Se puede expresar a gritos o con un hilo de voz, con rotundidad o miedo, cabizbaja e incluso en silencio. Sea como fuere, cuando una mujer dice no es no y no caben interpretaciones por más que haya hombres que hagan oídos sordos y se resistan a abandonar las armas de esa violencia. “Los hombres que ejercen violencia contra las mujeres no quieren entender que no es no. Es muy fácil, corto y claro”, opina el exdirector deportivo del Athletic Rafa Alkorta. Tampoco el productor audiovisual portugalujo Iván Miñambres cree que hay lugar a dudas. “Yo tengo claro que cuando una mujer dice no es no. Es una palabra simple, clara y contundente. No tiene que haber medias tintas”.
Ambos, junto a Rafael Pérez, miembro de la asociación bilbaina de hombres por la igualdad Piper Txuriak, y Oscar Vizarraga, vicepresidente de la asociación gitana Kale Dor Kayiko, animan a los hombres a rechazar cualquier “manifestación de maltrato” contra las mujeres, incluidas aquellas que pasan más desapercibidas, desde un “cállate” en público a un chiste sexista.
Las instituciones vascas han aunado campaña, con motivo de la celebración hoy viernes del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, para interpelar a los hombres que la ejecutan o miran hacia otro lado con el lema ¿Qué no quieres entender? Solo sí es sí. Cuatro hombres que sí entienden un no opinan sobre cómo terminar con esta lacra.
Rafa Alkorta
Exdirector deportivo del Athletic
“Si vemos ejercer violencia, hay que intervenir duramente”
Como hombre comprometido que es, Rafa Alkorta tiene claro que, ante el maltrato, uno no se puede quedar de brazos cruzados, por lo que insta a sus congéneres a actuar. “Cuando vemos a hombres ejerciendo violencia hay que intervenir lo más duramente posible y que nuestros hijos vean qué es lo que no hay que hacer cuando se vayan haciendo adolescentes, mayores... Desde muy pequeños tienen que entender que todos somos iguales. No hay diferencias”, reitera.
Aunque Alkorta no sabe “si para acabar con esta lacra” los hombres deben “dar o no un paso al frente”, de lo que sí está convencido es de que la clave está en concienciar a la gente menuda. “Hay que tener sensatez, responsabilidad y educar a nuestros hijos y nuestras hijas de la manera correcta. Tenemos que intentarlo entre todos para que estas cosas no vuelvan a ocurrir en las siguientes generaciones”, hace un llamamiento.
Tras recalcar que los hombres tienen que tener muy claro “lo que tienen que hacer y lo que no y que siempre hay que respetar a las mujeres, por encima de todo”, el exjugador bilbaino asegura que “la violencia en el ámbito deportivo es igual que en el ámbito de la vida en general”. Insultos, agresiones o abusos se cuelan en los campos de fútbol, las canchas, los gimnasios... “Lo único que hay que hacer es respetar y tener una buena educación. Esas son para mí las claves, educar a los críos y las crías desde pequeños y el respeto hacia los demás, ya sea chico o chica”, concluye.
Iván Miñambres
Productor audiovisual
“Debemos posicionarnos en contra de manera frontal”
La violencia contra las mujeres no es una ficción. La sufren muchas vizcainas en su día a día y el productor audiovisual Iván Miñambres insta a no permanecer impasibles ante esta cruda realidad. “Como sociedad debemos de posicionarnos en contra de cualquier acto violento y como hombres debemos hacerlo de manera frontal”, afirma. A cómo deben actuar responde con rotundidad. “Por un lado, no siendo cómplices de ningún acto violento y, por otro, rechazándolo de manera clara y contundente”, dice.
Las manifestaciones se suceden año tras año, pero hay hombres que no se dan por aludidos. “Por mucho que nos duela, la violencia contra las mujeres es en gran parte provocada por los hombres. Por tanto, tenemos que sentirnos interpelados para acabar con ella”, asume.
