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Psicóloga de emergencias de la DYA

Verónica Rial, psicóloga de emergencias de la DYA: “No saben si el familiar está debajo o ha escapado, la incertidumbre es lo peor”

Esta psicóloga explica que los afectados de Valencia pueden “entrar en pánico y terror” si “dentro de un año o dos oyen llover de manera importante o ven desbordarse ríos”

Verónica Rial, psicóloga de emergencias de la DYA: “No saben si el familiar está debajo o ha escapado, la incertidumbre es lo peor”OSKAR GONZÁLEZ

Verónica Rial, psicóloga de emergencias de la DYA que intervino en “las inundaciones de Getxo hace unos cuantos años y en ciclogénesis explosivas que levantaron poblados”, repasa lo sucedido en Valencia.

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¿Qué le ha impresionado más?

—Los testimonios, cómo explican lo rápido que ha sido y que están en estado de shock. Dicen: “En unos días lo asimilaré y trataré de explicarlo”. Ver lo que han visto les deja sin palabras.

¿Cómo se vive asomarse a la venta y ver bajar un río por tu calle?

—La situación es de pánico. Es tan rápido que no te acabas de hacer a la idea de que eso te esté pasando. El tema será después porque podremos seguramente estar hablando incluso de trastornos de estrés postraumático. La gente que haya pasado esto dentro de un año o dos cuando vuelva a oír llover de manera importante o a ver desbordarse ríos probablemente pueda entrar en pánico y terror.

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¿Perder a un familiar así es más traumático que en un accidente?

—Sea una inundación o cualquier otra catástrofe, cada uno lo lleva de una manera y es igual de doloroso. Lo que sí es muy complicado es no saber. Hay pueblos totalmente inundados, casas totalmente destruidas y no saben si el familiar que no encuentran está ahí debajo o ha conseguido escapar. La incertidumbre en este caso es lo peor.

¿Cómo arropar a quienes la sufren?

—Esas personas que están en esa situación tienen que estar arropadas e informadas porque la información tranquiliza. Los servicios de protección decían que no salieran de sus casas intentando ir a buscar a alguien.

¿Ese es el primer impulso aunque te cubra el agua al cuello?

—Sí y si no eres una persona especializada, es complicado. Hay que destacar la labor de los Bomberos, Protección Civil y la UME salvando vidas y haciendo el triaje de a quién salvar sabiendo que eso conlleva muchas veces que otro no pueda ser salvado.

¿En qué se basan para elegir?

—Intentan rescatar a los más vulnerables, como las personas mayores y discapacitadas, y a las que vivían en casas de una sola planta y estaban literalmente con el agua al cuello.

Algunos cuerpos habrán sido arrastrados. ¿Cuesta asimilarlo?

—Cuesta asimilar la forma de la muerte. No es lo mismo pegarse un golpe y ya está que pensar en cómo se ha producido esa muerte, que puede producir bastante sensación de angustia.

¿Qué supone para una persona perder la casa en una inundación?

—Es todo, no solo el edificio que te da refugio, estás perdiendo toda tu vida, tus recuerdos. No los van a poder recuperar y eso es algo que van a tener que asumir y trabajar.

¿Necesitarán ayuda especializada?

—Ayuda especializada y grupos de apoyo de personas que hayan vivido lo mismo para que puedan comentar sus experiencias.

¿Para una persona mayor es peor?

—Con 40 años empiezas de cero, tienes dos manos, trabajas y tiras para adelante, pero una persona de 80 años que no tenga a dónde ir ni con quién y encima sin ningún recuerdo... Es tremendamente duro para ellos.

Hemos visto a una mujer rescatada con sus mascotas. ¿Qué tienden las personas a poner a salvo primero?

—Las mascotas suele ser lo principal y luego la documentación y pequeños recuerdos, como fotos.

Algunas personas se ponen en riesgo por intentar salvar el coche.

—No somos conscientes del riesgo que corre la vida. Hay gente que estaba a salvo y bajaba a los garajes para sacar el coche y se ha quedado en el garaje.

¿Restamos importancia a las alertas por la sobreinformación?

—Puede pasar, pero parece que no esperaban nada parecido a lo que ha ocurrido. Más de 400 litros por kilómetro cuadrado en algunos puntos es una barbaridad, más de lo que cayó en las inundaciones de Bilbao. Lo que ha pasado ha sido brutal.