BILBAO - El Gobierno vasco ha aprobado esta semana el quinto Plan vasco de Formación Profesional. ¿Qué persigue?

-Que la Formación Profesional (FP) esté preparada a la cantidad de cambios en el sistema productivo que nos van a venir en un futuro próximo. La cuarta revolución industrial nos ha obligado a trasformar cosas que estamos haciendo y empezar a preparar cosas que no hacíamos. Los sistemas inteligentes, la robótica, la ciberseguridad, la conectividad digital, en definitiva, la digitalización, nos obliga a trabajar de otra manera. Tenemos el plan para ir preparando de forma escalonada todos los centros para que formen al alumnado en las competencias necesarias de esa nueva realidad.

El plan está dotado con 153 millones de euros. ¿Es suficiente para lo que plantea?

-Nunca es suficiente, pero es una inversión fuerte que nos va a dar la posibilidad de hacer cosas muy importantes como la transformación del aprendizaje en base a retos, pero también la organización de los centros, la creación de nuevos espacios, etc.

Plantea crear un observatorio de aprendizajes futuros. Parece más el título de una novela del realismo mágico que un tema de FP.

-Sí, se va a crear un Instituto Vasco de Aprendizajes Futuros que efectivamente tendrá un observatorio. Debemos tener cuatro capacidades. Una es la capacidad de adaptación a las situaciones; capacidad de reacción, esa rapidez que hemos ido adquiriendo los últimos años; capacidad de anticipación, ser capaces de prever las cosas que van a venir y adecuar el sistema para que esté preparado cuando lleguen, y la disrupción, la capacidad de hacer cosas que antes no hacíamos.

Y el observatorio tiene que ver con esa anticipación, ¿no?

-¿Cómo podemos preparar algo que no sabemos que va a venir? Necesitábamos tener un instrumento que nos permitiera definir las líneas de la FP a tres años vista. En el observatorio vamos a trabajar con las empresas más avanzadas de Euskadi para adecuar la formación a los nuevos tipos de producción y negocio que prevén implantar; vamos a trabajar en la prospectiva, en la vigilancia tecnológica? En base a toda esa información, el instituto va a preparar a profesionales antes de que lleguen esos trabajos futuros.

Creo que ya han realizado alguna experiencia piloto.

-Lo hicimos con ciberseguridad. Debido al manejo de datos e información de la industria 4.0 sabíamos que se necesitarían técnicos en ciberseguridad, que no había. Nos planteamos si éramos capaces de preparar técnicos en ciberseguridad en dos años y la experiencia fue un éxito ya que los catorce estudiantes están ahora trabajando. Fuimos capaces de definir con las empresas las necesidades que iban a tener a dos años vista, el perfil profesional y ofrecer la capacitación.

Pero no está hablando de un nuevo ciclo.

-No, de una especialización. Como sabe, el catálogo de cualificaciones profesionales lo establece el Ministerio, pero las comunidades tenemos un margen del 45% para fijar los contenidos del currículum y nosotros lo exprimimos al máximo. De hecho, el Ministerio nos ha pedido información sobre esta especialización y han empezado a trabajar en ella.

También quieren hacer un Campus Internacional de FP. ¿Para qué?

-Queremos atraer a estudiantes y docentes de fuera de la CAV para que se formen entre nosotros y, en la medida de nuestras necesidades, retener aquí el talento. Queremos dar un marco estable a algo que ya estamos haciendo a pequeña escala. Han venido a formarse alumnos chilenos, ahora va a venir un grupo de Estados Unidos, han venido profesorado de Namibia y de países europeos como Suecia, que pretenden hacer un modelo como el nuestro? Nos interesa que vengan, además, para fortalecer internacionalmente la marca FP vasca. Para ello hay que organizar la residencia, las comidas, las actividades, la formación durante el tiempo de estancia y de eso se encargará el campus. Por ejemplo, los chilenos vienen entre cuatro y nueve meses a formarse para retornar a Chile. Además, el campus dará a apoyo a las empresas vascas en el exterior.

