El informe sobre el que el Gobierno vasco ha tomado finalmente la decisión de poner fin a la búsqueda de Joaquín Beltrán poner fin a la búsqueda de Joaquín Beltránalerta de altas temperaturas y de la presencia de lixiviados en la zona se creía que pudiera encontrarse el cuerpo del trabajador, "que pudieran haber contribuido a la descomposición de los restos".

Los consejeros de Seguridad, Josu Erkoreka, y de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, han anunciado esta mañana que, una vez finalizada la última zona de búsqueda prioritaria y tras 15 meses de intenso trabajo, se da por finalizado el dispositivo para localizar el cuerpo de Joaquín Beltrán, el segundo trabajador que fue atrapado por el derrumbe del vertedero de Zaldibar el 6 de febrero de 2020. Los restos del otro operario, Alberto Sololuze, fueron localizado el pasado mes de agosto.

Los técnicos de la dirección de Emergencias y Meteorología han peinado hasta la fecha, sin éxito, todas las zonas que fueron determinadas como zonas de búsqueda, cribando y analizando más de 400.000 metros cúbicos de residuos. "A pesar de las labores desarrolladas y la meticulosidad de la búsqueda llevada a cabo, no ha sido posible hallar los restos de Joaquín Beltrán", se refleja en el informe.

Los técnicos apuntan a varias causas que pueden explicar por qué, a diferencia del cuerpo de su compañero Alberto Sololuze, que fue hallado el 16 de agosto de 2020, no ha sido posible encontrar el del vecino de Zalla.

Ubicación del cuerpo

Por una parte, está la incertidumbre de su ubicación precisa en el momento exacto en que se produjo el derrumbe, el 6 de febrero de 2020, pero también las altas temperaturas, "cercanas a los 70 grados", y la presencia de lixiviados en el entorno de la zona de búsqueda, que han podido contribuir a que los restos se hayan descompuesto.

Pero además, se advierte, hay que tener en cuenta que en la zona en la que fue visto por última vez "no había ninguna estructura que lo protegiera", a diferencia de lo ocurrido con Alberto Sololuze. "Se ha constatado que en esta zona se produjo el desborde inicial del vertedero y la situación de los elementos hallados dan muestra de la magnitud de la energía desarrollada en este punto, como son la desaparición de la cuneta perimetral, con estructura de hormigón, y el estado de las láminas de poliestireno que servían de aislante del vaso", se recoge.

Por ello, los técnicos concluyen que estos procesos químicos y mecánicos "han podido contribuir a la disgregación y descomposición del cuerpo". "Entendemos que de haber existido unos restos con una limitada dispersión o con una reducida descomposición, teniendo presente tanto la definición de las zonas como la planificación de tal búsqueda y la metodología empleada, Joaquín Beltrán tendría que haberse localizado, tal y como demuestra el hallazgo de Alberto Sololuze el 16 de agosto de 2020", finalizan los autores del informe.