El estudio encabezado por María Jesús Perles, profesora en la Universidad de Málaga, no solo pone el ojo sobre las condiciones en las que se produce un contagio masivo en un entorno determinado. La investigación también centra sus pesquisas sobre la densidad de población y la incidencia de contagio, y se ve que “ante valores iguales de densidad, el porcentaje de afectados sobre la población de la zona aumenta allí donde las condiciones de hacinamiento en el propio hogar son mayores”, según desarrolló la investigadora andaluza.

De este modo, “una zona puede tener la misma densidad de población que otra con dos tipologías constructivas diferentes; por ejemplo, edificios muy altos con viviendas de tamaño grande y pocos convivientes en un mismo hogar, frente a edificios medianos con viviendas muy pequeñas y alto número de personas por hogar”.

Otros factores

Este último modelo, indica la investigadora, “parece responder peor al contagio, es decir, muestra una mayor vulnerabilidad”, aunque “existen también otros factores que condicionan la mayor incidencia relativa de contagios” en núcleos urbanos con una urbanización determinada. Y cita entre ellos la movilidad de la población, “condicionada por las posibilidad de teletrabajar o no” y se está estudiando la incidencia de factores ambientales del entorno de la edificación, como insolación, ventilación y características de los espacios comunes.

Las conclusiones expuestas por la profesora se desarrollan en el proyecto Elaboración de cartografías de peligrosidad de transmisión del covid-19 en espacios urbanos orientadas a la aplicación de medidas antipropagación a escala de detalle, financiado por el Instituto de Salud Carlos III.