El Gobierno vasco hace un balance positivo de la solidaridad vasca en el primer año transcurrido desde el inicio de la guerra en Ucrania aunque es una valoración "sobria, discreta y exenta de cualquier hipérbole o autocomplacencia: sencillamente, se ha hecho lo que se debía hacer".

Esta es una de las conclusiones del documento "Ucrania-Euskadi: Memoria de un año de solidaridad" que el Ejecutivo autonómico ha presentado en la Mesa de Seguimiento para la Acogida de Personas Refugiadas de Ucrania, que este viernes ha celebrado su vigésima reunión.

"A pesar de todas las dificultades e incertidumbres, especialmente en las primeras semanas, la experiencia de este año de solidaridad merece una valoración positiva", señala el texto, que concluye que siempre se ha actuado bajo el criterio de "la autocrítica y mejora permanente".

Así, en cada reunión de la Mesa -que aglutina a las instituciones y entidades del tercer sector- se han analizado los "déficit y aspectos mejorables", algo que "no podía ser de otro modo" porque se trata de un "acontecimiento desconocido tanto en su intensidad y dimensión cuantitativa como en su previsión y extensión en el tiempo".

Colaboración público-privada

El Gobierno vasco atribuye ese balance positivo de la respuesta solidaria a que se ha actuado en red bajo la coordinación de la Mesa de Seguimiento y con un método de trabajo "sistematizado".

"La colaboración público-privada y público-social ha sido muy positiva. De forma descentralizada y cooperando, hemos podido responder mejor a las necesidades", añade la memoria, que cifra en 4.180 los ucranianos que han solicitado la protección internacional temporal en Euskadi desde el inicio de la guerra.

En este primer año 3.101 personadas desplazadas desde Ucrania han obtenido la tarjeta sanitaria de Osakidetza, 1.027 menores se han matriculado en centros educativos de Euskadi y otras 532 lo han hecho en escuelas oficiales de idiomas y centros de educación para adultos.

En torno a 1.500 familias vascas, muchas de ellas de origen ucraniano, han acogido en sus casas a desplazados por la guerra -la estimación es que se ha acogido en algún momento a 3.500 refugiados- y "miles de personas o familias anónimas" los han acompañado en su proceso de integración social.

Ayudas

La memoria constata además que 1.633 unidades convivenciales han recibido ayudas económicas del programa Azken Sarea Indartzen por un importe cercano a los 3 millones de euros.

Mediante el programa Loturak, 856 personas han recibido un acompañamiento personalizado con grupos locales de acogida y a través el Programa Berritze 570 personas ha contado con atención psicosocial personalizada.

Por su parte, el programa Aukerak Suspertzen ha permitido que 69 niños y adolescentes hayan recibido un refuerzo educativo extraescolar.