ALVANDO las distancias, me siento muy identificada con Rocío". Lo dice una mujer de 62 años, con un divorcio "traumático" a las espaldas y una nula relación con sus dos hijos. Una mujer que se quiso separar un año después de casarse, pero aguantó 35. "No hubo agresiones físicas, sí un acoso y derribo para que nunca lo dejara. Iba de víctima, prometía que iba a cambiar y me convencía. Con el tiempo me di cuenta de que yo había sufrido violencia psicológica. Se me ponían los pelos de punta porque mi caso era de manual".

Dejando a un lado "el circo mediático" que se haya podido generar, esta superviviente de violencia de género considera "positivo" que Rocío Carrasco haya denunciado en la televisión que ha sufrido malos tratos. "Es una mujer atormentada. Ese desgarro al contarlo, que yo he sentido tantas veces, no se puede disimular", asegura. También se ha visto reflejada en varios fragmentos de su testimonio. "Al quinto intento, conseguí divorciarme y fue a por mí. Como no me podía tener, quiso que desapareciese. Sabía que lo que más me iba a doler era que me quitase a mis hijos. Después de un episodio muy fuerte en el que mi hijo, mayor de edad, estuvo a punto de pegarme, se los llevó. Me dijo: ¿Querías estar sola? Pues sola vas a estar. Me tocó mucho cuando se lo oí decir a esta mujer en la tele", confiesa.

Sus hijos, cuenta, siempre la han "culpado de haber destrozado la familia" y ella misma se llegó a sentir responsable. "Parecía que era yo la que fallaba, la que tenía los problemas", comenta. Por más que ha intentado retomar la relación, no lo ha conseguido. De hecho, tiene una nieta a la que apenas conoce. "Es un círculo vicioso, como si les hubieran hecho un lavado de cerebro y ellos también sintieran la necesidad de justificar su forma de actuar. Llega un momento en que todo se envicia tanto, como he visto que ha sucedido con esta mujer, que es muy difícil recuperar lo que se ha perdido. Yo diría que imposible", se resigna. Tampoco en su entorno encontró la comprensión que tanto necesitaba. "De cara a todo el mundo él era el pobrecito, parecía tan buena persona que no se explicaban qué había sucedido. Ni mi familia supo entenderlo porque él también hacía su labor. Por su profesión trataba con mucho personal y el tema psicológico lo tenía muy trabajado", explica. Solo encontró refugio en una hermana, "pero cada vez que él me convencía, ella no lo entendía".

Hasta que no acudió a la asociación Bizitu, donde un grupo de mujeres supervivientes de la violencia machista le tendieron la mano, pensó que "no había nadie" que la pudiera ayudar. "Me he sentido muy sola", lamenta y confía en que el debate surgido a raíz del testimonio de esta mujer famosa sirva para concienciar a la sociedad y "para que todos los que opinan se miraran un poco en mis ojos porque las cosas nunca son lo que parecen. Lo que sucede en una pareja nunca se sabe hasta que no se cierra la puerta de casa".

Servicio de Atención Satevi

Olatz Urgoiti, técnica

"Si silenciamos, estamos victimizando de nuevo"

No todas las mujeres sufren los mismos episodios de violencia, pero "los sentimientos, el miedo o el aislamiento que Rocío refiere, son comunes". Por eso, explica Olatz Urgoiti, técnica del servicio de atención telefónica a mujeres víctimas de violencia, Satevi, muchas se han identificado al ver su relato y han descolgado el teléfono. De hecho, tras la emisión de los primeros episodios, el medio centenar de llamadas semanales recibidas por este servicio del Gobierno vasco aumentó a 78. "Que una mujer conocida cuente su testimonio ayuda a las demás a decir: No soy la única. Eso que ella ha sufrido lo estoy sufriendo yo. En una campaña publicitaria no podemos explicar las emociones que sienten, pero Rocío sí puede transmitirlas y ese es el poder que tiene", argumenta.

Las críticas a las que se ha visto sometida Rocío, de la que se ha cuestionado hasta su intento de suicidio, han hecho que se visibilice la revictimización a la que están expuestas estas mujeres. "No solo sufren agresiones de su pareja, sino que la sociedad también las condena y hace víctimas de nuevo. Hablar de revictimización es bueno para crear una conciencia y no hacerlo", destaca Urgoiti, quien apela a la solidaridad. "Hasta que denuncian o dan cualquier paso para salir de la situación han sufrido mucho. Como sociedad debemos pensar cómo tratamos a estas mujeres, si les estamos dando los apoyos necesarios. Juzgar es muy fácil, pero vivir lo que ellas viven realmente es complicado", constata.

Esta técnica considera positivo asimismo que, tras darle voz a esta mujer, "algunas personas mediáticas de la cadena puedan entonar el mea culpa porque esa es otra lucha que tenemos, que las personas allegadas a la víctima, que muchas veces son conscientes antes que ellas de la trascendencia de los hechos que están sufriendo, puedan activarse en la ayuda a las mujeres". En este sentido, anima a cualquiera que tenga conocimiento de una situación de violencia de género a que contacte con el servicio "y poder ayudarles desde ahí porque si silenciamos estamos nuevamente victimizando a esa mujer, como ha sucedido ahora".

Acompañar a la mujer, "permitiendo que sea ella quien tome las decisiones y respetando sus tiempos", es primordial para que el agresor no consiga aislarla. "Si nos alejamos de ella, la hacemos más vulnerable. Cuando él le dice: Estás sola, si no tiene a nadie, realmente se ve sola. Es cansado y desesperado como allegado querer ayudar y no saber cómo, pero estar y que sepa que puede contar contigo es fundamental".

