La jugadora de la selección española Laia Codina ha declarado este viernes durante casi una hora en los juzgados de Pontevedra como testigo en el 'caso Rubiales', que investiga el Juzgado Central número 1 de la Audiencia Nacional.

Codina, que está concentrada con el equipo nacional en Sanxenxo (Pontevedra), para el partido que jugará esta noche contra Italia, ha prestado declaración por videoconferencia ante el juez que instruye la causa.

La jugadora, que llegó a los juzgados pontevedreses a las nueve y media de la mañana acompañada de personal federativo, testificó durante cerca de una hora.

Sin declaraciones a la salida

Al salir de sede judicial, preguntada por los periodistas acerca de su declaración, Codina no ha querido pronunciarse y, escoltada por agentes de la Policía Nacional, ha entrado en la furgoneta que la esperaba a la puerta para regresar a la concentración con sus compañeras.

Esta declaración se enmarca en la causa abierta contra el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, por el beso no consentido que dio a la jugadora Jennifer Hermoso durante la celebración de la victoria en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. El juez investiga a Rubiales como presunto autor de los delitos de agresión sexual y coacciones.

Laia Codina, cuya declaración inicial estaba prevista para el pasado 16 de noviembre, es la cuarta jugadora de la selección que testifica en este procedimiento, tras Misa Rodríguez, Alexia Putellas e Irene Paredes.

No será hasta el próximo 2 de enero cuando el juez instructor tome declaración a Jennifer Hermoso, para dar su versión del beso no consentido que recibió por parte de Luis Rubiales y las presuntas coacciones que habrían sufrido ella y sus allegados para que restasen importancia a los hechos.

Apoyos a Jenni

Días después de aquel episodio, que provocó una oleada de indignación, Laia Codina apoyó la decisión de Jenni Hermoso de formalizar su denuncia contra Rubiales, a quien la FIFA acabó suspendiendo durante tres años.

"Yo hubiera hecho lo mismo. Todo se ve claro. Jenni lo está pasando mal y, después de todo lo que ha conseguido en su carrera y pasar lo que está pasando estas semanas, lo único que podía hacer era presentar esa denuncia", manifestó la internacional.

La futbolista explicó entonces cómo vivió el vestuario de La Roja todo lo sucedido en la celebración del Mundial, no sólo el beso en la boca de Rubiales a Hermoso, sino también los gestos del presidente celebrando el título en la grada.

"Cuando somos conscientes de los hechos que han pasado, no solo el beso sino los gestos en la grada con la reina al lado, es en el autobús. Una compañera veterana nos dice que es serio, que es inaceptable y lo tenemos que condenar", desveló.