El que fuera presidente de Cantabria entre 2003 y 2011 y entre 2015 y 2023 y fundador del Partido Regionalista Cántabro, Miguel Ángel Revilla, no va a repetir como candidato del PRC, pero su vocación política y energía le impiden estar quieto. Desde 2011, además de aparecer de forma periódica en televisión, se ha adentrado en el mundo de la literatura y este jueves presentará desde las 18.30 horas su libro Toda Una Vida, su séptima obra, en el centro cultural Clara Campoamor de Barakaldo en un acto organizado por el Centro Cultural Cantabria de la localidad fabril. Revilla, el hombre al que Bilbao le hizo pasar de ser El Mudito a todo un torbellino, sigue haciendo gala de su verborrea y naturalidad a sus 81 años recién cumplidos y no rehuye ningún tema de conversación. El expresidente cántabro reconoce que “si no me hubiese metido en política, ahora estaría preguntándome por qué no lo hice”.

Acaba de cumplir 81 años, imagino que habrá sido muy difícil condensar toda una vida como la suya en un libro.

Es mi séptimo libro y algunas cosas las he ido contando anteriormente. En Toda Una Vida hago una reflexión sobre lo que ha sido mi vida, sobre puede servir a alguien la manera que he tenido de comportarme. Es un libro de experiencias, autoayuda, hablo de acontecimientos que he visto y vivido hasta hace un año. Ahora mismo estoy escribiendo mi octavo libro.

¡No para!

No. Empecé a escribir en 2011 cuando el PP sacó mayoría absoluta en las elecciones de Cantabria y dejé la presidencia del gobierno. Luego en 2015 me volví a presentar y arrasé, pero en esos cuatro años la Editorial Espasa me animó a escribir un libro y así surgió Nadie Es Más que Nadie que fue un bombazo. Ahí creé una base de seguidores de mis libros que me piden que escriba más. Hasta entonces no había escrito nunca y yo escribo mis libros a mano, en folios, no uso ordenadores ni esas cosas. Eso le sorprende mucho a la gente y también mi buena caligrafía. Voy escribiendo en viajes, se me ocurre un capítulo y me pongo a escribir en mi bloc de notas y ya tengo esa necesidad de escribir.

¿Cómo van las ventas del libro?

Van muy bien, es un best seller (risas) Estoy muy contento de cómo está yendo.

“Escribo mis libros a mano, en folios. No uso ordenadores ni esas cosas”

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro tan íntimo?

A veces mi mujer me dice que cómo cuento ciertas cosas, pero creo que de una persona que se dedica a la política se debe de saber todo, aunque a veces contar ciertas cosas me genere algún problema o polémica. Nunca he dejado de responder a una pregunta. La gente valora que siempre escribo y digo lo que pienso y en eso tengo la ventaja de no ser ni del PP ni del PSOE y de poder hablar con total libertad de todo tipo de temas. Yo no he hecho política para enriquecerme porque renuncié a un puestazo en un banco, me metí en política porque creía que a Cantabria se le estaba quitando su identidad con el sistema territorial que se quería implantar tras el franquismo y que nos englobaba en Castilla La Vieja.

Parte de esa vida ha discurrido en Euskadi, más concretamente su etapa universitaria. ¿Qué recuerdos tiene de aquella época?

Fue una etapa muy bonita y, quizá la más importante de mi vida. Esos siete años cambiaron mi vida. Bajé de un pueblo, hablaba con la u y era una persona taciturna que no hablaba con nadie porque me habían hecho bullying en el colegio. Se reían de mi por mi forma de hablar, por acabar las palabras con la u y por todo eso no hablaba con nadie. Al llegar a Bilbao todo eso cambió y esa ciudad es para mí toda una referencia por todo lo que viví allí y lo que me cambió, tengo muchos amigos allí. Mira si cambié en Bilbao que antes los Salesianos me llamaban El Mudito y ya ves ahora todo lo que hablo. Entre el Santander de los 60 y Bilbao de aquella época había una gran diferencia, la diferencia que hay entre Santander y Nueva York. Estuve en dos pensiones en La Cruz y Gran Vía, iba a los bares de Ledesma... Sigo yendo bastante a Bilbao y allí la gente me quiere mucho. Un día estuve por allí con Andoni Ortuzar y alucinó. En Bilbao trabajé en una empresa de encuestas y en la Bolsa.

