Bizkaia dispondrá de un helicóptero para combatir los incendios forestales este mismo año. La aeronave, que compartirán las tres diputaciones y el Gobierno vasco, tendrá su base operativa en los aeropuertos de Sondika y Hondarribia en otoño e invierno, y en Foronda en verano, coincidiendo con la época de más riesgo de fuegos en cada una de las zonas de Euskadi. Tendrá capacidad para transportar 900 litros de agua y podrá volar a más de 200 kilómetros por hora.

Hasta la fecha, Bizkaia no ha contado con ningún medio aéreo para combatir grandes incendios forestales. Tampoco Euskadi. El voraz incendio del otoño de 2022 en Balmaseda, y teniendo en cuenta que este tipo de fuegos serán cada vez más virulentos debido al cambio climático, puso sobre la mesa la necesidad de contar con algún dispositivo de este tipo y el Gobierno vasco anunció su intención de alquilar un helicóptero que diera servicio a los tres territorios históricos, a través de un convenio con las diputaciones.

El proyecto ya está en marcha. El año pasado ya se alcanzó un acuerdo entre las tres diputaciones y el departamento de Seguridad del Ejecutivo de Gasteiz. El proceso prosigue en estos momentos en los tres territorios, ya que sus instituciones forales deben aprobarlo en sus respectivos Consejos de Gobierno –lo han hecho ya Bizkaia y Gipuzkoa, y se espera que Araba lo haga en breve– y después recibir el visto bueno de las Juntas Generales. Una vez que concluya esta fase, lo hará el Consejo de Gobierno vasco y se firmará el convenio entre las cuatro instituciones. A partir de ese momento, el contrato, que será en régimen de arrendamiento tanto del helicóptero como del piloto que deberá poner a disposición la empresa que resulte adjudicataria, se sacará a concurso.

Las tres instituciones compartirán la financiación del helicóptero, que comprende dos conceptos. Por una parte, hay que costear la disponibilidad en sí de la nave, que se alquilará por un periodo de dos años, con posibilidad de otros dos de prórroga. Su coste por ejercicio será de 891.425 euros como máximo –es el precio por el que el concurso se sacará a licitación–, ya que esta cifra se reducirá previsiblemente una vez se adjudique el servicio. Con los porcentajes que se han establecido por institución, a la Diputación Foral de Bizkaia le corresponde abonar 291.139,4 euros (un 32,66%), la de Gipuzkoa pagará 245.320,16 (un 27,52%), Araba presupuestará 198.966,06 (un 22,32%) y el departamento de Seguridad del Gobierno vasco, 155.999,75 (un 17,50%).

A ello habrá que añadir un coste en función de las horas de servicio que preste para cada Diputación. Esto es, se pagará en función del uso por parte de quien utilice el helicóptero. Cada hora tendrá un coste de 1.902 euros; la ordinaria, porque podría darse la circunstancia de que la aeronave tenga que trabajar más de las que un solo piloto puede operar de forma continuada, por lo que se necesitaría un segundo que tomara el relevo. En estos casos, cada hora se tendría que abonar a unos 1.300 euros. “En el contrato que vamos a sacar a licitación hemos hecho una estimación de 200 horas de vuelo, ampliables a otras 40 si fuera necesario”, explica el director de Atención de Emergencias y Meteorología, Ricardo Ituarte.

El helicóptero será un modelo monoturbina –como los que trabajan en otras comunidades–, podrá alcanzar una velocidad de vuelo de al menos 200 kilómetros y estará equipado con un helibalde o cisterna colgada con capacidad mínima de 900 litros de agua. Además del piloto, podrá trasladar a bordo hasta a cinco brigadistas o personal del Servicio de Extinción de Incendios de cada Diputación que participen en el dispositivo de emergencia, si así lo estimaran oportuno. “En un incendio habrá medios de extinción de tierra pero también tendrán la posibilidad de acceder al lugar con el helicóptero”, apunta Ituarte.

