los fuegos y los conciertos.

Tras la pandemia, el año pasado volvimos eufóricos. Sin embargo, tensiones como los pinchazos crearon cierta alarma. ¿Es esta una edición sin ningún temor?

Estamos mucho más tranquilos; los pinchazos fueron un asunto importante y reseñable. Causó ese miedo entre las jóvenes que no querían ni salir de fiesta. Una moda que, por suerte, no tuvo repercusión en la salud de las chicas, pero fue otra forma más de intentar que las mujeres no podamos disfrutar de la fiesta.

¿Y para esta edición?

Este año esperamos que podamos disfrutar con total libertad. Seguiremos con nuestros protocolos contra las agresiones sexistas. También hemos dado un paso más, siendo pioneros, con un protocolo ante las agresiones a miembros del colectivo LGTBIQ+.

El alcalde quiere que “la convivencia sea la única protagonista”.

Siempre hemos dicho que Bilbao es una ciudad solidaria, inclusiva y la buena convivencia nos define.

¿Cómo es el momento del txupin?

No es caótico, pero es muy intenso. Hay un protocolo e intento tranquilizar a todo el mundo, pero ante tal alegría no es fácil para la pregonera y la txupinera coger el micrófono y el papel. Al ver cómo grita la gente, no te enteras ni de la mitad, pero es muy emocionante.

Este año se cumplen 40 años de las históricas inundaciones. ¿Dónde estaba aquel día?

Tenía 19 o 20 años. Había quedado con la cuadrilla, que sigo teniendo, y no paraba de llover. Mi aita dijo que a dónde íbamos con ese tiempo. Al final no llegamos a salir de San Ignacio. Sin teléfonos, me quedé preocupada por mi hermana. Fue una situación caótica. Después tocó ponerse las botas y quitar barro.

¿Le cayó mucha bronca por salir?

A mi me han caído bastantes broncas (risas). Eran unas fiestas muy diferentes.

Se ha avanzado mucho y Aste Nagusia es más inclusiva.

La sociedad ha cambiado mucho. Disfrútalas tu también es nuestro lema y trabajamos todo el año con otros agentes para mejorar. Antes, la gente con dificultades se quedaba en casa. Todo el mundo tiene derecho a salir a la calle a disfrutar.

En el programa hay un acto bonito que homenajea a Kepa Junkera, el compositor del himno de Aste Nagusia.

El día 20 en la Plaza Nueva, sí. La gente va a poder disfrutar de esos espectáculos tan característicos de Kepa Junkera. Me parece fenomenal que esté presente.

¿Puede disfrutar algo de las fiestas con su rutina de concejala?

Empezamos a las 9 de la mañana con el equipo de fiestas. Después voy con el alcalde y los concejales y ponemos en común posibles incidencias. Siempre hay alguna visita que hacer: el circo, el hospital, bilbainadas… También soy comparsera y el bocata lo suelo coger en Gogorregi. Paso todo el día de un lado a otro. Sin embargo, mi hija nació en Aste Nagusia y ese día siempre intentamos sacar tiempo para comer juntos.

¿Qué consejo daría a alguien que nunca ha estado en Aste Nagusia?

La recomendación es bajarse la aplicación del teléfono con el programa, coger el pañuelo y que se tiren a la calle. Tenemos un montón de cosas. El año pasado tuvo mucho éxito el bus turístico teatralizado.

¿Está guapa este año Marijaia?

No la he visto aún, pero supongo que estará radiante. Espero que venga con los brazos abiertos para que cualquier persona pueda disfrutar con libertad de Aste Nagusia.

La edición pasada de fiestas fue multitudinaria tras la pandemia. El listón está muy alto.

El año pasado fueron las mejores fiestas del mundo y vamos a intentar mejorarlas.

Por último, coincide la quema de la Marijaia con partido del Athletic en San Mamés. ¿Es buen bálsamo para poner fin a las fiestas?

¡Fíjese que no puedo ir! Estoy enfadada (risas). Dijeron que iba a ser el viernes y nos lo han puesto el domingo. Me toca despedirme de Marijaia. Por primera vez en mi vida –casi, casi– elijo otra cosa que no es el Athletic.