Bilbao - "El Gobierno ha estado desbordado y el lehendakari, desaparecido", sentenció Maddalen Iriarte, portavoz de EH Bildu, partido de la oposición que ayer solicitó la comparecencia de Iñigo Urkullu para explicar la gestión llevada a cabo por el Gobierno ante la situación de emergencia del vertedero de Zaldibar. En sus palabras, "esta crisis ha puesto sobre la mesa el tema de los residuos" y ha causado una "crisis de credibilidad" en el Gobierno, que "ha abandonado toda precaución, ha lanzado mensajes que luego ha tenido que desmentir y que han causado preocupación entre la población". A su juicio, el Ejecutivo "no ha estado a la altura" y ha actuado "con falta de empatía, descoordinación, descontrol y falta de transparencia".

"Cuando no se actúa con transparencia la gente se enfada. El Gobierno ha perdido credibilidad", aseguró Iriarte, quien reprochó al Ejecutivo vasco, cuyas explicaciones aseguró que llegaron "tarde", la falta de información sobre el suceso y censuró la falta de autocrítica real por parte del Gobierno vasco. "La falta de coordinación y prudencia han sido una constante", aseguró la portavoz, quien denunció que necesitaron "nueve horas para darse cuenta de que había amianto". Ello, señaló, provocó que una docena de trabajadores estuvieran en peligro. "Y a medida que las horas avanzaban", expuso, "la descoordinación aumentó".

En esa línea, la portavoz de EH Bildu consideró que dicha descoordinación ha sido palpable sobre todo entre los Departamentos de Trabajo y Medio Ambiente. "El liderazgo de los diferentes departamentos debía haber sido suyo, así es como los ciudadanos lo entienden", espetó al lehendakari, a quien afeó que la unidad que solicitaba para actuar ante la crisis no fuera posible, ya que les "ha dividido la falta de información". En ese sentido, añadió que "EH Bildu ha intentado ponerse en contacto con los tres departamentos implicados" para ofrecer su cooperación, si bien no han obtenido ninguna respuesta.

Por otro lado, tras el turno de palabra de Nekane Murga, consejera de Salud, que intervino a petición propia, Iriarte señaló que su intención "no es alarmar a la sociedad" pero opinó que no se debe tratar a los ciudadanos como "si no tuvieran cordura suficiente" para hacer frente a la situación. En esa línea, criticó la falta de coherencia del Ejecutivo vasco por señalar, primero, que no había ningún problema para la salud y, después, prohibir el deporte escolar al aire libre, entre otras medidas. Por ello, exigió que se realice un "mapa de la dispersión de las dioxinas" para conocer cuánto es "lo que se acumula" así como su incidencia.

"Queremos claridad y que se prometa que no hay ningún peligro para la población", afirmó Iriarte, ya que "sin información la gente se siente a la deriva y con miedo". Asimismo, lanzó una serie de preguntas como interrogantes que consideró que no habían sido aclaradas: "¿Está el fuego apagado? ¿Qué materiales se acumulaban en el vertedero? ¿Cómo saben que el derrumbe no ocurrió como consecuencia de las irregularidades?".