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El sector primario, azotado por una interminable serie de plagas

El brote de peste porcina africana surgido en Catalunya reabre la alerta entre los ganaderos cuando aún se mantiene la vigilancia sobre otras patologías veterinarias anteriores, como la dermatosis nodular del ganado bovino o la gripe aviar

El sector primario, azotado por una interminable serie de plagasGVA / Europa Press

El sector primario estatal contiene en estos días la respiración ante la evolución del brote de peste porcina africana (PPA) detectado en Catalunya a finales de noviembre. Lo que inicialmente afectaba a 12 localidades del entorno del Parque de Collserola, próximo al área metropolitana de Barcelona, se ha extendido en los últimos días a ocho comarcas de la provincia que abarcan a un total de 91 municipios considerados como zona infectada por la Comisión Europea. La alta instancia continental se ha visto obligada a intervenir ante la amenaza que esto supone para la industria del porcino de Estado español, el primer productor de la Unión Europea -con un censo de 34,4 millones de cerdos- y el tercero del mundo, solo por detrás de gigantes como China y Estados Unidos. Y, además, esto ocurre cuando aún se mantiene la vigilancia sobre otras dos enfermedades animales que han puesto en jaque en los últimos meses al sector avícola y al del vacuno, como son la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) y la dermatosis nodular contagiosa, respectivamente. Demasiados sobresaltos en poco tiempo. Una plaga detrás de otra, como aquellas diez con las que, según el relato bíblico, Dios castigó al pueblo de Egipto.

Ha transcurrido ya más de un mes sin que se hayan producido nuevos brotes de estas dos patologías. Pese a todo, el Consejo de Ministros aprobó el pasado martes una partida de 66.000 euros para la adquisición de 500.000 dosis de vacunas para hacer frente a la dermatosis nodular. La rápida intervención de los servicios veterinarios de la Generalitat de Catalunya ha permitido que los 17 focos desatados, todos ellos en la provincia de Girona, estén controlados gracias a una vacunación que alcanza ya casi el 90% del censo total de cabezas de bovino en la zona afectada. El medio millón de dosis adicionales compradas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación servirán para reforzar la protección en las zonas vecinas de Catalunya y Aragón ante la amenaza que llega del otro lado de los Pirineos, ya que en Francia siguen apareciendo nuevos caos de esta enfermedad.

Del bocata al laboratorio

Por ahora, se sigue indagando sobre el origen del brote de PPA de Collserola. Aunque inicialmente se barajó que el causante podría haber sido un bocadillo de embutido contaminado e ingerido por un jabalí de la zona, se ha abierto otra línea de investigación que lo sitúa en un laboratorio. En concreto, se apunta al de IRTA-CReSA, referente en salud animal y ubicado en el Campus de la Universidad Autónoma de Barcelona, a apenas un kilómetro de donde aparecieron los primeros jabalíes muertos por PPA.

El Consejo de Ministros también aprobó destinar medio millón de euros al refuerzo de la gestión por parte de los servicios autonómicos veterinarios de la influenza aviar de alta patogenicidad, más conocida como gripe aviar, de la que se han detectado centenares de focos en aves cautivas y silvestres en todo el territorio peninsular, pero solo 14 que afecten en aves de corral. Eso sí, han obligado al confinamiento de todos los ejemplares para evitar su contagio con aves silvestres en migración procedentes del centro y norte de Europa, donde se están multiplicando los casos. Y también al sacrificio estimado de cerca de 3 millones de ejemplares de explotaciones de varias comunidades autónomas, con la de Castilla y León como la más perjudicada.

Pero la que acapara en estos momentos toda la atención y la preocupación es, sin duda, la peste porcina. Buena muestra de ello es el despliegue de unos 150 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en la zona cero del foco, en el entorno del municipio de Cerdanyola del Vallés, a los que se les han sumado otros 400 de diferentes cuerpos para labores de control del perímetro, desinfección y búsqueda de jabalíes muertos. Y que este brote se ha dado en ejemplares de esta especie de suidos, de los que se han hallado hasta ahora más de una docena por la enfermedad entre los más de 50 localizados sin vida. El objetivo es conseguir que el virus de la PPA no traspase los límites del Parque de Collserola a toda costa. El temor a que esto pueda suceder es más que fundado. Y es que, si bien es una enfermedad que no afecta a las personas, ni por contacto con los animales ni por ingestión de productos derivados de ellos, un solo contagio en una explotación porcina obligaría al sacrificio de todos sus ejemplares. Por si fuera poco, no hay vacuna para esta patología.

Regionalización

Todo esto ocurre en Catalunya, la segunda comunidad en número de cabezas de porcino por detrás de Aragón, con más de 8 millones, un 23% del total de un Estado que en 2024 exportó productos derivados del cerdo por valor de 8.800 millones. Y aunque la UE ha dejadofuera de la zona de afección a las comarcas catalanas con mayor peso del sector porcino como Osona y Bages, en la provincia de Barcelona, y Segrià (Lleida), hay países que han cerrado a cal y canto sus puertas a la mercancía de cerdo procedente de cualquier punto del Estado. Es el caso de Japón y México, dos importantes destinos. Sin embargo, de momento se han salvado los principales mercados al haber aceptado la regionalización del brote y vetar solo la entrada de productos porcinos desde la zona catalana afectada. Es lo que ha hecho China, la cual ella sola absorbe 1.100 millones de euros de las exportaciones porcinas españolas, el 12,5%. También siguen esta vía la UE en su conjunto y Reino Unido, mientras que se negocia con Estados Unidos y Canadá para que hagan lo propio.

