- “En casa del herrero, cuchillo de palo”. La psiquiatra Irantzu González Llona echa mano del refrán para admitir que “los médicos solemos ser los peores para buscar ayuda psiquiátrica” y, dadas las circunstancias, augura, “muchos la van a necesitar”.

Personal sanitario, de supermercados... ¿Los que van a trabajar a diario lo hacen en tensión?

—Van con miedo, estrés, incertidumbre... Muchos ya están cayendo de baja por ansiedades enormes y otros van aguantando. Ojalá que sigan así, pero la mayoría de gente sin patología es normal que acabe cayendo porque esto es un desgaste emocional que pocos pueden aguantar durante tanto tiempo.

Quienes están en contacto directo con los pacientes, excediendo su jornada, con falta de protección, resultarán más afectados.

—Mi hermano hace guardia, es médico de familia; mi cuñada, también, y viven una situación tensa. Hay una mezcla de estar satisfecho porque ayudas a gente en una situación caótica y, por otro, hay tensión. Cada vez que alguien tose es un nudo en el estómago.

Verán casos difíciles de olvidar.

—Intubar a una persona de 20 años no es agradable para nadie. Están trabajando muchas más horas para no dejar a los compañeros con tantos pacientes, porque está habiendo muchos más, y lo están haciendo sin equipos de protección porque no hay; muchas veces sin gel, sin mascarilla o con una casera. No sé si esto lo preveía alguien, pero a nivel de hospital no se pensaba que iba a llegar a este punto. Están viendo que a mucha gente la tienen que mandar a casa porque las camas se necesitan para quien está más grave, trabajan sin la protección necesaria con gente que les está tosiendo todo el día en la cara y están quemados. Está el subidón durante la urgencia, que no pueden ni pensar, y supongo que cuando paren a descansar un poco también les vendrá el bajón.

¿Habitualmente solicitan ayuda psiquiátrica cuando les deja tocados un caso traumático?

—Están acostumbrados a situaciones traumáticas, pero no tantas ni en esta situación, en la que hay un estrés mucho mayor y no pueden salir luego a tomar algo o quedar con los amigos. Ahora están con muchos más casos graves, mucha incertidumbre y miedo. Buscarán ayuda menos de los que debieran, porque para eso somos los peores. Pero sí que va a haber muchos más casos de sanitarios, médicos, enfermeras y auxiliares mellados, rotos. Hay programas para que los sanitarios reciban atención psiquiátrica sin que nadie se entere, que es el mayor miedo que creo que tienen. Que los aprovechen y no esperen a que la situación se desborde.

¿Los aplausos les reconfortan?

—Es un agradecimiento que les llega. Mi hermano me decía que se le hacía un nudo en el estómago, para bien, cada vez que los oía. Oír los aplausos cuando estás medio roto o muy cansado te hace sentir que el mundo valora lo que tú estás haciendo. El trabajo ya te gratifica, pero eso te ayuda a remontar y sobrellevarlo. O sea, que muchas gracias a la gente por aplaudir.