Gasteiz - Marian Martínez de Pancorbo considera que la huelga es un acto simbólico necesario. “En esta sociedad hay que visibilizar. Si no tiene una visibilidad, si no se le dedican estos espacios, estos tiempos, se olvida, pese al esfuerzo diario por sentirnos iguales. La principal función de la huelga es la visibilización”, sostiene la directora del Banco de ADN de la UPV/EHU. “Parece que ya teníamos que haber superado esta fase. Estamos en 2019 y todavía hay que hacerlo visible. Me temo que en 2025 alguien dirá algo parecido. Debe de ser un recordatorio a la sociedad en general, pero en particular a nosotras mismas”, lanza.

Para Pancorbo, “cuando seamos capaces de valorar realmente cuando habla una mujer, estaremos empezando a andar el camino”. “Cuando un hombre habla no se cuestiona lo que está diciendo, por el mero hecho de ser un hombre, en cambio, si lo dice una mujer, no se toma en cuestión hasta que se demuestra que tiene razón. Y para observar eso no hace falta ir al Congreso, al Parlamento, a una asamblea universitaria... eso pasa en el día a día”, lamenta. Considera que no se trata de una cuestión generacional. “Podríamos decir que las nuevas generaciones han perdido ya eso y no es así. Puedes observar perfectamente en la gente joven cómo cuando habla un hombre se le concede automáticamente un valor y cómo una mujer se lo tiene que ganar”, continúa.

Según la directora del Banco de ADN de la UPV/EHU, el problema no es exclusivo de los hombres. “Yo no soy muy partidaria de decir que nuestras dificultades se deben exclusivamente a los demás o que se deben a las instituciones, las dificultades muchas veces son limitaciones que tenemos que superar nosotras mismas, porque nuestra cultura nos ha modelado de una determinada manera y esa modelación es la que tenemos que ir tratando de romper. Eso se hace desde que somos muy pequeñas. Muchas veces protegemos mucho a unos frente a otros y esa protección pasa factura. En nuestra generación, la protección nos privó de ciertas formaciones. A las niñas hay que empujarlas, no sobrepotegerlas, empujarlas a que tengan confianza y a que sean capaces de actuar en condiciones normales”, analiza Pancorbo.

“Si no somos capaces de empujar a las niñas igual que a los niños no podemos esperar que, después de unos años, tengan el mismo comportamiento”, continúa. Como consecuencia de esa falta de confianza, Pancorbo cree que las mujeres “no somos decididas a la hora de dar un paso adelante, a exponernos, de entrada nos lo pensamos mucho”.

Carrera científica En cuanto a la carrera científica, la directora del Banco de ADN de la UPV/EHU observa cómo todavía, a nivel internacional, “son prácticamente hombres los que están en los puestos de visibilidad”. “Eso no significa que en su equipo no haya grandes científicas, realmente brillantes y eficaces, pero siempre a la sombra visible de un hombre, se repite la historia. Por eso es un problema de visibilidad y por eso es tan importante la huelga y la visibilidad”, apunta.

¿Cuántos referentes femeninos tenemos en estos momentos en ciencia? “Margarita Salas y María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. ¿Eso significa que solo hay dos? Claro que no, pero son las que vemos”, lamenta Pancorbo.