La manipulación de los menores en contra de la ex pareja, dice esta profesional, es "evidente". "En el confinamiento se vio mucho cómo eran utilizados para ejercer violencia contra las madres en las entregas y recogidas o intentando sacar información. O en el caso de Rocío, transmitiendo la idea de la mala madre o culpabilizándole de la decisión del divorcio. Los niños y niñas son víctimas como las mujeres y hay que darles atención constante", reclama.

A este respecto, añade que "un hombre que agrede a su pareja no puede ser buen padre porque expone directa o indirectamente a sus hijos e hijas a la violencia, por lo que cuanto antes se salga de esta situación, menor será el daño". Por último, aclara que "si una denuncia se archiva porque no se puede demostrar esa violencia, puede reabrirse cuando haya más pruebas. El discurso machista se sostiene en decir: No ha sido condenado, pero tampoco ha sido declarado inocente".

Asociación Clara Campoamor

Blanca Estrella, presidenta

"El miedo a perder los hijos las tira para atrás"

Para Blanca Estrella, presidenta de la asociación Clara Campoamor, el de Rocío Carrasco es "un caso de violencia de género continuado en el tiempo de libro" en el que, como en otros muchos, "ellas deciden dejarles y no se lo perdonan. Las machacan toda la vida porque no aguantan que una mujer les diga que no".

Tras ponerse a su disposición, Blanca Estrella agradece a Rocío su testimonio y afirma que con él "está demostrando que los juzgados no tienen ninguna sensibilidad con la violencia de género ni psicológica ni física, porque hay informes médicos de agresiones físicas que tampoco los han tomado en cuenta".

Lejos de ser un caso aislado, señala, "tenemos en Euskadi a unas cuantas madres a las que les han quitado los hijos y los han puesto en manos de sus maltratadores, a pesar de que había informes en contra realizados por los y las profesionales del juzgado". Ni siquiera entonces, asegura, el acoso cesa. "Se los quitan a una madre decente, honrada, que los ha mantenido y cuidado sola, sin ningún apoyo por parte del padre, que de repente dice: Ahora los quiero yo y se los dan a él. Hay varios casos de estos, pero, además, se sienten impotentes porque, aunque les entreguen los hijos, no paran. Como en el caso de Rocío, que él tiene los hijos y sigue machacándola".

Sobre si la difusión de este caso se traducirá en un mayor número de denuncias tiene serias dudas. "Puede animar a las mujeres a contar su historia, pero el miedo a perder a los hijos las tira para atrás. Es como Rocío, que presentó la denuncia y luego la retiró por no hacer daño a los hijos. Es un error, pero es lo habitual: Es que es el padre de mis hijos, cómo le voy a meter a la cárcel... Piensan más en los hijos que en ellas mismas y lo pagan caro. Y Rocío lo ha pagado muy caro también".

Tras denunciar que el Síndrome de Alienación Parental es "un delito institucional" y que, pese a no estar reconocido, "sigue siendo utilizado por jueces y juezas para entregar a los hijos a los padres maltratadores", la presidenta de Clara Campoamor señala que la manipulación de los menores por un progenitor en contra de otro sí puede probarse. "En el caso de Rocío está probado por los profesionales del juzgado. En los casos que llevamos en Bizkaia está probado en el juzgado que la madre no alienta a los niños contra el padre y que el padre es un maltratador".

Bizitu Elkartea

Inma Mata, presidenta

"Cuesta dar el paso y el sistema no acompaña"

También a Inma Mata, presidenta de la asociación de mujeres supervivientes de la violencia machista Bizitu, le parece "muy positivo" que, a raíz del caso de Rocío, "gente profesional hable de violencia de género en una cadena que era muy banal y ponga encima de la mesa términos como violencia vicaria o la utilización que se hace del Síndrome de Alienación Parental para hacer daño a las madres y a las criaturas".

La docuserie, que "ha removido historias personales pasadas de algunas de nuestras compañeras", ha generado un debate en el seno de la asociación. "Se ha cuestionado que, al utilizar este medio para hablar de su caso, igual no es tan creíble, pero nos parece que cualquier mujer tiene derecho a hablar donde quiera y en el momento que lo decida", explica Mata. "Todas sabemos que nos cuesta mucho dar el paso de salir de la violencia y que el sistema no nos acompaña la mayoría de las veces. Eso también se está poniendo de manifiesto, cómo muchas mujeres van a pedir ayuda y no la reciben, con lo cual tienen que callarse y seguir aguantando. En ese sentido, es muy importante que se hable de esto", recalca.

En la confianza de que este testimonio sirva para que las mujeres "se decidan a informarse y pedir ayuda o hablar con alguien cercano" -porque "poner una denuncia a veces no es el primer paso"-, Mata lamenta que "el personal de juzgados, recursos de atención e incluso servicios sanitarios no tenga la suficiente formación como para ver que detrás de esa mujer que viene constantemente con dolores, sin autoestima, deprimida y sin valerse para nada puede haber una violencia psicológica". "La violencia física es bestial, pero un golpe puede pasar. Una violencia psicológica constante te hace entrar en un bucle del que es muy complicado salir. Por eso es importante que se hable de ella y se forme a todo el mundo para detectarla", insiste.

"Tenemos en Euskadi a unas cuantas madres a las que les han quitado los hijos"

Pta. de la asociación Clara Campoamor

"Como sociedad debemos pensar cómo las tratamos, si les damos los apoyos necesarios"

Técnica de Satevi

"No hubo agresiones físicas, pero sí un acoso y derribo para que no lo dejara, iba de víctima"

Superviviente de violencia de género