LA Otxoa tiene miedo. Él ya ha pasado la vacunación, pero aún así es uno de los muchos bilbainos que quiere seguir llevando la mascarilla. No se la quita para nada porque no le molesta. Asegura que en todo este tiempo desde que empezó la población a llevarla no ha cogido ningún catarro: "Me ha protegido muchísimo".

Como él miles de vascos han decidido continuar portando la protección bucal a pesar de que ya no es obligatorio su uso por la calles cuando no se está cerca de alguien. Un respiro que parecía que iba a ser acogido de forma masiva pero que no ha sido así, para sorpresa de muchos.

Parece que somos más precavidos o que simplemente nos hemos acostumbrado a un complemento sanitario que ha tenido sus idas y venidas en esta pandemia aún por concluir. Fue el 20 de mayo de 2020 cuando se impuso la mascarilla en interiores y exteriores si no fuera posible mantener la distancia de seguridad. Un mes después, concluido el estado de alarma, comenzó la relajación de las restricciones que trajo como consecuencia en julio un incremento de casos importante por lo que muchas comunidades autónomas propusieron el uso de la mascarilla de forma obligatoria en todos los contextos. La orden llegó 15 de julio y desde entonces se hizo obligatoria en Euskadi. Y así se mantuvo hasta hace dos semanas. Once meses de caras cubiertas que han provocado que la ciudadanía se haya acostumbrado a llevarla por su salud retando incluso a un verano caluroso en el que la presencia del obstáculo al respirar incita más a quitársela. DEIA ha testado entre algunos famosos las razones por las cuales siguen con el tapabocas colocado casi todo el día. Solo la retiran para cosas puntuales. Algunos comentan que les agobia, pero que la siguen llevando por responsabilidad. A otros en cambio no les molesta, pero se la quitan únicamente en espacios donde no hay personal cerca. Muchas son las razones para llevarla pero, ¿es realmente sano portarla durante mucho tiempo?

El artículo Los problemas que está ocasionando la mascarilla aunque no sufras Covid-19 de Business Insider revela los problemas de salud que ocasiona el hecho de llevar la cara tapada durante demasiado tiempo. La lista la componen acné, ojos secos, piel seca, labios agrietados, picazón y erupciones, roces detrás de las orejas, ansiedad, problemas de respiración en niños y personas con EPOC, falsa sensación de seguridad y propagación de enfermedades debido a un mal uso de la mascarilla.

Son efectos negativos, sin duda, pero está claro que además de proteger contra el coronavirus, la tela cubriendo nariz y bocas ha evitado muchos problemas respiratorios. Según el Boletín del Centro Nacional de Epidemiología de los 284 casos por 100.000 habitantes que se detectaron por gripe en la sexta semana de 2020 se ha pasado a detectar 0,7 casos en la sexta semana de 2021. Un ejemplo es el escultor Juanjo Novella. Ha pasado de sufrir varios tipos de gripe al año a no coger ninguna el pasado invierno. Eso sí, la prevención viene de las mascarillas especializadas para ello y no modelos como los de rejilla, por ejemplo. De hecho, este tipo de tapabocas fue retirado por el Gobierno vasco el mes pasado debido al incumplimiento de la normativa de filtración bacteriana, pues esta debe llegar al 95% de filtración y las mascarillas de rejilla no superan el 27,5%.

Jose Antonio Nielfa 'La Otxoa'

Transformista

"La mascarilla es una forma de sentir seguridad cuando salgo"

José Antonio se quita la mascarilla cuando sale a tomar algo, pero en seguida se la pone. "Hay mucha gente que dice que le molesta y que se ahoga, yo no me ahogo, ni me molesta, prefiero llevarla porque me siento más seguro, aunque es una decisión mía porque si me ahogase seguramente me la quitaría", apunta. Prescinde de ella únicamente cuando está en alguna terraza. Según el celebre transformista, la mascarilla para mucha gente ha llegado para quedarse. Recuerda cuando venían los asiáticos. "Les veíamos con ella puesta antes de que sucediese lo que está pasando y me acuerdo que me reía". Ellos, matiza "estaban más acostumbrados y tenían otro tipo de información. Muchos ahora aquí no prescindirán de ella nunca", aunque prevé también que "cuando todo el mundo esté vacunado y los casos sean mínimos poco a poco dejarán de ponérsela".

Patrizia VitelliInstagramer"No me gusta tener que quitarla y ponérmela todo el rato"

Patrizia Virelli se dedica a la cocina saludable casi tanto como al uso de la mascarilla. Ella la suele portar porque la mayoría de veces que sale de casa es para ir a algún espacio cerrado, como el gimnasio, los comercios o el transporte público "y así no se me olvida". Además, como todo el mundo, también tiene sus manías. En su caso es la de que no le gusta tener que quitarse y ponerse la mascarilla todo el rato. Asegura que lleva el tapabocas porque le da más seguridad, "Creo que acostumbrarse a llevarla es lo adecuado hasta que la situación se calme más pero, por supuesto, respeto absolutamente a quien decida no llevarla", explica. Sin embargo, admite que para subir al monte o dar un paseo por la naturaleza, donde no se está con apenas gente, jamas la llevaría. Augura que no será algo permanente, "aunque sí una medida a largo plazo".

