Luces y sombras del año al frente de la crisis sanitaria
El 14 de marzo de 2020 el lehendakari, Iñigo Urkullu, declaraba la Emergencia Sanitaria en Euskadi y ahora realiza un balance de la gestión de la crisis del coronavirus
Se cumple hoy un año desde que el lehendakari, Iñigo Urkullu, declarara la Emergencia Sanitaria por el coronavirus. Doce meses en los que Euskadi ha vivido una situación inédita y desconocida, y que ha dejado tras de sí 3.912 fallecidos. Un año después, el país afronta el futuro entre el temor a un nuevo rebrote, por la amenaza de las nuevas variantes y la esperanza, empañada por un suministro muy inferior al previsto, del proceso de vacunación puesto en marcha el pasado diciembreCon motivo de este aniversario, el Gobierno vasco ha dado a conocer su Memoria de un año de pandemia, el embrión de un informe más exhaustivo sobre el impacto, las consecuencias y la gestión del covid-19 en Euskadi, que se encuentra en elaboración y que finalizará en el momento en que se supere la pandemia.
El 28 de febrero el departamento de Salud identificó los primeros positivos en Euskadi; el 4 de marzo,fallece la primera persona con coronavirus, un vizcaino de 82 años que murió en el hospital de Galdakao. Fue el comienzo de un tsunami que confinó a la población en sus casas, golpeó al sistema sanitaria con un embate nunca antes conocido -los 1.809 hospitalizados por covid el 29 de marzo suponen la cifra más alta de la historia por una misma enfermedad-, disparó la cifra de paro y ERTE, y dejó en una situación muy vulnerable a una parte importante de la sociedad.
La gestión del Gobierno vasco en esta situación inédita en el mundo se ha basado en diez ámbitos, que abarcan desde la cobertura jurídica imprescindible para poder articular las medidas necesarias para detener la propagación del virus a las decisiones en el propio ámbito sanitario, educativo, social, laboral o económico.
El Ejecutivo de Iñigo Urkullu ha extraído también aprendizajes derivados de esta gestión, a aplicar en los próximos meses, marcados por la incertidumbre que generaran, pese al proceso de vacunación, las nuevas variantes -la cepa británica supera ya el 65% de las muestras analizadas en la primera semana de marzo- y en la que pesa la alta ocupación -un centenar de camas UCI, frente a las 45 que había justo antes de iniciarse el pico de noviembre- que todavía mantienen los hospitales. "La evolución de la segunda quincena de marzo y primeras semanas de abril será determinante", reconocen.
Para el Gobierno vasco, resulta clave de cara al futuro espaciar el levantamiento de las restricciones, para que las mejorías en los datos se consoliden y adelantar en lo posible el toque de queda -Euskadi ha planteado la conveniencia de fijarlo como mínimo en las 20.00 horas, incluso a las 18.00 horas en situaciones extremas como alternativa al confiamiento domiciliario más estricto-.
Cobertura jurídica
Una posible Ley Antipandemia
Garantías. Los servicios jurídicos del Gobierno vasco han avalado ya la posibilidad de elaborar una ley antipandemia que ofrezca seguridad jurídica a las actuaciones que ponen en marcha desde el Gobierno vasco para evitar la propagación del virus, y ordene y clarifique, siempre dentro de las competencias y la legalidad vigente, los ámbitos de actuación. Y es que, a lo largo de estos doce meses de pandemia, el Ejecutivo vasco se ha topado con varios obstáculos jurídicos a la hora de abordar la gestión de la crisis sanitaria y sus respuestas, el más conocido el auto del TSJPV que dejó sin efecto, el pasado 9 de febrero, el decreto que establecía el cierre de los establecimientos hosteleros en los municipios en zona roja. El Gobierno español no ha tramitado los cambios solicitados en el estado de alarma para garantizar dicha cobertura.
Gobernanza
Colaboración institucional
Multinivel. La colaboración, tanto a nivel institucional como política, ha sido clave a lo largo de la gestión de la pandemia. Las decisiones se han adaptado implicando a todos los niveles institucionales y todos los ámbitos competenciales. Empezando por el propio Consejo Asesor del LABI, asistido por una comisión sanitaria, científica y técnica, y que, presidido por el propio lehendakari, cuenta con la presencia de la asociación de municipios vascos Eudel, los ayuntamientos de las tres capitales de la CAV, las diputaciones forales, la delegación del Gobierno español y distintos departamento del propio Gobierno vasco. Urkullu ha comparecido periódicamente en el Parlamento, se ha reunido con los grupos y ha participado en 17 conferencias con el resto de presidentes autonómicos, planteando 55 propuestas.
GEstión Sanitaria
Resiliencia y adaptación
Presión. El ámbito sanitario ha sido, sin duda, en el que más ha impactado la pandemia del coronavirus. A la propia presión que ejercía una cifra incesante de pacientes enfermos de covid-19 se sumó, en una primera etapa, la escasez de EPI, respiradores, mascarillas y material sanitario, una situación que sufrieron prácticamente todos los países del mundo. A ello se unió, fue necesario incrementar la capacidad para realizar test, cribados y rastreos, así como reorganizar los centros hospitalarios para responder a la presión asistencial de camas y plazas UCI. A lo largo de estos meses, Osakidetza ha mostrado capacidad de resiliencia y adaptación en su reorganización hospitalaria, que ha permitido evitar situaciones de colapso en momentos en los que el sistema sanitario ha llegado a niveles muy elevados de ocupación.