Nafarroa, gran productora

En lo que se refiere a Hego Euskal Herria, el peso del sector del porcino es desigual. Este se centra fundamentalmente en Nafarroa, que concentra 1.080 de las 1.200 explotaciones existentes y acumula un censo de más de 825.000 cerdos, frente a los apenas 30.000 distribuidos en 120 granjas de la Comunidad Autónoma Vasca. Dentro de ella, más de la mitad de las cabezas se ubican en Araba, con 20.800 frente a las cifras insignificantes de Gipuzkoa (5.800) y Bizkaia (3.000). “En la CAV el porcino es sobre todo extensivo. No es como en la dehesa, pero entran por la noche a las naves. Sin embargo, en Nafarroa hay una industria muy potente. Hay fábricas de pienso, productoras, mataderos… Tienen el ciclo completo”, apunta Xabier Iraola, coordinador de Euskal Nekazarien Batasuna (ENBA).

“Llevamos una racha que es un sinvivir”, apunta el representante del sindicato vasco de baserritarras en relación a la concatenación de crisis sanitarias que vienen machacando al colectivo. “Hay algunas que no son nuevas, sino que aparecen y desaparecen”, señala, recordando el caso de la lengua azul, que vivió un brote en otoño de 2024 y otro más reciente el pasado verano. “En las vacas el animal tiene un bajón, pero luego se recupera. En cambio, en las ovejas, algunas se quedan para el arrastre y no queda otra que sacrificar”, explica Iraola, que tampoco olvida la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), que en 2023 se saldó con más de 700 reses de ganado bovino muertas o sacrificadas en la CAV.

Influencia en los precios

Este otoño ha sido el turno de la dermatosis nodular. Aunque los únicos casos se circunscriben a la provincia de Girona y es una enfermedad que no se transmite al ser humano, el movimiento de ganado se ha visto restringido en todo el Estado. Ello, sumado al cierre de algunos mercados de exportación ha provocado un freno a la tendencia alcista que presentan los precios de la carne de vacuno, aunque habrá que ver si hay un repunte en estas fechas próximas ya a la Navidad. Peor pinta la cosa para el sector porcino como consecuencia de la amenaza de la PPA. El precio del cerdo, que ya presentaba una tendencia a la baja, ha experimentado la mayor caída desde hace 30 años, cuando la peste porcina clásica castigó duramente a Europa. Los descensos oscilan entre el 7% y el 17%, en virtud de la variedad del producto, y el kilo se cotiza a 1,20 euros, el nivel más bajo desde el invierno de 2021.

Los productores piden controlar la población de jabalíes

La peste porcina africana ha puesto al jabalí en el punto de mira, al ser el vector de transmisión de un virus que ha hecho saltar todas las alarmas. Especialmente en el sector ganadero, que ve en esta especie una “plaga” peligrosa para la salud de sus animales.

Desde COAG, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos estatal, denuncian que las diferentes administraciones “han dejado crecer la población de jabalíes un 550% en 30 años sin medidas de control eficaces, mientras que el sector porcino destinaba millones de euros cumpliendo las normativas”. Esta proliferación llega al entorno de grandes áreas metropolitanas como la de Barcelona, donde se alcanzan densidades “de hasta 15 jabalíes por kilómetro cuadrado” cuando la media europea se sitúa entre dos y cuatro. Por ello, reclaman a los gobiernos central y autonómicos un Plan Nacional de Gestión de Fauna Salvaje que incluya mínimos de caza según densidad poblacional.

En la misma línea se manifestaba el sindicato vasco Enba, que pedía el establecimiento de “medidas de control de la fauna silvestre”, ya que esta “es un importante reservorio y transmisor de enfermedades a los animales de las explotaciones ganaderas”. Abogaba además por un esfuerzo compartido entre instituciones, cazadores y ganaderos para “hacer frente a la auténtica plaga de jabalíes con la que vivimos”, explicando la amenaza que suponen estos animales para “nuestra cabaña ganadera, compartiendo praderas, bebederos, comederos e incluso, alguna vez, entrando en las propias cuadras”.

Con motivo del brote de PPA, desde las administraciones vasca y navarra se ha solicitado al colectivo de cazadores su colaboración a fin de que adopten medidas de bioseguridad adicionales y notifiquen cualquier hallazgo de jabalíes muertos o enfermos.

Por su parte, la Unión Europea desaconseja iniciar la caza incontrolada de los jabalíes en el perímetro de la peste porcina antes de que se hayan aplicado las medidas para evitar el desplazamiento de los animales.


Esto contrasta con lo sucedido a raíz de la gripe aviar en el precio de la carne de pollo, que ha subido, aunque no tanto como el de los huevos, incrementado en más de un 30% con respecto a hace solo un año. “Dentro de los alimentos, es la proteína más barata. Hay gente que antes consumía carne de vacuno y ahora tira de huevo. Y además hay un factor de especulación. Suenan los tambores de que todo está subiendo y todo el mundo se sube al carro”, agrega Iraola.

Dificultades para la continuidad

Si la vida del ganadero ya es dura de por sí, todo esto complica la continuidad en una actividad con dificultades para atraer a nuevos emprendedores. “Llevamos años en una tendencia a la baja. No hay sector de la ganadería que esté ampliando ni el número de explotaciones ni el del censo de animales”, lamenta el representante de Enba, quien señala la excepción de Nafarroa, en especial con el porcino: “Allí entran los fondos de inversión, que son los que tienen una fábrica de embutidos y necesitan una provisión de materia prima regular. Ponen granjas enormes en zonas casi deshabitadas y ya la tienen asegurada. Los ganaderos trabajan en modo de integración. Les entregan los lechones, les dan la alimentación y en tal fecha tienen que tener tantos kilos”.