Para establecer la base operativa se han tenido en cuenta las características que presenta Euskadi en cuanto al riesgo de incendio. En verano, éste es mayor en la zona interior, por lo que durante esta temporada el helicóptero tendrá su base en Gasteiz, “concretamente estamos pensando en el aeropuerto de Foronda”. Con la llegada del otoño y el invierno, ese riesgo se traslada a Bizkaia y a Gipuzkoa, al entrar en parada vegetativa las superficies forestales que se han ido acumulando durante el verano y que actúan como combustible ante un posible fuego. De hecho, los únicos tres incendios que superaron las cinco hectáreas el año pasado en nuestro territorio se produjeron en el mes de marzo. En este caso, el helicóptero operará desde los aeropuertos de Sondika, “donde ya existen otras dependencias”, y Hondarribia. “De esta forma, se aminoran los tiempos de respuesta en la zona que tiene un riesgo más elevado en cada momento”, explica el director. El piloto que esté de guardia en cada momento también estará presente en cada base, para poder actuar en cuanto se produzca una emergencia.

La aeronave estará operativa durante el periodo del año en el que el riesgo de incendios forestales es medio y alto, un total de nueve meses y medio, que en cualquier caso se podría ampliar hasta los doce. Podrá volar, eso sí, únicamente cuando haya luz natural, desde el amanecer hasta el ocaso.

Está ya establecido cómo será el procedimiento operativo. En el momento en que se produzca un incendio, cada Diputación –que es quien correrá posteriormente con los gastos de vuelo– podrá solicitar la activación del medio aéreo a SOS Deiak. Servirá no solo para labores de extinción en sí, como también de vigilancia. “Sin haber un incendio, puede haber una brigada forestal que quiera llegar a una zona de difícil acceso para desarrollar alguna labor. Pueden utilizarlo para ello, siempre y cuando no haya un incendio en curso”, advierte Ituarte.

A la hora de cargar el agua, se buscará un punto adecuado cerca del lugar donde se está produciendo el incendio, como puede ser el mar, un pantano, balsas... “En el caso de Balmaseda, por ejemplo, se utilizó el pantano de Ordunte, que está relativamente cercano, para estas labores. Están señalizados en un mapa y en la propia operativa, dependiendo de dónde sea el incendio, se decide dónde irá a coger agua”, señala.

Para el director de Atención de Emergencias y Meteorología, la principal ventaja que ofrecerá este helicóptero es la posibilidad de acceder de forma rápida a un incendio, evitando de esta forma que se desarrolle y se convierta en un fuego más virulento. “En un gran incendio, la labor que puede hacer ya es muy limitada, aunque suma. Pero un helicóptero, con su capacidad de respuesta y de acceder a sitios donde los medios terrestre lo tienen más difícil, te ofrece la posibilidad de lo que es un conato o un incendio incipiente, se le pueda limitar mucho el recorrido e incluso extinguir antes de que pase a mayores. Esa es su verdadera ventaja, el ataque al incendio en el primer momento”, pone en valor.

Ricardo Ituarte considera, en este sentido, que el helicóptero será suficiente para cubrir las necesidades que puedan surgir en Euskadi. “Hay que tener en cuenta que somos una comunidad pequeña y, aunque en 2022 tuvimos un incendio forestal excepcional, nuestra situación está lejísimos de poder compararse con otras comunidades. A principios de 2023 Asturias y Cantabria estaban ardiendo por completo y en Euskadi prácticamente no hubo”, recuerda. “Aquí es muy importante la labor de prevención que hacen las diputaciones, la gestión del uso y la concienciación de los propios ciudadanos. Eso nos protege”.

Cambio climático

“Nos queremos anticipar”

“Punto de inflexión”. ¿Por qué disponer de un helicóptero ahora, cuando Euskadi no lo ha tenido nunca? La respuesta, para Ricardo Ituarte, es clara. “Queremos anticiparnos a situaciones que ocurrieron hace dos años y quizá no ocurran en los siguientes, pero sí estamos viendo que el cambio climático nos lleva a pensar que cada vez el riesgo de que se produzcan incendios forestales va a ser mayor”, recuerda el director de Atención de Emergencias y Meteorología, servicio este último que también comparte sus análisis y modelos en cuanto a previsiones. Se trata de una reflexión que se planteó en el departamento de Seguridad del Gobierno vasco tras el incendio de Balmaseda “un hecho aislado” pero que, en sus palabras, “marcó un punto de inflexión. El riesgo cada vez puede ser mayor, con ondulaciones, con cambios a lo largo del año. Estando lejos de la situación de otras comunidades autónomas, Euskadi quiere protegerse y proponer respuestas rápidas si vuelven a darse esas circunstancias”.