Son los encargados de velar por detectar y aislar cualquier nuevo contagio que se produzca en una residencia. Actúan en tiempo récord, realizando pruebas en menos de 24 horas para evitar la propagación del virus. La Diputación tiene activados tres equipos de rastreadores que permitirán contener los contagios en caso de producirse y que realizarán también una labor de asesoramiento en los centros para que estos sepan cómo hacer frente a posibles rebrotes.

La vuelta a esta nueva normalidad ha hecho que las residencias recuperen poco a poco su día a día. Cerradas a cal y canto, prohibidas las visitas durante todo el periodo de confinamiento, estos centros han restablecido de manera escalonada sus servicios y, con ello, el riesgo de que se pueda producir un nuevo contagio también es mayor. De ahí que resulte imprescindible diseñar y establecer una respuesta sistemática para el seguimiento y control de la evolución del virus en el ámbito residencial, especialmente en los centros de mayores, más vulnerables y entre quienes el virus ha demostrado una mayor letalidad. "Durante la peor fase de la pandemia nos centramos en apoyar a las residencias para atender a las personas que daban positivo, preparar unidades específicas... Una fase más aguda, con medidas adecuadas a la situación epidemiológica", explica Lourdes Zurbanobeaskoetxea, responsable de Coordinación Sociosanitaria de la Diputación. "Ahora, en este escenario en el que, aunque el virus sigue ahí, estamos restableciendo los servicios, tenemos que evitar por todos los medios el nivel de contagios que se dio entonces, ni en la comunidad ni en las residencias". El Departamento de Salud del Gobierno vasco realiza un esfuerzo especial por detectar y controlar, en el menor tiempo posible, todos los contactos de un positivo en el ámbito comunitario, para evitar la propagación del virus;. Ese mismo esquema es el que se ha establecido también para las residencias, en colaboración con la Unidad de Vigilancia Epidemiológica. "Hemos dejado atrás lo peor, pero el virus sigue ahí y nos va a tener vigilantes, tanto o más que hasta ahora, ya que conocemos mejor cómo actúa", advertía a finales de mayo el diputado de Acción Social, Sergio Murillo, quien también avanzaba que la desescalada en los servicios sociales se iba a llevar a cabo con la máxima prudencia.

Ese trabajo se desarrolla en Bizkaia en tres ámbitos.

Equipos de intervención rápida en residencias vizcainas. VÍDEO: PABLO VIÑAS

Equipos de intervención rápida en residencias

Equipos de intervención rápida en residencias

Por una parte, se va a ofrecer formación con los profesionales que trabajan en las residencias, y, por otro, se les prestará asesoramiento y apoyo para preparar el plan de contingencia y prevención que deben elaborar para afrontar esta nueva normalidad, en el que debe recoger "cómo van a actuar en caso de que vuelvan a producirse contagios", apunta la directora foral. También deben contar con equipos de protección individual suficientes para al menos cinco semanas y un protocolo para las visitas de familiares y allegados a los residentes.

Para apoyar todo ese trabajo se han creado tres equipos de respuesta rápida, formados cada uno de ellos por una enfermera y una auxiliar. Su labor será doble. "Una faceta será el apoyo y asesoramiento a una residencia cuando esta tenga un caso positivo o sospechoso, cuando necesiten ayuda para sectorizar el centro, por ejemplo", explica Zurbanobeaskoetxea. Pero además, los equipos se encargarán de realizar, en un máximo de 24 horas, los test y pruebas necesarias, tanto a la personas de la que se sospecha que puedan haberse contagiado como a sus contactos, sean estos otros residentes o trabajadores. "Van a ser de mucho apoyo. Así como la atención primaria se está encargando de actuar así, identificando muy rápidamente todos los contactos cuando se detecta un caso para evitar una mayor propagación, en las residencias, que no dejan de ser una comunidad pero con gente todavía más vulnerable, hay que estar más pendiente y actuar de forma más intensa".

Estos grupos trabajarán tanto en las residencias públicas como en las privadas, así como en viviendas comunitarias, y sobre todo con la mirada puesta en las más pequeñas, "que son las que más dificultades pueden tener a la hora de sectorizar diferentes espacios o aislar a los casos positivos o sospechosos. Queremos que sea un apoyo para ellas porque son muy diferentes; las hay más grandes, más pequeñas, con más o menos enfermería...". Para aquellas a las que, por su estructura, les es más difícil aislar a casos positivos, o si su situación clínica lo requiere, sigue en funcionamiento la unidad especializada de carácter sociosanitario de Birjinetxe, con sesenta plazas, tras el cierre de las de Unbe y la Casa del Mar, de Santurtzi.

Cursos 'on line'. La formación adecuada de los trabajadores de las residencias también es primordial para evitar nuevos contagios. Por ello, el departamento de Acción Social organiza durante este mes sesiones de formación para profesionales de los centros sociosanitarios sobre estrategias y técnicas de prevención frente al coronavirus en el medio residencial. Son de tres cursos que se realizan 'on line', de dos horas de duración cada uno. La inscripción para los participantes a los que va dirigido es gratuita.

1.700 participantes. El primero de ellos se celebró la semana pasada, con más de 1.700 participantes conectados. Se centró en los equipos de protección individual ya que, según destaca Lourdes Zurbanobeaskoetxea, "es fundamental saber cómo se pone, se quita y otras cuestiones. Si no los usamos bien, no son suficientes".

Dos más. El segundo curso se celebró ayer y el último tendrá lugar el próximo martes, dirigidos a los responsables asistenciales y de dirección, gestión y coordinación de las residencias. Se analizarán tanto la organización preventiva como las medidas a implantar en caso de positivos.