BILBAO. Únicamente se ha detectado, según ha añadido, un "abuso" de medicamentos opiáceos para intentar aliviar el dolor crónico causado por una hernia discal, pero sin "síntomas de descompensación psicológica, ni cambios psicoperceptivos, ni reducción de la capacidad de comprensión sobre los hechos".

Según ha relatado esta perito, en la entrevista que mantuvo con la acusada en mayo de este año no percibió "signos de depresión" y la propia mujer negó que sufriera "brotes psicóticos", sino que, en cambio, se refirió a sí misma como "una madre ejemplar que adora a sus dos hijas" -tiene otra de 20 años- y que vive una vida familiar "normalizada".

La forense ha asegurado que desconoce el móvil de este crimen, pero ha precisado que pese a que la acusada no lo reconoció, padecía "situaciones adversas" en su vida en el momento de los hechos, ya que el padre de la niña se disponía a reclamar su paternidad y los servicios sociales se habían puesto en contacto con ella debido al absentismo escolar de la pequeña.

La hija mayor, a quien también entrevistó, relató, sin embargo, que mantenía una "relación disfuncional" con su progenitora y que se producían discusiones en la vivienda.

Sobre la versión de la acusada, quien asegura que actuó obligada por un hombre encapuchado que accedió a su casa, la perito opina que se trata de "una explicación pueril y una justificación débil, que puede llegar a sorprender, porque relata este episodio de forma cronológica, cuando lo normal es empezar por el momento más estresante".

También rechaza la posible ingestión de una droga conocida como "polvo de ángel" (fenciclidina), que produce efectos alucinógenos y disociativos, porque "no cuadra con su estado calmado por efecto de los sedantes".

Por estos hechos, tanto la Fiscalía como la acusación particular, en representación del padre, y la acción popular de la asociación Clara Campoamor piden por primera vez en Bizkaia la pena de prisión permanente revisable. La defensa solicita la absolución al considerar que la responsabilidad penal corresponde a la tercera persona que le obligó a actuar contra su hija.

La menor murió de una parada cardiorrespiratoria el pasado 16 de enero cuando su hermana mayor entró en la vivienda y la encontró a ella y a su madre inconscientes y abrazadas. Tras llamar a emergencias, los sanitarios consiguieron reanimar a la madre y trasladarla al hospital, pero la niña falleció.

La causa de su muerte, según los peritos que declararon ayer en la vista oral, fue la ingestión de una combinación "letal" de fármacos, "quizás" ayudado por "mecanismo de asfixia".

El juicio, que se celebra con jurado, finalizará esta tarde con la lectura de las conclusiones y los informes finales por parte de las diferentes partes personadas.