El verano ha dejado en Euskadi 126 muertes atribuibles al calor, 63 más que en el mismo período, entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre, de 2024.
La mayoría de estas muertes se produjeron en agosto, cuando se registró una ola de calor que duró cerca de dos semanas. Fallecieron 74 personas, 23 más que en el mismo mes del año pasado.
Proyección estadística
Estos datos se recogen en los cálculos del Sistema de Monitorización de Mortalidad Diaria (Momo), que considera periodo estival el comprendido desde el 15 de mayo, cuando el Ministerio de Sanidad activa cada año el Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud, hasta el 15 de septiembre.
El Momo no mide fallecimientos reales sino que hace una proyección estadística a partir del cruce de datos de mortalidad y umbrales de temperaturas máximas a partir de las cuales el calor supone un riesgo para la salud y los compara con los del año pasado.
Atribuibles a las altas temperaturas, en mayo se contabilizó un muerto en Euskadi, en junio 27, en julio 12, en agosto 74 y en septiembre 12.
En el conjunto del Estado español, la mortalidad atribuida al calor aumentó un 87% durante el pasado verano, con 3.832 fallecimientos achacables al exceso de temperatura y los episodios de calor extremo, un 73% más que en 2024.