Las muertes de mujeres y de sus hijos, como máxima expresión de la violencia contra ellas, sacude de cuando en cuando las conciencias, aunque la indignación muchas veces se desvanece entre crimen y crimen. Habituados a las estadísticas, las víctimas no duelen tanto como debieran si la esquela no está cerca. En esta coyuntura otras formas de maltrato pasan totalmente desapercibidas. “Aparte de las muertes y la violencia más visible, existe una violencia invisibilizada, que es verbal y conductual”, pone de relieve Miñambres, quien añade que “tenemos que ser conscientes de su existencia para, juntos, poder acabar con ella”.
Rafael Pérez
Miembro de Piper Txuriak
“Está bien que afeemos conductas machistas”
También posa su vista en el sirimiri de violencia que cala, de forma casi imperceptible, la cotidianeidad el abogado Rafael Pérez, que presta asistencia a víctimas de maltrato en el Módulo Psicosocial de Deusto-San Inazio. “La tendencia a identificar la violencia de género con los asesinatos hace que muchos hombres no se consideren maltratadores porque no la expresan con esa crudeza y que pasen desapercibidos otros tipos de violencia más extendidos”, explica este profesional, que “destacaría las manifestaciones del maltrato de tipo social, con las que estamos muy familiarizados y a las que no damos trascendencia”. De hecho, dice observar a muchas parejas a su alrededor en las que él “le manda callar o le interrumpe” a ella. Pese a todo, este letrado sí ha percibido “un avance de la sociedad”, ya que “ya no está de moda ser maltratador o no ser un hombre igualitario” y “los hombres ya no se identifican con una forma de comportarse que hasta hace relativamente pocos años estaba muy extendida”.
Puestos a pasar a la acción para que el machismo no se perpetúe, este letrado propone “poner de relieve y censurar a otros hombres que ejercen este tipo de conductas”. Algo que, dice, ya se hace. “Cuando en grupos de hombres de WhatsApp alguno envía fotografías de chicas desnudas se le afea. Yo creo que los hombres sí van dando pasos en ese sentido”, valora.
Y a la hora de posicionarse, ¿tras la pancarta o diluidos entre la multitud? “Los hombres tenemos que estar ahí, pero en un plano discreto. Está bien que quede claro que esta lucha es de toda la sociedad, pero también hay que reconocer el protagonismo a las mujeres, que son quienes han abanderado hasta ahora esta lucha”.
Oscar Vizarraga
Vicepresidente de Kale Dor Kayiko
“Esta violencia está muy penada en la cultura gitana”
En pleno siglo XXI, dice Oscar Vizarraga, “todavía hay hombres que no aceptan un no por respuesta porque tienen una mentalidad cerrada y no ven las consecuencias que puede traer tener un trato discriminatorio con una mujer”. Según advierte, esta actitud “puede dar lugar a microviolencias, que quizás en otra etapa no se han tenido en cuenta, pero que constituyen una herida emocional en las mujeres, que luego se traduce en la sociedad en una pérdida de valores”. “Tenemos que darnos cuenta de que todos y todas tenemos los mismos derechos”, subraya.
Pese a los esfuerzos por cortar la correa de transmisión del machismo, este impregna a algunos jóvenes. “Quizás no reproducen eso que se les ha enseñado que era el prototipo de violencia contras la mujeres, pero han surgido nuevos factores de violencia contra ellas, como un control excesivo en redes sociales y de su tiempo. Antes se llamaban celos, que también es una forma de violencia”, apunta. “Esto sí se ve mucho en la gente joven y la esencia está en la desconfianza hacia tu pareja. Hay que confiar en la pareja y trabajar la relación”, aconseja.
Consciente de los prejuicios que existen, Vizarraga asegura que “la violencia contra la mujer está muy penada en la cultura gitana”. “Que existe, sí, como en todas, pero la mujer gitana también tiene sus medidas de protección y eso tiene que saberse. No se puede maltratar a las mujeres”, recalca y defiende que “el machismo no es patrimonio de ninguna cultura, sino de la sociedad en la que estamos y de una mentalidad de determinados hombres sobre la que tenemos que incidir, también en la cultura gitana”.
Para terminar, el vicepresidente de Kale Dor Kayiko invita a los hombres a pensar que “cada mujer que conozcan puede ser su madre, su hermana, su hija o una persona querida” y les insta a respetarlas. “No hay que hacer con los demás lo que no quieres que hagan contigo”, predica, y ahí no hay género que valga.