¿Cómo?

-Cada vez hay más empresas vascas con plantas en el extranjero y, en ocasiones, tienen problema de mano de obra cualificada. Con este campus tendrán la oportunidad de reforzar la cualificación de sus trabajadores, bien enviándolos aquí o mandando profesorado a ese país durante un tiempo. Tenemos una experiencia interesante con México. En estos momentos tenemos mexicanos que trabajan en empresas vascas allí formándose con nosotros para reforzar su cualificación y trabajar al nivel de calidad que necesita la empresa.

Todo el plan pivota en los entornos 4.0, pero más de la mitad del alumnado no estudia en ciclos industriales. Si el futuro es ese, ¿no cree que ha llegado la hora de revisar la oferta formativa para eliminar los ciclos más anticuados o que no tienen encaje en el mercado?

-Cuando hablamos de formación 4.0 se asocia a la industria, pero la digitalización, la conectividad, va a afectar a todo: a agricultura, salud, servicios, hostelería, turismo o a la industria. Cuando hablamos de formación 4.0 hablamos de todos los sectores, de adecuar todos los ciclos a las nuevas competencias que requiere el nuevo contexto. Es verdad que incidimos en los ciclos industriales porque el número y la calidad de los empleos es mayor que en otros sectores. Otra cosa es que regulemos los ciclos en función de la empleabilidad. En los ámbitos en los que hay más empleabilidad ofertamos más plazas y donde hay menos, no las cerramos, pero las reducimos para no crear grandes bolsas de desempleo al finalizar los estudios.

El presente y el futuro pasan por el conocimiento del inglés. ¿Es una asignatura pendiente?

-Va mejorando porque los chicos y chicas vienen con mayor nivel desde Secundaria y Bachiller. Va mejorando, aunque aún tenemos mucho margen de mejora. El inglés, como la informática, son herramientas fundamentales de vida. Estamos implantando ciclos formativos trilingües para que cojan soltura, pero todavía queda trabajo por delante.

El 10% de los estudiantes de la UPV/EHU llegan desde la FP. Está claro que la pasarela FP-Universidad funciona. ¿Para cuándo una pasarela a la inversa, Universidad-FP?

-Hay mucha gente de FP que llega desde la universidad por diferentes motivos. Con la viceconsejería de Universidades trabajamos en esa pasarela que reconoce ciertos créditos al alumnado que va a la universidad desde la FP o creando unos itinerarios específicos, lo que llamamos el 2+3. En ese contexto nos hemos encontrado con un problema, que no es nuestro, sino del Estado. El Estado español permite que la FP continúe por la universidad, pero no tiene previsto que un estudiante universitario pase a la FP favoreciendo ese paso, lo cual no tiene ningún sentido.

¿El Gobierno vasco tiene competencias para solucionarlo?

-Estamos trabajando en esas pasarelas de ida y vuelta, que reconozcan el conocimiento adquirido en la universidad.

Han hablado con Madrid, ¿les van a permitir hacer esa pasarela de dos direcciones?

-Sí, cuando les hemos planteado la situación se han dado cuenta de que hay que buscar una solución porque es una cosa positiva para la juventud. Es interesante que alguien que sin terminar la carrera, porque tenga un bache o simplemente tenga nuevos intereses, pueda estudiar FP y se le reconozca esa parte de los estudios universitarios.

¿Incluso sin haber acabado la carrera?

-Sí, por supuesto, podría ser perfectamente. Hay que verlo. Hay que ver lo que ha estudiado, qué se le puede reconocer y facilitar el acceso.

Esta semana ha estado de visita por Euskadi la ministra Isabel Celaá. ¿Ha tenido oportunidad de trasladarle su preocupación por las consecuencias del decreto que obliga a dar de alta en la Seguridad Social a los becarios?