“Los siete años que viví en Bilbao me cambiaron la vida. Es una ciudad que es una referencia para mí por todo lo que viví y lo que me cambió”

Años después de estar en Bilbao, en 1978 funda el Partido Regionalista de Cantabria. ¿Cómo vivió ese proceso?

Antes creé la Asociación de Defensa de los Intereses de Cantabria y había gente que decía de mí que era un nacionalista y que era la influencia que tenía de lo vivido en Euskadi. Aquello me cabreó y renuncié a mis fines de semana para irme en coche por toda Cantabria para decir a la gente que Cantabria es una realidad geográfica y cultural como lo es Euskadi, Catalunya y otros muchos lugares. Ni mejor ni peor. Cuando a Cantabria la dejaron sin autonomía, no quedaba más solución que hacer un referendum para lograrla. Tenían que votar más del 80% de los ayuntamientos y de la población. Ahí es cuando creamos el Partido Regionalista de Cantabria y el nacimiento del PRC espoleó al resto de partidos para solicitar la autonomía para Cantabria. Estoy muy satisfecho de lo que he conseguido en mi carrera política y si no hubiese dado el paso de meterme en política por vocación y convicción, ahora me estaría preguntando... Revilla, ¿por qué no lo hiciste?

Euskadi estuvo presente también en esos inicios del PRC, puesto que el PNV acudió a la primera asamblea general del partido.

El PNV acudió a aquel congreso y admiro a muchos integrantes del PNV de aquella época como, por ejemplo, Amezketa. Ellos, por su nivel de organización, siempre han sido un referente para el PRC. La relación con ellos ha sido muy buena y yo fui el telonero de Garaikoetxea en su mitín de presentación como candidato a lehendakari. Luego hubo un distanciamiento entre ambas formaciones en la época de ETA porque nosotros fuimos radicales en nuestra postura contra ETA, nosotros pedíamos una mayor contundencia. Ibarretxe jamás me llamó para trasladarme condolencias en ninguno de los atentados de ETA en Cantabria. Ahora nuestra relación con Iñigo Urkullu es magnífica y tenemos una gran afinidad. Tenemos una gran relación entre el PRC y el PNV y tenemos proyectos y reivindicaciones como el impulso al proyecto de tren entre Bilbao y Santander.

Sería un proyecto muy importante para mejorar la comunicación entre Euskadi y Cantabria.

Está claro. Europa nos ha dejado fuera de sus programas de financiación, pero el compromiso del Gobierno de España es ejecutar este proyecto. Sería una obra faraónica, pero no es normal que dos puntos entre los que hay 95 kilómetros de distancia estén a tres horas en tren. Para Cantabria, Bilbao y Euskadi es nuestra salida a Europa, es donde está nuestro flujo comercial y humano por mucho que la derechona se empeñe en potenciar la conexión hacia Galicia y el centro.

¿Han sido las relaciones con Euskadi importantes para que Cantabria progresase adecuadamente en estas décadas?

Han sido muy importantes porque sólo hace falta ir a Castro, Noja y otros lugares un fin de semana para ver que hay casi, o sin casi, más vascos que cántabros. Cuando era presidente iba a Noja a la playa porque allí no me pedían carreteras ni esas cosas. ¡Me llamaban lehendakari! (risas). Cuando algunos cántabros dicen eso de que nos invaden los vascos, yo les digo que bendita invasión porque para nosotros es todo un privilegio nuestra vecindad con un territorio tan próspero como Euskadi.

Lleva más de 45 años en política. Supongo que las maneras de hacer política han cambiado muchísimo en todo este tiempo. ¿Le ha costado adaptarse a todos estos cambios?

