I no fuese por los edificios emblemáticos y característicos de la capital vizcaina, puede que ayer sintiera que está en otra ciudad. La mayoría de personas caminaba protegidas, del sol y del covid-19

"Me parece muy bien que se haya tomado esta medida porque sigue habiendo muertos y contagios, aunque sea en menor medida", opina Diana. Ella usa la mascarilla desde el primer día que pudo salir a la calle, incluso cuando hacía la compra en pleno confinamiento. "Le tengo que llevar la comida a mi padre para que no tenga que ir él. Es dependiente y persona de riesgo, así que he tenido que tomar bastantes medidas para evitar cualquier contagio", indica. Diana cree que la ciudadanía responderá de una manera adecuada ante esta nueva medida. "Eso espero, y por lo que he podido ver hoy por la calle será así. Ayer había poca gente que la llevaba, y hoy era muy poca la gente que no la llevaba", describe. Sin embargo, le cuesta imaginarse con la mascarilla cuando las temperaturas se disparen. "Si ya nos agobia ahora... imagina cuando haya 40 grados, eso será un hándicap". Pero ella misma lo dice: "Tendremos que concienciarnos todo el mundo de que tenemos que llevarla a partir de ahora, y sin saber hasta cuándo, porque no nos queda otra".

Por su parte, Gerardo señaló "que ya estaban tardando en ponerla obligatoria". Su experiencia no ha sido positiva durante estos días. "Yo me la he puesto desde un primer momento siempre que salía de casa, pero me he cruzado con algunas personas que, por ejemplo, al coger un ascensor público se la quitaban, algo que me parece fatal", denuncia. Así, esta nueva norma la considera como "muy" positiva. "¡Hombre! Y aunque llevemos mascarilla hay que seguir guardando la distancia todos, porque si no es un desastre", opina. Sin embargo, no las tiene todas consigo de que, "en general", la gente "vaya a cumplir". Y es que, en su opinión, "que la ciudadanía coja esta medida con responsabilidad es más difícil", dice Gerardo, "porque yo creo que se las quitan, se las ponen mal..."

Lo que sí que se pudo observar ayer durante las primeras horas del día en la capital vizcaina es que la mayoría de los paseantes que se encontraban en la ciudad conocía esta nueva medida y la llevó a cabo, además de guardar también el distanciamiento social.

Feli fue una de ellas. "Aún sigo intentando acostumbrarme, aunque cuando hace calor como ahora, por ejemplo, lo llevo muy mal", admite. Y añade: "Cuando voy acompañada nunca me la quito, pero cuando voy a pasear sola y no hay mucha gente, me la voy quitando y poniendo porque es algo que agobia bastante", se sincera. Aún así, se muestra muy positiva respecto a esta norma. "He notado una muy buena acogida por parte de la gente porque ayer (por el miércoles), por ejemplo, apenas nadie la llevaba y hoy (por ayer) he visto a muy pocos que no la llevaban. Te das cuenta en los pasos de cebra, cuando estás esperando, porque todo el mundo está con ella y es algo muy tranquilizante". Y es que, tal y como recuerda, "hace unos días" estuvo en la Plaza Nueva y su sensación fue agridulce. "Estaban muchos grupos sin mantener la distancia de seguridad y, por supuesto, sin mascarilla. Espero que esta medida sirva para que la gente coja conciencia para que no suban los contagios. Por eso creo que hay que obligar, porque si no... no hay nada que hacer", concluye.

"La uso desde el primer momento pero será mucho más agobiante cuando haga 40 grados"

Etxebarri

"Me parece bien que obliguen porque la gente utilizaba ascensores públicos y se las quitaba"

Bilbao

"He notado que más gente está en la calle con mascarilla; hace días eran bastante menos"

Bilbao