La Organización Sanitaria Integrada (OSI) Ezkerraldea Enkarterri Cruces de Osakidetza ha obtenido el premio Profesor Barea 2023 por su programa "Mi calidad de vida" para pacientes con cáncer de mama, una iniciativa a la que se han adherido desde su puesta en marcha en 2018 un total de 800 pacientes diagnosticadas con esta enfermedad en sus diferentes tipos.

Este programa ha sido reconocido en el apartado de "Evaluación en resultados en el sector salud" de la edición número 21 del premio Profesor Barea, según ha informado el Departamento de Salud del Gobierno vasco en un comunicado.

El reconocimiento de la Fundación Signo fue entregado a la ginecóloga de la Unidad de Patología Mamaria y responsable del programa, Patricia Cobos, en el transcurso de la ceremonia celebrada en el Congreso de los Diputados de Madrid, este lunes 9 de octubre, en presencia de los representantes de diferentes comunidades autónomas, instituciones y proyectos finalistas.

La ginecóloga Patricia Cobos recogió el premio durante la ceremonia celebrada en el Congresos de los Diputados Irekia

Como representación de la OSI Ezkerraldea Enkarterri Cruces acudieron también la directora gerente, María Luz Marqués, la subdirectora de Innovación y Calidad, Inés Gallego, y la ginecóloga de la Unidad de Patología Mamaria, Iratxe Vázquez.   

Medicina basada en el valor

El programa "Mi calidad de vida" para pacientes con cáncer de mama nace en 2018 en el Hospital Universitario Cruces de Osakidetza cuando el centro asumió los fundamentos de la Medicina Basada en el Valor, según han informado.

Para su implantación, se basó en el estándar internacional desarrollado por ICHOM (International Consortium for Health Outcomes Measurement), fundación "referente" a nivel internacional que está impulsando la atención basada en valor.

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La metodología que propone ICHOM busca "mejorar los resultados en salud que realmente importan a los pacientes". Según han indicado desde la OSI, se ha habla así de los resultados clínicos, en términos de supervivencia, control de le enfermedad o reducción de complicaciones, así como del impacto en la propia calidad de vida de las personas.

El programa "Mi Calidad de Vida" en cáncer de mama, además, mediante herramientas como el Design Thinking, analiza todo el ciclo de atención de la asistencia desde la experiencia de paciente, identificando las emociones y los "momentos de verdad" del proceso. Toda esta información permite invertir adecuadamente los esfuerzos y por supuesto, lograr una mayor implicación de las pacientes en su propia salud, han destacado desde Osakidetza.

Según han apuntado, es una realidad que la medicina ha experimentado en los últimos años "grandes avances e innovaciones" en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades, lo que ha favorecido una mayor prolongación de la vida de las personas enfermas, y, en definitiva, una mejora en los resultados en salud.

Sin embargo, han asegurado que, como consecuencia positiva, ya no solo sirve que los indicadores asistenciales digan que se están mejorando clínicamente, sino que se necesita contrastarlo con las personas que padecen la enfermedad y que aporten información sobre cómo se está impactando en su vida.  

 Autoimagen o calidad de vida

Desde su inicio, un total de 800 pacientes diagnosticadas de cáncer de mama en sus diferentes tipos se han adherido al programa "Mi calidad de vida". De estas personas, el programa ha recogido datos de su experiencia en cuanto al dolor que sienten, su autoimagen, su sexualidad, fatiga y calidad de vida en general.

Con todo ello, más los datos clínicos, los profesionales sanitarios del programa y las pacientes han ido avanzando en el proceso de la enfermedad.

Cinco pasos

La paciente participa en su tratamiento a través de un proceso de cinco pasos, que arranca una vez que la mujer es diagnosticada de cáncer de mama. En ese momento, el equipo multidisciplinar que incluye todas las especialidades que intervienen en el proceso, le presentan el programa, le invitan a participar y le explican que gracias a esta iniciativa podrán valorar su calidad de vida y los resultados en salud para hacer un mejor seguimiento de su situación.

Como segundo paso se le indica que se recogerá su opinión respecto a su calidad de vida mediante encuestas semestrales que directamente quedan incluidas en su historia clínica. La información será utilizada por el personal sanitario para ayudarla en el proceso de su enfermedad y la paciente podrá elegir la manera de responder, bien a través de Internet, por teléfono, o con tablet en la consulta.

En un siguiente paso, se realiza la primera encuesta con la enfermera gestora, un figura desarrollada por el Plan Oncológico de Euskadi para cada proceso oncológico que asume la responsabilidad de la atención asistencial integrada y la coordinación de circuitos, a fin de adaptarse al formato y al tipo de información. Esta información es el punto de partida que permite compararla con los datos que se recogen posteriormente y ver los cambios que se producen y de qué manera el equipo clínico puede ayudar a la enferma.

En un cuarto paso se entrega a la paciente un minilibro con información sobre la enfermedad, el proceso que va a vivir, el programa "Mi calidad de vida" y el equipo multidisciplinar a su disposición: Ginecología, Enfermería, Medicina Oncológica, Radioterapia Oncológica, Anestesia, Radiodiagnóstico, Medicina Nuclear, Rehabilitación, Psicooncología, Trabajo Social, Anatomía Patológica y Cirugía Plástica.

Cuenta, además, con espacio para anotar las inquietudes de la pacientes y sus preguntas, además de las citas a las que tiene que acudir, e informa de todos los recursos con información de que dispone y cómo acceder a ellos, como el caso de la página web "eSano", la Carpeta de Salud, cumplimentación de encuestas, y contacto directo con los profesionales sanitarios.

En un último paso se ofrece la información necesaria y se aclaran dudas, se programan futuras citas y se establece un teléfono de contacto. Además, se define la persona cuidadora principal de la paciente y se deja un espacio para resolver las dudas que pueda tener.

El personal sanitario que la atiende, del mismo modo que revisa la analítica, puede analizar en la historia clínica los resultados de las encuestas de calidad de vida que han contestado sobre aspectos de su vida cotidiana, problemas asociados a la patología que padece, su estado anímico y aceptación de la situación.

Todo ello, en su conjunto, es valorado y determina decisiones sobre el tratamiento que se segue. La información de todos los resultados está ayudando a realizar mejoras en el proceso asistencial, han destacado.

La Medicina Basada en el Valor constituye "un marco estratégico innovador" de Osakidetza que busca "orientar los servicios de salud hacia una atención centrada en el valor y en el paciente de forma integral e integrada".

Combina tres elementos esenciales: los sistemas de medición de resultados de salud de valor para los pacientes, la organización de la práctica asistencial en torno a procesos o condiciones clínicas, y el cálculo de los costes por paciente durante todo el proceso.

Según han destacado, la implantación de la atención basada en valor desde 2016 ha llevado a la OSI Ezkerraldea Enkarterri Cruces a ser "un referente" para organizaciones como ICHOM, con quien ha colaborado en los últimos años en repetidas ocasiones.

Este año, contará con la subdirectora de Innovación y Calidad como representante de la OSI Ezkerraldea Enkarterri Cruces como jurado del Premio NEJM Catalyst Implementation para la próxima Conferencia Anual de ICHOM 2023, que tiene lugar en Barcelona desde este lunes 9 al miércoles 11 y al que asistirán tras recibir el premio Arturo Barea tanto la directora gerente como las ginecólogas Patricia Cobos e Iratxe Vázquez.