ROMA. El pasado sábado, las lanchas del Ejército maltés trasladaron a las 62 personas que habían sido rescatadas, otras dos mujeres fueron evacuadas previamente por razones médicas, pero no se permitió el atraque del "Alam Kurdi", fletado por la ONG alemana Sea-Eye y con un equipo de la española Promeaid a bordo.

El presidente de Sea-Eye, Gorden Isler, denunció en una nota la violación de los derechos de la tripulación, todos voluntarios, a quienes esperan "una casa, compromisos familiares y de trabajo".

Los miembros de la tripulación están enojados y muy decepcionados, explicaron desde la ONG.

Aseguraron además que tienen ya un equipo de abogados en Italia y Alemania para analizar las posibles "varias violaciones de las obligaciones estatales de protección".

"Ha habido violaciones de los derechos humanos sobre la libertad, la integridad física y la protección de la familia. Examinaremos de cerca la situación. Ningún político está por encima de la ley", agregó Isler.

Los 62 migrantes rescatados por el barco "Alan Kurdi" desembarcaron en la tarde del sábado en Malta después de 11 días esperando un puerto, tras un acuerdo de Francia, Alemania, Portugal y Luxemburgo para su reubicación.

La ONG alemana explicó que el "Alan Kurdi" se dirige ahora a España, aunque no han indicado a qué puerto, y que tendrán que paralizar su misión durante un tiempo ya que además tiene que realizar reparaciones.

Advirtió que "se avecina una guerra en Libia", que pronto los libios abandonarán su país por mar, y que se prevé "un desastre humanitario y la pérdida de vidas".

Por otra parte, el barco "Mare Jonio" de la ONG Mediterranea saving humans anunció que está saliendo hacia el Mediterráneo central tras varios días inmovilizado por una investigación judicial.

Tras la retirada de las naves del operativo naval europeo Sofía, es el único barco que patrulla la zona.