Para el equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Alonsotegi, la manifestación que tuvo lugar este martes en el municipio, contra el incivismo y el maltrato animal -que contó con el apoyo de más de 200 personas- "supone una muestra clara y rotunda de que nuestros vecinos y vecinas reivindican un pueblo libre de actitudes incívicas e insolidarias, además de defensor del buen trato animal", valoró el alcalde de la localidad, Joseba Urbieta, quien indicó a DEIA que desde la administración local "se seguirá trabajando en pro de un municipio en el que se respire un ambiente de concordia y correcta convivencia como hasta ahora, en el que todas las personas se sientan cómodas, seguras y orgullosas de pertenecer al mismo".

En este sentido el primer edil -que acudió a título personal a la manifestación junto a otros corporativos- recordó que hasta el momento, "no se ha firmado ninguna declaración institucional sobre este asunto" y que como representantes políticos "debemos respetar cualquier tipo de proceso judicial y no involucrarnos de ninguna de las maneras en ellos, por lo que vamos a esperar de manera prudente a tener cualquier tipo de resolución en firme sobre aquellos que se estén desarrollando en este momento".

Cabe reseñar que en este conflicto vecinal, cuyos primeros capítulos se escribieron al poco de instalarse la pareja hace casi dos años, existen denuncias cruzadas entre los vecinos de la calle Coscojales y los jóvenes a los que se tacha de "incívicos".

Una acusación que rechaza de plano Irati R. compañera sentimental de Peio R. D. "Estamos hartos de que nos acosen. Puede que Peio tenga un carácter difícil, y que a diferencia de mí, que me trago todas las provocaciones, él estalle y tenga enfrentamientos y haya sufrido hasta alguna paliza por parte de vecinos", reconoce. Sin embargo, alega que "que por culpa de la gente y sus chismorreos -que incluyen hasta maltratos hacia mí-, he tenido que hacer una videollamada a la jueza de paz para demostrarle que mi perra Lola estaba bien y no la habíamos matado o que haya tenido que aportar un certificado de una veterinaria para justificar la eutanasia de mi gata a la que "supuestamente" también habíamos matado", sostiene la joven, que apunta su intención de marcharse de Alonsotegi "pero cuando la justicia resuelva las denuncias que hemos presentado. No nos van a echar", señala.

Por su parte los vecinos afectados por la actitud del joven insisten en que "la actitud de este vecino está tensando la convivencia" y piden a las instituciones que tomen cartas en el asunto. "Él puede que necesite ayuda para controlar su genio pero los vecinos también", indican.