Aunque el coronavirus SARS-CoV-2 afecta principalmente al sistema respiratorio, los pacientes y sobrevivientes de la enfermedad sufren, a menudo, síntomas neurológicos. Para hablar de ello el especialista en Neurología del Hospital Universitario de Cruces y responsable de la Unidad de Covid Persistente, Juan Carlos Gómez Esteban, responde a las dudas más comunes.

¿Cuáles son los síntomas más comunes del covid persistente?

—Son la fatiga, el cansancio, las palpitaciones y los problemas de memoria y concentración.

¿Cuanto pueden durar estos síntomas?

—Todavía no se sabe porque realmente hay pacientes que tienen síntomas persistentes más allá de la semana 12 después de la infección y, aunque la mayoría de los pacientes tienen una gran mejoría, después de un año le persisten los síntomas.

¿A qué tipo de personas que hayan dado positivo afecta más el covid persistente?

—A mujeres, con proporción 4-1 respecto a los hombres. Esto no es algo nuevo ya que desde hace muchos años se ha hablado de la fatiga posviral, es decir, pacientes que han pasado, sobre todo mujeres, infecciones como la mononucleosis infecciosa o haber tenido una picadura de garrapata, se veía que meses después tenía una respuesta autoinmune persistente. Sus pacientes desarrollaban los mismos síntomas del covid persistente. No es una cosa tan nueva, ya la conocíamos en otras infecciones pero en menor proporción.

¿Cuántas personas se estima que ya están afectadas por esto en Euskadi y cuál es su rango de edad?

—Nosotros estamos en un proyecto de investigación donde valoramos las secuelas neurológicas del covid a medio y largo plazo. Ahora mismo en Euskadi las cifras están en torno a los 220.000 afectados desde la primera ola hasta ahora. De esa cantidad, entre el 15 y el 20% tienen síntomas de covid persistente, es decir, estamos hablando de un mínimo de 30.000 pacientes que tienen síntomas residuales del coronavirus. Su edad está entre 35 y 45 años.

Los que sufren de covid persistente ¿tienen más tendencia a padecer enfermedades mentales o neurológicas?

—No especialmente. Sí se ve que los que más sufren son aquellos que han sufrido de fatiga crónica previa o episodios o enfermedades autoinmunes o pacientes con problemas inmunológicos de diferente tipo, pero no especialmente personas que tengan patologías mentales o cognitivas.

¿Realmente, qué es lo que pasa dentro del cerebro de un paciente con covid persistente?

—Hay muchas teorías. Lo que sí sabemos es que en el cerebro el virus no se acantona, no se detecta en una autopsia o en estudios neuropatológicos, es una buena noticia. No es un virus que llamamos neurotropo. Sí que se observa que hay zonas en las que sí se pueden encontrar bajas cargas virales, por ejemplo, en el bulbo olfatorio, a nivel bulbar y en los nervios que regulan funciones como el tragar o el hablar y se ve que ahí sí que se puede acantonar. En alguno de ellos se dan lesiones inflamatorias. Ahora se está estudiando mucho la posible rotura de la barrera hematoencefálica, es decir, la puerta de entrada de las meninges, por si pudiera ser uno de los factores que favorecen esa respuesta inmunológica.

¿Quienes sufren patologías mentales son más propensos a contraer el covid persistente?

—Los pacientes con enfermedades mentales no tienen una vulnerabilidad mayor. De hecho en el párkinson o las demencias lo que se ha demostrado es que lo que realmente ha empobrecido su evolución ha sido el confinamiento, el aislamiento social y físico.

¿En qué están enfocadas las nuevas lineas de investigación?

—Están muy centradas en frenar enfermedades neurodegenerativas como la enfermedad de Parkinson o el Alzhéimer. Su objetivo ya no es mejorar un síntoma, sino frenar el curso de degeneración de neuronas. Esperamos que existan fármacos que frenen la enfermedad.