Residencias
el embate más cruel
Vulnerables. A finales de diciembre, las personas mayores que viven en las residencias fueron las primeras en empezar a recibir las esperadas vacunas contra el coronavirus. Era el principio del fin; en dos meses, estos centros se han visto prácticamente libres de covid. La irrupción del virus en los centros residenciales de la CAV ha supuesto una de las consecuencias más dolorosas y desgarradoras de la pandemia, porque se cebó precisamente con las personas más vulnerables y sus familias. Para tratar de evitar que el covid-19 entrara en las residencias, y minimizar los contagios en el caso de registrar algún positivo, se activaron protocolos y recursos adicionales de prevención e intervención en ellas, poniendo en marcha unidades específicas de atención covid, todo ello en colaboración entre el departamento de Salud y las diputaciones.
Sectores afectados
Plan de choque y ayudas directas
Fondo covid. El confinamiento domiciliario y la paralización de todas las actividades fue un mazazo para la actividad económica y el empleo. Para tratar de paliar las pérdidas derivadas del estado de alarma, el Gobierno vasco se vio obligado a rehacer prácticamente el presupuesto de 2020, preparando un primer plan de choque y articulando a lo largo de estos meses ayudas directas a los sectores más afectados como la hostelería, el turismo, la cultura, la industria o el comercio. También se han puesto en marcha programas sociales de apoyo y ayudas a las personas y familias más vulnerables; en solo un año se destinaron 851 millones de euros a la lucha contra las consecuencias negativas de la pandemia. El presupuesto de este 2021 incluye un nuevo Fondo Covid dotado con 542 millones, así como 430 millones para pymes.
Educación
GArantizar la presencialidad
Incertidumbre. A principios de marzo, Euskadi fue la primera comunidad en cerrar un centro educativo como consecuencia de la pandemia. Unos días después, el 13 de marzo, los estudiantes se quedaban en casa tras suspender las clases presenciales para contener la expansión del virus; el curso finalizaría con clases on line. El reinicio de las clases en septiembre estuvo marcado por una gran incertidumbre; nadie sabía a ciencia cierta cuál iba a ser, pese a los protocolos establecidos para evitarlo, la afección del virus en las aulas. El gran trabajo de la comunidad educativa ha logrado que la educación presencial se haya podido mantener hasta la fecha y el ratio de aulas abiertas se ha mantenido estable y por encima del 98% en todos los ámbitos de la educación, incluida la Universidad y la Formación Profesional.
Economía y Empleo
Una de las prioridades
Fuerte golpe. El golpe de la pandemia a la economía y el empleo de Euskadi ha sido muy fuerte; pese a que resistió mejor el impacto del covid y cerró 2020 con la tasa de paro más baja, 13.200 se quedaron sin trabajo el año pasado a pesar de la mejoría del último trimestre. La respuesta a esta situación ha sido una de las prioridades del Gobierno vasco; se aprobó un primer plan de choque y estímulo económico para paliar las consecuencias de la primera ola, las instituciones han podido tener una mayor disponibilidad presupuestaria gracias a los acuerdos de la Comisión Mixta del Concierto Económico, y se emitieron 1.100 millones de euros del Bono Sostenible Euskadi. Tanto el programa Berpiztu como el proyecto Euskadi Next, para atraer fondos europeos, han completado la gestión en este ámbito.
Bizi berri
Una nueva metodología
Anticipación. El plan Bizi Berri, que se actualiza cada cuatro meses, se ha consolidado como el modelo de anticipación y respuesta a la situación provocada por el coronavirus. Basado en indicadores objetivos, como la tasa de incidencia acumulada por el índice de reproducción del virus, define cinco escenarios de riesgo y prevé la aplicación de diferentes medidas de prevención o restricciones de las actividades sociales. Esta metodología está permitiendo gestionar la incertidumbre que provocan los giros repentinos e imprevistos de la evolución de la pandemia, con favores que añaden mayor complejidad a la situación como la aparición de nuevas cepas del SARS-CoV-2. Bizi Berri es actualizado e interpretado por la comisión científica, sanitaria y técnica del LABI, que eleva sus recomendaciones al consejo asesor presidido por el lehendakari.
Corresponsabilidad social
Entender y cumplir
"Encomiable". El Gobierno vasco es consciente de que es indispensable que la ciudadanía cumpla las duras medidas de restricción y limitación que se han tenido que adoptar en los últimos meses para salvaguardar la salud pública. "La Administración debe articular los recursos necesarios para que unas medidas, inimaginables hace un año, puedan ser entendidas, compartidas y cumplidas", reconoce. Por ello se han llevado a cabo campañas específicas y un trabajo de explicación y comunicación para hacer pedagogía de las medidas establecidas. Y el balance es positivo. "La gran mayoría de la población entiende, apoya y cumple las medidas adoptadas en cada momento. A pesar de la innegable fatiga pandémica, es encomiable la actitud de rigor y corresponsabilidad que está prevaleciendo en la sociedad vasca".
Vacunación
Adaptación continua
Suministro inestable. El 27 de diciembre se administró la primera vacuna en Euskadi; se abría una luz al final del largo túnel al que 2020 había abocado a toda la ciudadanía. Pero aquella ilusión y esperanza máxima se ha topado, con el paso de los meses, con que el número de vacunas que llegan es muy inferior al previsto inicialmente y su suministro es tremendamente irregular. Ante esta situación, el Gobierno vasco ha tenido que establecer un calendario con diferentes escenarios que se adapte al número de dosis que llegan y también a qué fármaco corresponden. Aplicando un criterio de prudencia en las previsiones, se confía en que para el mes de junio puedan estar vacunadas, al menos, todas las personas mayores de 70 años, los sanitarios, los colectivos esenciales y las personas más vulnerables.
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