Ha cambiado muchísimo y en muchos aspectos hemos ido hacia atrás. Ahora hay muchas personas que se meten en la política para vivir de ello y que, en muchos casos no han hecho otra cosa en la vida. Yo, como he dicho antes, lo hice por vocación y convicción dejando un muy buen puesto de director de banca por tratar, y después lograr, lo que Cantabria merece que es su autonomía y su reconocimiento. Yo ya no me volveré a presentar como candidato, pero mi vocación y mi convicción me harán seguir haciendo cosas. Ahora, por el contrario, vemos que hay en política gente que no está preparada, sin bagaje alguno fuera de la política, gente que sólo intenta colocarse y eso hace un daño terrible a la política y a su credibilidad.

Usted, a diferencia de otros muchos políticos del Estado, sí ha puesto un cordón sanitario a la extrema derecha. Para evitar que Vox entrase en el gobierno de Cantabria, el PRC permitiendo así que gobernase el PP en solitario.

Está claro y eso lo he hablado con Iñigo Urkullu muchas veces y en eso estamos muy de acuerdo. Nosotros lo dijimos muy claro la misma noche electoral, que daríamos nuestros votos gratis, pero gratis es gratis, sin exigencia alguna más allá de que se siguiesen desarrollando los proyectos que habíamos iniciado, a cambio de que Vox no entrase en el gobierno de Cantabria. Creo que fue un gesto de señorío por nuestra parte porque en el PRC no somos unos carroñeros. Hasta hemos aprobado los presupuestos con el PP. Pero Vox es un peligro, y lo digo con todo el respeto a sus votantes, porque van en contra de la descentralización, tienen su idea de España en la que los territorios deben de renunciar a sus tradiciones, sus lenguas... Y todo ello con ribetes racistas. Están en las antípodas de la ideología del PRC y de la mía propia. Son el gran peligro de España ahora mismo y lo digo con todo el respeto a sus votantes.

¿Qué opina de la tan manida amnistía a quienes participaron en el procés catalán?

Yo he de decir que estoy en contra de la amnistía porque creo que para cambiar las cosas hay que hacerlo dentro de la ley, sin saltársela. Puigdemont desde su puesto de presidente se saltó las leyes, las vulneró. Alguien que está al frente de un gobierno no puede hacer lo que Puigdemont hizo porque eso es un golpe de Estado. Las leyes hay que intentar cambiarlas, no vulnerarlas. En este país se puede pedir lo que sea, pero mientras las leyes no cambien, no se pueden hacer ciertas cosas. Si estos señores hubiesen reconocido su error y que no se van a salir del marco constitucional, estaría de acuerdo con la amnistía, pero no veo indicios de eso. Me da la impresión de que volverán a intentar lo mismo y eso para un demócrata como yo es difícil de digerir.

“Estoy en contra de la amnistía porque creo que para cambiar las cosas hay que hacerlo dentro de la ley, sin saltársela. No veo indicios de que los políticos catalanes hayan reconocido su error”

Es un personaje muy conocido en todo el Estado por sus apariciones televisivas, sus opiniones son escuchadas con mucha atención y se tienen muy en cuenta. ¿Cómo lleva eso de ser un político muy televisivo?

Lo llevo muy bien. Mucha gente me ha conocido mucho mejor por mis intervenciones en programas como El Hormiguero o La Sexta Noche. A mí me gusta que la gente me pare por la calle, que hable conmigo... Que gente que piensa como yo o todo lo contrario te pare, le haga ilusión hacerse una foto conmigo o que venga a las presentaciones de mis libros es muy bonito. Siempre me ha gustado hablar con la gente.

¿Qué le diría a la gente para que vaya mañana a las 18.30 al centro cultural Clara Campoamor de Barakaldo?

Les diría que si vienen no se van a aburrir, se lo van a pasar muy bien. De hecho, cada presentación es diferente y pregunto al público si quiere reír o llorar. Estaré a disposición de la gente para firmar libros, hacerme fotos...¡Aunque tenga que estar allí hasta la 1 de la mañana!