Bilbao - La batalla de los municipios vascos para adaptarse al cambio climático continúa. Su vulnerabilidad ante los efectos más evidentes (inundaciones, olas de calor, polución,?) no significa debilidad. De hecho, administraciones locales, mancomunidades y agencias de desarrollo local están sumando esfuerzos en distintos campos para promover y consolidar un desarrollo sostenible. Hasta 2020, por ejemplo, irán definiéndose, tomando cuerpo y ejecutándose un total de 121 proyectos apoyados con 2,16 millones de euros por el Gobierno vasco.

Y es que, tal y como recalcan periódicamente organismos dedicados a la promoción de la cultura ambiental, la participación de la ciudadanía y de las instituciones locales es clave para afrontar y mitigar las secuelas del cambio climático. Es el caso de Ihobe (sociedad pública vasca) que en un reciente informe ya apuntaba que los municipios cuentan con “una importante capacidad adaptativa” a través de decisiones políticas sobre planificación urbanística, abastecimiento de agua potable, redes de saneamiento y tratamiento de aguas residuales, la gestión de espacios públicos, la protección medioambiental o la salud pública, entre otros.

Es precisamente en este marco de actuación donde se encuadran esas 121 iniciativas apoyadas desde el Ejecutivo vasco. La mayor partida de ayudas (605.000 euros) está destinada a la lucha contra el cambio climático. Esta cantidad se distribuye en 19 proyectos, entre los que destacan los relativos a la adquisición de vehículos eléctricos y las correspondientes infraestructuras de recarga (Arrigorriaga, Okondo, Eskoriatza, Amurrio o Donostia para hacerse con los servicios de 4 autobuses híbridos) e iniciativas para la construcción de aparcamientos disuasorios en Gatika (barrio Sertutxa), y en Kanpezu.

Esta línea subvencionada también aborda proyectos de construcción o la unión de bidegorris “que prioricen la conexión de generadores de movilidad” en Alegría-Dulantzi, Barrika (Goierri-Zabaletxe), Altzo, Zornotza (en Larrea), Otxandio (conexión con la zona de Maionondo) y Ermua; la elaboración de planes de adaptación al cambio climático (Ea), y la proyección de medidas más específicas para minimizar los efectos del cambio climático como el caso de Bakio y “la creación de marisma litoral interior”. La implantación de la veintena de proyectos incluidos en este línea de actuación, la más popular, contribuirá a la reducción de 280 toneladas al año de CO2, 310 kilos al año de NOx y 16 kilos al año de partículas; así como la construcción de 4,86 kilómetros de bidegorri y 135 plazas de aparcamiento para evitar el tráfico en el interior de los municipios.

Recuperación de espacios Otra de las líneas de actuación incluye un total de 22 proyectos dedicados a realizar las necesarias investigaciones de suelos “que hayan soportado actividades potencialmente contaminantes”, acciones de recuperación de suelos contaminados, seguimientos ambientales y acciones de recuperación ambiental de ruinas industriales. Este conjunto de iniciativas ha recibido 600.000 euros e incluye acciones como la recuperación del suelo del Edificio Aprendices en Arrasate, el control y seguimiento ambiental del antiguo vertedero de Azpeitia, la exploración de la calidad del suelo de la antigua Onduvisa, en Ispaster, o la verificación de la calidad del suelo de una parcela localizada sobre terrenos de la mina Acrisolada, en Trapagaran. “Las actuaciones subvencionadas en esta materia están dirigidas a analizar una superficie total de 251.527 metros cuadrados, mientras que las actuaciones de recuperación mejorarán áreas con una superficie global de 24.327 metros cuadrados”, detallaban.

Además, el Ejecutivo vasco ha destinado otros 506.000 euros para ejecutar 23 proyectos presentados por entidades locales dirigidos a conservar, restaurar o mejorar el patrimonio natural y la biodiversidad, como en el caso de la cantera de Artxondo, en Bilbao. Las actuaciones se dirigen principalmente a reducir impactos como la fragmentación y degradación de ecosistemas, la expansión de especies exóticas invasoras o la acumulación de residuos en los sistemas fluviales, entre otros. En lo que se refiere a la localización en la que se van a desarrollar estas actuaciones, “aproximadamente la mitad de los proyectos tendrán lugar en espacios naturales protegidos así como en áreas relevantes para la conectividad ecológica del territorio”. Concretamente, un total de 10 espacios de la Red Natura 2000 se verán beneficiados.

Los proyectos a subvencionar promoverán directamente la conservación, restauración o mejora de aproximadamente 190 hectáreas de hábitats de interés y serán los bosques naturales, los humedales, los pastizales de montaña, los bosques de ribera y los brezales costeros (en Aixerrota) los hábitats sobre lo que se actuará. “Son destacables, asimismo, por su peculiaridad los proyectos específicamente orientados a conservar y recuperar especies de fauna y flora que se encuentran en riesgo de desaparición como el caso del carpe (Carpinus betulus) en Alegia, el visón europeo o el helecho paleotropical Woodwardia radicans (en el arroyo Askaiturri de Erandio), ilustraban fuentes del Departamento de Medio Ambiente.

Desperdicio y biorresiduos La economía circular es otro de los escenarios que también serán estimulados con un total de 190.000 euros. A través de los 11 proyectos aprobados se trabajará sobre la prevención de la generación de residuos, principalmente el desperdicio alimentario y el biorresiduo. “En este apartado -concretaban- destacan mecanismos de promoción e implantación de la prevención del desperdicio alimentario; sistemas de recogida selectiva de materia orgánica en grandes generadores para su tratamiento biológico en Basauri; prevenir la generación de residuos no recogidos selectivamente y potenciar la recogida selectiva”, entre otras medidas. Estas iniciativas permitirán aumentar la recogida selectiva de los envases ligeros en 20 toneladas/año y el aumento de la recogida selectiva orgánica en 490 toneladas/año, según las previsiones.

Por otra parte, los 260.000 euros destinados a la línea de Educación para la Sostenibilidad han llevado a trabajar de forma conjunta a 103 ayuntamientos con 364 centros educativos y han implicado a más de 185.000 alumnos en ámbitos tan variados como cambio climático, patrimonio natural y paisaje, alimentación sostenible, cuidado de la tierra y huella ecológica y residuos. Las actividades de coordinación con mayor incidencia han sido los foros interescolares y los municipales, “donde los centros hacen propuestas y el ayuntamiento adapta compromisos en relación a las actuaciones a llevar a cabo. Las salidas y las jornadas técnicas del alumnado con las familias, constituyen otras de las actividades más llevadas a cabo”, resumían.