Bilbao - Multitud de estudios e informes sobre la pobreza en Euskadi y en el Estado español incluyen la frase “la pobreza tiene rostro de mujer”, porque es una forma gráfica de expresar que las situaciones de exclusión y privación afectan en mayor medida a las mujeres de prácticamente todos los segmentos de edad y de forma más acusada cuando tienen hijos a su cargo. Esta mayor tasa de pobreza femenina tiene una traslación directa en el acceso a las ayudas sociales, ya que hay más mujeres que hombres que requieren estas prestaciones para salir adelante y mantenerse.

Los últimos datos sobre perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca señalan que de las 54.883 personas que recibían esta ayuda al finalizar el pasado mes de marzo, el 57,8% (31.766) eran mujeres, frente a un 42,12% de hombres. Al analizar las características sociodemográficas de las mujeres perceptoras de la RGI y los complementos a esta ayuda que tiene establecidos el sistema vasco de garantía de ingresos se observa también que circunstancias como la mayor longevidad femenina, la ausencia de cotización laboral en determinados segmentos de edad, la abrumadora mayoría de hogares monoparentales encabezados por mujeres y la precariedad laboral se reflejan de manera fidedigna en las estadísticas de Lanbide.

El mayor porcentaje de presencia femenina en los datos de la RGI respecto a las cifras correspondientes a los hombres se observa con claridad en el complemento por monoparentalidad. Así, si el pasado mes de marzo había 8.896 perceptores de la RGI recibiendo este complemento, 8.462 (el 95,12%) eran mujeres y sólo 434 eran hombres. Algo parecido ocurre en la segmentación por estado civil de los beneficiarios de ayudas: en el epígrafe ‘soltero/a’ hay 26.838 personas que se dividen prácticamente al 50% entre los dos sexos; en el de ‘casado/a o asimilado/a’ (con 9.311 perceptores) hay una ligera mayoría masculina; mientras que en ‘separado/a o asimilado/a’ (14.690 perceptores) el 72,28% son mujeres, y en el apartado de ‘viudo/a’ la mayoría femenina entre los 4.004 beneficiarios sube hasta el 90%.

La realidad bien conocida y documentada de que las pensiones que cobran las mujeres son inferiores a las de los hombres, se traslada a las cifras de perceptores de la RGI que son pensionistas (13.721), de los que un total de 8.807, el 64,18%, son mujeres. Se trata, por tanto, de que entre los pensionistas vascos que necesitan completar sus ingresos con una ayuda social figuran más mujeres que hombres porque son ellas las que reciben en mayor medida las pensiones no contributivas y las de viudedad, cuyas cuantías son más bajas que las contributivas.

Más precariedad laboral Entre las personas que perciben el complemento para el pago de vivienda (25.366 a finales de marzo) las mujeres suponen el 53,3%, un porcentaje mayoritario pero inferior a la representación del género femenino en el conjunto de beneficiarios de la RGI.

De las 54.883 rentas de garantía de ingresos abonadas en marzo, 43.789 fueron de la modalidad básica y 11.094 (el 20,21% del total) de la de complemento de trabajo. Entre estas últimas, que se pagan a quienes a pesar de tener empleo y generar ingresos no alcanzan una renta mínima que les permita cubrir gastos básicos, también se da una mayoría de mujeres, ya que son el 67,45% de quienes reciben esta ayuda. La explicación está en que, de nuevo, son las mujeres las que tienen los peores empleos, los menos cualificados y peor remunerados, además de contar con más contratos a tiempo parcial y de tipo precario. De ahí que, aunque trabajen, necesiten completar unos ingresos claramente insuficientes.

Por el contrario, el peso del colectivo femenino es inferior cuando se analizan los datos de perceptores de ayudas por su origen: las mujeres solo suponen el 48,4% de los 15.082 beneficiarios extranjeros y su presencia es más baja entre los nacidos en países de Asia (son el 24,16% del total de esa procedencia), entre los del Magreb (34%), y los del África subsahariana (38,5%).

Por territorios históricos, la mayoría femenina entre las personas que reciben una RGI se ajusta más a la media de Euskadi en Gipuzkoa, donde de los 12.973 perceptores el 57,7% (7.491) son mujeres. Mientras que en Araba (con el 54,3%) el porcentaje es inferior a la tasa media de la CAV y en Bizkaia se supera en un punto porcentual (58,7%).