Joseba Atxutegi es cada año de los primeros en vacunarse contra la gripe. "Tengo una doble obligación: ante los pacientes y ante el sistema sanitario", explica a DEIA

¿Hay alguna duda de que las vacunas han mejorado la vida de la humanidad?

—Está clarísimo que han contribuido a erradicar determinadas enfermedades como la tuberculosis, el sarampión, la rubeola, la polio... que, a pesar de estar olvidadas, están reapareciendo en la población no vacunada. Las vacunas han hecho un gran trabajo por la salud pública.

Otra cosa es que la inmunidad sea al 100% durante mucho tiempo. ¿No existe esa verdad?

—En medicina nunca podemos hablar del 100%. Además, las vacunas dependen también del sistema inmunitario de cada persona, pero se sabe que las coberturas que dan son altísimas y garantizan minimizar el riesgo de sufrir, por ejemplo, la gripe.

Con los datos que tenemos, ¿cómo explicar que estén proliferando los movimientos antivacunas? ¿Son capas sociales de personas desinformadas o gente ilustrada?

—Como en todo, también hay gente ilustrada que va en contra del sistema normalizado, también hay medicinas y terapias alternativas. Creo que esa gente, sobre todo los ilustrados, abusan de los demás, porque se muestran como faros de información sin tener ningún tipo de evidencia científica. Utilizan mucho sus creencias y conocimientos personales, pero sin base científica. Para que una vacuna salga al mercado ha tenido que pasar una serie de fases en las que demuestra su eficacia y seguridad. Los que se oponen a esta profilaxis no tienen ningún sistema que demuestre que lo que dicen es real. A nivel personal esa gente se aprovecha del efecto rebaño de los otros.

¿Qué se puede hacer, desde el punto de vista educativo, desde los medios, las redes... para que estos grupos no nos lleven hacia el medievo?

—Mi responsabilidad sería decir que las teorías de esta gente son anécdotas y como tal hay que tratarlas. No merecen portadas en los diarios ni que se les ponga un micrófono para que digan su sarta de mentiras. Siempre ha habido curanderos en todos los sitios. En mi época, el curandero de Burlada andaba de boca en boca, pero no salía en los medios de comunicación como titular diario. No tenemos que darles publicidad. Hay que sacarles de la esfera pública, no darles la visibilidad que persiguen.

¿Qué papel juegan los colegios profesionales de médicos, biólogos, nutricionistas, farmacéuticos, enfermeras, veterinarios...?

—Desde el Colegio de Médicos de Bizkaia, como desde otros del País Vasco y del Estado, nuestra apuesta por el calendario vacunal es firme. Además, personalmente, como profesional de atención primaria apoyamos la campaña de vacunación de la gripe estacional, porque pensamos que nos ayuda en el día a día. Se sabe que la gente inmunizada tiene menor riesgo de tener gripe y si la sufre, será con síntomas más leves. Los colegios profesionales tenemos que potenciar el desarrollo del calendario vacunal, estimular a que la gente lo siga y a que sean vacunas con garantias de seguridad y eficacia.

¿Con la del covid-19 pueden surgir dudas por su celeridad?

—Entiendo que a veces haya dudas, pero el calendario vacunal tiene las garantias demostradas y con evidencias suficientes, por eso lo apoyamos al cien por cien. Por otro lado, las vacunas que salgan frente al coronavirus estarán testadas, no saldrán al mercado sin contar con las medidas de las autoridades regulatorias.

Muchos médicos hasta ahora tampoco se vacunaban de la gripe.

—En este país la vacunación no es obligatoria, pero es recomendable, salvo excepciones. Los profesionales que estamos de cara al público somos los primeros que debemos de inmunizarnos, tanto por los pacientes como por salvaguardar el sistema. Como médico de atención primaria, si caigo enfermo, con la escasez de profesionales que hay en el sistema de salud de facultativos, estoy creando un problema, cuando es evitable.

Lo más llamativo es que dentro de los grupos antivacunas haya médicos, biólogos. ¿Esto qué es?, ¿prepotencia, ideología...?

—Cierta prepotencia. La gente sabe que las vacunas funcionan. Además, por muy buenos profesionales que sean, su experiencia en pacientes es mínima, pueden tener cierto conocimiento pero se basan en casos concretos. Y en medicina no vale la experiencia personal, sino la global. Este virus nos lo está demostrando. Es evidente que ningún médico o científico cree que las vacunas son el bálsamo de fierabrás, pero sin ellas no podríamos aspirar a una convivencia humana de salud y longevidad como la que tenemos ahora.

"Las vacunas no son el bálsamo de fierabrás, pero sin ellas no aspiraríamos a la longevidad actual"

"Estos grupos no merecen tener tanta visibilidad en los medios porque sus mensajes son nocivos para la salud"

"Los médicos de atención primaria somos los primeros en vacunarnos para no poner en jaque el sistema"