Fernando CanalesCocinero

"La llevo puesta por respeto a las personas que tienen miedo"

El chef Fernando Canales lleva su mascarilla porque entiende que hay personas que tienen mucho miedo. Por respeto a ellas ve imprescindible no quitarse la protección cuando las calles están poco transitadas. El cocinero es de los que cree que en algunos momentos se podría eliminar su uso: "Si la llevas con sentido común lógicamente hay que quitarla, si las personas solo conocen la prohibición, pues habría que llevarla".

A veces cree absurdo su uso y lo relata a través de una anécdota. "El otro día estaba en la playa de Sopelana y había cinco personas con mascarilla, hay situaciones en las que no merece la pena llevarla y hay otras en las que es obligatorio y precavido, pero parece que cuando se nos da libertad pasamos de la prohibición a no llevarla nunca", matiza. Para Canales "falta un poco de criterio individual".

Rafa GardeazabalComerciante"Deberíamos haber esperado hasta llegar a la inmunidad de grupo "

Rafael Gardeazabal asegura que el uso de la mascarilla es algo comunitario. Él es de ciudad y si tiene que ir a las cafeterías o a cualquier otro sitio con más personas siempre la lleva entre las orejas. "Creo que su falta de uso es un poco prematuro porque a nivel psicológico llevarla nos recuerda continuamente la situación en la que estamos y te desinhibe. Deberíamos haber esperado hasta llegar a la inmunidad de grupo", expresa. Gardeazabal se la quita en espacios muy abiertos, por comodidad. Cree que cuando se consiga inmunidad masiva será seguro desprenderse de ella. "Hay que aprender que los resfriados o gripes por el tema de la mascarilla han bajado muchísimo y reflexionar sobre los momentos en los que hay gripe. En los espacios cerrados y sitios públicos igual no sería tan mala idea llevarla como hacen en países como Japón", concluye.

Xabi AburruzagaTrikitilari"Yo me la pongo porque me limito a hacer lo que me mandan"

Xabi Aburruzaga confiesa que llevar mascarilla es muy incómodo porque no se respira igual y que se la pone porque es lo que le mandan. "Parece que ya queda poco, nos estamos vacunando ya y estamos viendo la luz al final del túnel", reflexiona. Aún así expresa que "yo al salir de casa me la pongo siempre, sé que ya te la puedes quitar y cuando estoy solo lo hago, pero si estoy en contacto con otra gente y no hay distancia mínima la llevo siempre".

La porta, además, como protección y como protocolo en los conciertos por respeto a la gente. Mientras está en el escenario la deja, pero cuando acaba la actuación y se acerca al resto de músicos admite que se la vuelve a poner, como hacen su manager y su técnico. A Aburruzaga le gustaría que la retiren ya en todo tipo de situaciones algo que espera que ocurra gracias a la vacuna.

Juanjo NovellaEscultor

"Suelo coger gripes y este año no las he pillado por la mascarilla"

Juanjo Novella lleva la mascarilla siempre, aunque hay días en los que cree que no es necesaria. En el campo, por ejemplo, no la suele utilizar, "pero en cuanto me acerco a zonas como los supermercados y demás lugares no me la quito nunca". Desde que comenzó el uso de este complemento con el inicio de la pandemia ha cogido la costumbre, aunque ahora también reconoce que la suele dejar en espacios exteriores: "Me siento más liberado que antes", confiesa.

El escultor cree que en el exterior se podría prescindir de ella, pero que hay que regular todo. En su caso la protección ha llegado para quedarse porque es una persona que coge varias gripes al año y lleva dos años sin ninguna gracias a su uso. "En invierno cuando salga a la calle no creo que será muy difícil que la lleve puesta", añade.

Gurutze BeitiaActriz

"Todavía es necesaria, hay repuntes y nos tenemos que cuidar todos"

Gurutze Beitia sigue cubriendo su cara, aunque si está sola por la calle o va caminando rápido y no hay personas confiesa que se la guarda en el bolsillo. "En cuanto veo que hay mucha gente y no hay distancia me la vuelvo a poner. La llevo porque creo que todavía es necesario, está habiendo un repunte tremendo otra vez y nos tenemos que cuidar todos", expresa la actriz.

La decisión de llevarla el máximo tiempo posible cree que es la adecuada y para nada prematura, por eso precisamente no la deja. Presciende de ella también cuando pasea por las calles de Bilbao a primera hora de la mañana cuando la urbe todavía tiene aceras y plazas semivacias. Opina con esperanza que "llegará el momento de dejarla de lado al 100% "cuando los científicos lo crean oportuno y cuando la población esté completamente vacunada".

