Un hombre de 72 años camina aturdido junto al puente de la Merced de Bilbao; sus pasos no son estables y se detiene para tratar de recuperar el equilibrio agarrando la barandilla hasta que sufre un desvanecimiento y cae al agua. En su ayuda corre un hombre senegalés de 27 años, Mouhammad Fadal Diouf, que al verlo en peligro se quita la mochila y se lanza para rescatarle sin dudarlo; por su cabeza no pasan los riesgos que puede conllevar su acción ni cómo en 2019, tras haberse lanzado para salvar a una joven que también había caído a la ría, se pasó varios días enfermo por la cantidad de agua que ingirió. "Ni me lo pensé; cuando vi que el hombre había caído y estaba en peligro me tiré a la ría para intentar ayudarle", recuerda 24 horas después en el mismo lugar donde ocurrieron los hechos.

Mouhammad paseaba el domingo a las tres de la tarde por el muelle de Marzana junto a un amigo cuando vio la caída. Una vez que logró llegar hasta donde estaba el hombre, ya en el agua, lo colocó boca arriba para que pudiera respirar y lo empujó hacia la orilla. "Fueron casi 15 minutos", asegura, "tragué mucha agua". A él se sumaron otras tres personas, dos migrantes y un policía municipal fuera de servicio, que ayudaron al senegalés a auxiliar al hombre. "Casi no podía más", explica Mouhammad, que agradece sus acciones a los otros tres rescatadores y al barco de recreo que corrió a socorrerlos y al que lograron entre los cuatro subir a la víctima. "Estoy muy agradecido por lo que hicieron, porque ellos también han sido parte del rescate", reconoce.OTRO RESCATE EN 2019

Poco después llegaron la ambulancia -tanto el hombre como otra de las personas que se lanzaron a auxiliarle tuvieron que ser evacuadas a un centro sanitario- y la Ertzaintza, que le tomó los datos "para felicitarle"; se duele un poco de que esa llamada todavía no ha llegado todavía, como tampoco lo hizo en 2019, cuando se lanzó a la ría para socorrer esta vez a una joven que también había caído al agua. "Cuando vi que estaba en la ría, me tiré a ayudarla. Unas personas que estaban en el paseo nos tiraron un salvavidas para que pudiéramos salir", rememora. Él no tiene papeles, pero con sus desinteresados actos ya ha logrado salvar a dos 'conpapeles'.

Mouhammad llegó a Bilbao hace cuatro años y medio, después de desembarcar en Algeciras en noviembre de 2016 y montarse en enero de 2017 en un autobús con destino a la capital vizcaina, ya que, cuenta, "tenía un amigo aquí". Ha estudiado una formación de marinero-pescador que ya ha aprobado y le interesaría inscribirse en la formación básica de seguridad, pero no puede al no tener regularizada su situación.

PRUEBAS EN EL BILBAO BASKET

A esos inconvenientes se le suma la imposibilidad de practicar un deporte al que es aficionado: el baloncesto. "He llegado a hacer unas pruebas en el Bilbao Basket, pero sin papeles no puedo competir", lamenta. Confiesa que le gustaría jugar en un equipo profesional, pero los papeles se han interpuesto en su camino. A pesar de ello, es optimista; está convencido de que "la vida sigue" mientras espera el momento para conseguir la documentación.

Desde Bilbao Basket han agradecido a Mouhammad su acto heroico y han destacado con orgullo que el senegalés es jugador del proyecto Bihotz Kantxa, iniciativa que pretende llevar el basket donde más se necesita para luchar por la igualdad de oportunidades.

Eskerrik asko Moha! ?? pic.twitter.com/Kk52orujIj

— RETAbet Bilbao Basket ?? (@bilbaobasket) June 21, 2021

Por ello, una de sus amigas, Leire Ruiz, ha lanzado a través de las redes sociales una petición que se regularice su situación por los actos heroicos que ha protagonizado, tal y como ocurrió en Francia en 2018, cuando el presidente Emmanuel Macron concedió la nacionalidad a un migrante maliense, Mamadou Gassama, el Spiderman de Mali, tras salvar a un niño de cuatro años de caer de un cuarto piso.