El gerente de la clínica Askabide de Gasteiz, Igor Elberdin, ha asegurado que la "coacción" de los antiabortistas que se manifestaban frente al centro, que están siendo juzgados en la capital alavesa, se derivaba de "la presencia constante, de la presión".
Así se ha manifestado Elberdin en la primera jornada del juicio contra 21 personas que protagonizaron concentraciones antiabortistas en otoño de 2022 ante esta clínica que practica interrupciones voluntarias de embarazos.
Los acusados se enfrentan a una petición de cinco meses de cárcel por un delito de coacciones que podrían sustituirse por 100 días de trabajos para la comunidad.
"Algo continuo y organizado"
El gerente de la clínica ha explicado que dos veces al año durante 40 días los antiabortistas se concentraban a diario para rezar, con rosarios, con camisetas y con carteles y que lo hacían de manera organizada, "en turnos" para tratar de permanecer ahí "todo lo que puedan".
"Era algo continuo, todo el día. Te enseñan carteles, te señalan, te miran, rezan en alto, nos han llegado a sacar fotos...", ha relatado Elberdin, que ha añadido: "Utilizan los rezos para decir barbaridades".
El primer episodio denunciado ocurrió el 28 de octubre de 2022, cuando una mujer que salía de la clínica tras interrumpir su embarazo, regresó "descompuesta" al ver a los manifestantes. En los días siguientes otras clientas tuvieron "ataques de ansiedad y nerviosismo", aunque la situación también "afectó psiquícamente" a las trabajadoras, ha explicado.
Como consecuencia, ha asegurado el gerente, hubo pacientes que cancelaron sus citas porque "no querían ser señaladas".
Indemnización
Askabide, que se ha personado en la causa como acusación particular, pide una indemnización de 20.000 euros.
Tras las denuncias presentadas por Elberdin se concedieron varias órdenes de alejamiento y ahora estas concentraciones tienen lugar en una plaza cercana y desde entonces las trabajadoras y pacientes están "mucho más tranquilas".
En esta primera jornada del juicio están declarando las 27 personas citadas como testigos, entre ellas una trabajadora y una paciente que se sintieron "intimidadas" y "señaladas" por la presencia de los manifestantes.
También han declarado varios agentes de la Policía Local de Gasteiz y de la Ertzaintza que acudieron a la clínica en varias ocasiones cuando esta llamó para denunciar la presencia de los manifestantes.
Los agentes han coincidido en destacar el carácter pacífico de las concentraciones, que los participantes estaban rezando y que los carteles que portaban "no eran insultos ofensivos directos".
La defensa pide la libre absolución por entender que no se molestó a las trabajadoras y pacientes porque los acusados se limitaron a rezar y exhibir pancartas en uso de su libertad de expresión.