Más de 36.000 personas sufren en Euskadi la enfermedad de Alzhéimer, que supone entre el 60 y el 70% de todos los casos de demencia, y hasta uno de cada tres casos de demencia podrían retrasarse o evitarse manteniendo un estilo de vida saludable durante la edad adulta, según datos ofrecidos por el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, neurólogo de IMQ, con motivo de la celebración en todo el planeta del 'Día Mundial del Alzhéimer'.

Según ha indicado Rodríguez-Antigüedad el origen de esta enfermedad neurodegenerativa es todavía desconocido y su diagnóstico muy temprano resulta "realmente difícil". Tras señalar que la enfermedad de Alzheimer es "devastadora para las personas que la padecen y también para sus familiares y cuidadores informales, progresando de manera inexorable sin que hasta la fecha se pueda detener significativamente su evolución", ha añadido que la demencia es "una de las mayores causas de discapacidad en la senectud y los costes económicos para su adecuada atención social son muy elevados".

Para hacer frente a esta enfermedad, ha advertido Rodríguez-Antigüedad, "todos debemos trabajar colectivamente en ello: médicos y otros profesionales sanitarios, investigadores, cuidadores, familiares, pacientes, instituciones públicas, instituciones privadas y la ciudadanía en su conjunto".

Por otro lado, ha señalado que durante la actual epidemia de covid-19 "los pacientes con demencia han sido un colectivo duramente afectado". "Los factores de riesgo para padecer Alzhéimer y tener una covid-19 grave son en parte comunes: senectud, hipertensión arterial, obesidad, etc. Además las personas con demencia tienen dificultades insalvables para aprender y aplicar los hábitos para prevenir la infección por SARS-CoV-2", ha advertido.

En ese sentido, el neurólogo ha señalado que "está indiscutiblemente acreditado que evitar el sobrepeso, la hipertensión arterial, las cifras elevadas de glucemia, los accidentes cerebrovasculares y los traumatismos cerebrales previenen el riesgo de padecer la enfermedad de Alzhéimer".

Así, ha indicado que "algunos estudios recientes muestran que hasta uno de cada tres casos de demencia podrían retrasarse o evitarse manteniendo unos hábitos de vida saludables a lo largo de la vida, evitando así la hipertensión arterial, hipercolesterolemia, obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo o la diabetes". Por otro lado, ha explicado que "se sabe que esta enfermedad, salvo en un mínimo porcentaje de los casos, no tiene una base hereditaria monogénica" y ha remarcado que el Alzhéimer "no es una consecuencia natural del envejecimiento sino una enfermedad".

Tras indicar que, "desafortunadamente, los síntomas afloran cuando se ha producido ya una importante pérdida de neuronas y se sobrepasa la reserva funcional del cerebro" y "no existe ninguna prueba médica que permita ratificar en vida el diagnóstico de esta enfermedad", ha destacado la importancia de los neurólogos para "confirmar el diagnóstico lo más precozmente posible y para descartar otras causas de demencia".