- Coronavirus, frontera greco-turca y presupuestos. Son los únicos tres temas que no se han caído de la agenda del Pleno que se celebra en Bruselas. Los eurodiputados afearon a Charles Michel las divisiones y parálisis del Consejo Europeo para acordar los presupuestos comunitarios de los próximos siete años. La Eurocámara reiteró que tumbará un Marco Financiero Plurianual poco ambicioso. "Es mejor un no acuerdo que un acuerdo malo", señaló Iratxe García Pérez. "Es preferible un no acuerdo que un mal acuerdo". Esa frase tan escuchada en torno al Brexit regresaba en el debate del Parlamento Europeo sobre la última cumbre presupuestaria, que concluyó hace unas semanas sin acuerdo.

Los Estados miembros continúan con diferencias insalvables -al menos de momento- sobre las cuentas europeas para el periodo entre 2021 y 2027. Y el Parlamento Europeo, que debe dar su visto bueno final, nunca lo ha ocultado: tumbará un Marco Financiero Plurianual que no sea lo suficientemente ambicioso para las prioridades del futuro europeo. El propio David Sassoli, presidente de la Eurocámara, puso cifra a la diferencia que separa a Parlamento y Consejo: 230.000 millones de euros.

El debate sobre el presupuesto comunitario era uno de los tres temas prioritarios que se mantenían en el Pleno de Bruselas, reducido y limitado al lunes y el martes por la crisis del coronavirus. Al encuentro asistió Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, que no paró de encajar críticas de los eurodiputados de todo el arco parlamentario. El belga reconocía la "divergencia de opiniones" que persiste entre las capitales y prometió que "redoblará los esfuerzos" en este proceso "tan arduo y complicado".

Por su parte, Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión a cargo de Relaciones Interinstitucionales, trató de calmar al Pleno afirmando que a pesar de la derrota del 20 de febrero, "lo normal es que se necesiten dos cumbres para llegar a un acuerdo" por eso "la segunda será fundamental".

Bruselas pide a las capitales una propuesta "realista, razonable y responsable" en los primeros presupuestos sin el Reino Unido, que deja un vacío de entre 60.000 y 70.000 millones de euros en las arcas europeas. Comisión y Parlamento van de la mano en la exigencia de unas cuentas adaptadas a una mayor ambición y expectativas políticas para el futuro de la Unión Europea.

La cumbre presupuestaria del pasado 20 de febrero no dejó presupuestos y fue la primera gran derrota para cuadrar las cuentas de los próximos siete años. Los líderes debatieron una nueva negobox de Charles Michel, que suponía recortes del 14% en Política Agraria Común y 10% en Fondos de Cohesión. Se trataba de una propuesta menos ambiciosa que la presentada por la Comisión, muy alejada de la planteada por el Pleno comunitario y cuatro centésimas más suave que el anterior documento de la Presidencia finlandesa.

José Manuel Fernandes, en nombre de los Populares Europeos, rechazó la propuesta de Michel e incluso llegó a calificar de positivo la falta de acuerdo. "El Parlamento Europeo no puede traicionar a los ciudadanos aceptando una propuesta que vaya en su contra", señaló. "La UE geopolítica que defendemos sería irrelevante con su propuesta (€) El Consejo Europeo no puede ser una suma de 27 egoísmos nacionales", esgrimió reiterando la opción de que el Pleno dé portazo a un acuerdo del Consejo no satisfactorio.

Iratxe García Pérez, líder de los socialdemócratas en la Eurocámara, subrayó que este es un "debate que va mucho más allá de las cifras". "Va sobre qué Europa queremos conseguir. Y algunos están planteando hacer más con menos. Es preferible un no acuerdo a un mal acuerdo", señaló la española. Por su parte, Dacian Ciolos, cabeza de Renovar Europa en la cámara, coincidía en que "solo habrá presupuesto si está a la altura de las ambiciones políticas" y pidió ver las políticas tradicionales como las agrícolas o estructurales como "parte de la solución y no del problema". En esta línea predominante, Rasmus Andresen, en nombre de Los Verdes, instaba a los Estados miembros a arrojar "grandes decisiones en lugar de grandes diferencias".

Los 27 líderes de Estado y de Gobierno no son capaces de acordar el monto y las prioridades políticas del proyecto comunitario para el periodo entre 2021 y 2027. Dos grupos, los cohesionados y los frugales lideran esta lucha monetaria y política que tendrá su próximo asalto en la cumbre europea del próximo 26 y 27 de marzo en Bruselas.

Los primeros subrayan la importancia de mantener las políticas tradicionales. De hacer un presupuesto ambicioso para una Unión Europea ambiciosa y con muchos desafíos futuros. Los segundos ven los desembolsos agrícolas y estructurales obsoletos. Quieren poner el foco en la innovación y desarrollo. Y sobre todo, desean poner poco dinero. Tan poco que no se mueven del 1% de Renta Nacional Bruta (RNB) de los Estados miembros. Los 17 cohesionados, entre los que se encuentra España, no están dispuestos a bajar del 1,11% sugerido por el Ejecutivo comunitario.

Riesgo sanitario. El Parlamento Europeo decidió ayer martes que su próxima sesión plenaria, que debía tener lugar en Estrasburgo (Francia) entre el 30 de marzo y el 2 de abril, se celebrará en Bruselas por los riesgos asociados al brote de coronavirus. La medida trata de evitar los riesgos sanitarios que conllevaban movilizar a miles de personas para su celebración en Francia.

Calendario. En una decisión por procedimiento escrito, el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, y los líderes de los grupos aprobaron un nuevo calendario de sesiones plenarias en el que se modifica la próxima reunión de Estrasburgo. Además, se acordó igualmente reducir ese pleno a dos días de duración en lugar de los cuatro habituales de las sesiones de Estrasburgo.

"El debate va más allá

de las cifras, va sobre qué Europa queremos conseguir"

Líder de los socialdemócratas europeos