Héctor SánchezGerente Asoc. de Hostelería Bizk."Habrá personas enfermas que no la van a abandonar"

"Te la quitas donde es obligado, pero yo la llevo por tener responsabilidad conmigo mismo y con los demás", comenta Héctor Sánchez. "La imposición de las mascarillas igual no hubiera sido necesaria en su día si todos hubiéramos cumplido exactamente lo que han permitido ahora. Yo creo que no han cambiado las circunstancias", confiesa. También especifica que una parte de la población la seguirá usando con el paso del tiempo, ya que "una de las cosas que nos ha demostrado la mascarilla es la bajada exponencial de la gripe. Cuando alguien se encuentra constipado, ahí hay un potencial foco de contagio y el hecho de que todos en el metro, bus o en espacios concurridos la llevemos ha ayudado a evitar eso", apunta. Por eso, añade que en algunos casos, sobre todo cuando haya gente que esté enferma, "habrá personas que no la abandonarán".

Mercedes de MiguelDiseñadora

"Sí es cierto que a veces dar plena libertad puede llegar a ser peligroso"

Mercedes de Miguel ha pasado el covid-19 y no tiene miedo. Porta la mascarilla con sentido común porque entiende lo que sigue sucediendo y porque no quiere infectar a nadie ni que le contagien en el trabajo. Ella actúa de la misma manera que antes e intenta seguir teniendo cuidado, aunque en el monte confiesa que sí se la retira. "Si hay respeto y responsabilidad, quitarla está bien. Aunque sí es cierto que a veces dar plena libertad puede llegar a a ser peligroso, ya que la gente la mide de distinta manera". Opina que "nos tenemos que seguir respetando porque nos seguimos contagiando". La diseñadora cree que la mascarilla ha llegado para quedarse como ha sucedido en los países orientales. Por eso asegura que es imposible saber cuándo dejarán de llevarse, pero que "estamos mejorando porque cada vez hay más gente inmunizada".

Ziortza VillaUltrafondista"Estoy muy concienciada y entiendo bien la transmisión"

Ziortza Villa no deja la mascarilla porque está muy concienciada y, en su caso, ha entendido bien la forma de transmisión que tiene el virus. Ella se la pone cuando lo considera necesario: "Cuando estoy en espacios naturales si estoy en la playa o en monte no la llevo, ni en cualquier zona natural. Si voy sola tampoco, me la pongo siempre que veo que hay gente cerca mío", matiza. Sin embargo, ella opina hay que confiar en la responsabilidad de la ciudadanía porque especifica que "la precaución siempre es buena consejera". Además expone que la norma lo deja claro. "Si estás en un entorno en el que están otras personas creo que lo suyo es llevarla puesta", sentencia. En contra de otros muchos dice que "la mascarilla no ha llegado para quedarse", y que solo se podrá prescindir de ella "cuando la población esté vacunada al 100% y no haya riesgos".Iñaki UrangaCantante"La llevo puesta porque podemos seguir siendo prudentes"

Iñaki Uranga considera que la población puede seguir siendo prudente, por ello lleva la mascarilla a pesar de que ya no sea obligatorio en espacios abiertos. Es también de los que si si se encuentra más o meno solo la guarda pues le agobia mucho: "Aún así lo suyo es seguir llevando mascarilla", avisa. Por su forma de ser, añade que no le cuesta nada seguir utilizándola, pero que se la quita cuando no molesta a nadie o en sus momentos de mayor libertad. "En lugares interiores jamás prescindo de ella", asegura.

Uranga ha viajado mucho y hace años, comenta, veía a los orientales llevar mascarilla de manera generalizada. Es por ello por lo que cree que esta puede ser una buena herramienta para la gente y no le parece una mala opción usarla en un momento dado como "cuando uno está constipado o se siente más inseguro".

Ricardo PérezCocinero"Puede que haya gente que la siga usando por responsabilidad social"

Ricardo Pérez lleva la mascarilla por obligación mientras trabaja y la saca a la calle porque se siente más protegido. Aunque también se la pone por costumbre. "Generalmente la uso, hay alguna vez que no, pero tiene que ser en espacios muy abiertos donde no hay nadie. Cuando hay más personas alrededor me la pongo porque me parece más seguro".

Pérez opina que no está mal llevarla todavía y que no viene mal usarla de vez en cuando pues sigue habiendo contagios en la calle y todo lo que sea prevenir "no está de más".

La utilización del tapabocas para el cocinero es algo cultural y educacional. "En países como Japón o China lo tienen asimilado y la han usado toda la vida para prevenir el contagio a los demás y para protegerse. Puede que aquí haya gente que querrá protegerse en un futuro como ellos y la sigan usando por responsabilidad social", concluye.