-Sí, por supuesto. Pero desde que conocimos el decreto estamos en conversaciones con el Ministerio de Educación, que son los primeros preocupados por el decreto que aprobó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Ahí ha habido un descontrol porque, como nos han comentado, no pensaban que afectaba a las prácticas curriculares de la FP. Aquí se ha generado bastante confusión porque se ha trasladado que solo afectaba a la universidad. Las prácticas curriculares, tanto en FP como en la universidad, son estudios obligatorios, no son una práctica voluntaria. Por ejemplo, en la FP dual en Euskadi, las prácticas no son curriculares. Todo el alumnado en dual paga a la Seguridad Social con los contratos de aprendizaje y, si es con beca, tienen una remuneración. Lo tenemos muy bien regulado. ¿Qué ocurre con este decreto? Que la Formación en Centros de Trabajo es un módulo más de los ciclos, por tanto obligatorio para obtener el título, y no puedes pedir a un estudiante que cotice porque tiene ya un seguro escolar que es incompatible. El problema ahora es cómo logramos esa exención.

El decreto está en vigor, ¿ha afectado de alguna manera a las prácticas previstas para este curso?

-No, ni afecta ni va a afectar, porque primero se dieron un plazo de tres meses para desarrollar la normativa. El plazo se ha aumentado ya a un año y esto es que no se puede poner en marcha, saben que hay que pararlo, ya que no se puede poner en marcha tal y como lo han planteado porque es inviable. No es que lo diga yo, lo dice la ministra, el secretario de Estado... y creo que todos estamos en línea con este planteamiento porque la obligatoriedad de cotizar no se sostiene. Este decreto genera una gran problemática a las empresas porque exige unos trámites muy complejos?

Además del gasto.

-Aparte del gasto, evidentemente, que siempre es un dinero.

El adelanto electoral no ayuda mucho.

-Van a tener que solucionar antes este problema y desde luego a los centros les hemos avisado que estén tranquilos porque esto este año no se va a poner en marcha y no se va a poner en marcha después.

No puedo dejar de preguntarle por los encierros que están protagonizando los profesores técnicos por su imposibilidad de presentarse a la OPE al carecer de título superior. ¿Va a facilitar que se presenten?

-Más que por la titulación es porque Madrid les ha exigido que tengan una experiencia desde 2007.

Este colectivo de 200 profesores técnicos que dejaron su trabajo en el sector privado para dedicarse a la docencia hablan del problema de la falta de titulación.

-Las dos cosas generan un problema. Personalmente, como viceconsejero de Formación Profesional, creo que estos profesores tienen que poder participar en las oposiciones, sin lugar a duda, y es en lo que está trabajando este Departamento. El problema está en el Ministerio de Educación, que es quien regula esto. De cara a la OPE de 2020 el equipo jurídico nos ha trasladado que este colectivo no se puede presentar porque no cumple con la normativa estatal. Si los jurídicos nos indican que no se puede hacer, no se puede hacer y lo que estamos haciendo es buscar una solución.

¿Cuál?

-Estamos estudiando cómo cambiar la normativa para que puedan participar en las oposiciones de 2020, que es lo que personalmente creo que es lo que debería pasar. Es más, a la FP le interesa mucho que puedan participar en la OPE porque pueden impartir las clases mejor que nadie. Por lo tanto, tanto la viceconsejería de FP como el Departamento de Educación estamos trabajando para ver cómo solucionamos esto cuanto antes.

¿Cómo?

-Estamos hablando con el Ministerio para articular la posibilidad de que este colectivo se pueda presentar a la OPE porque somos muy conscientes de la importancia que tiene, no solo para esos profesores y profesoras, sino para el propio sistema de FP.

Teniendo en cuenta la inestabilidad política en España y los ritmos que suelen llevar, ¿cree que esa solución llegará a tiempo, si es que llega?

-Nunca puedes dar una garantía pero esperemos que sí, porque a pesar de que haya elecciones, la maquinaria de la Administración sigue funcionando.

¿Por qué ahora se exige ese requisito si la normativa es de 2007, cuando en la OPE del año pasado no se exigió?

-Porque este año ha habido un informe jurídico que nos advertía de que no se podía hacer y no nos lo podemos saltar. Tenemos que ver cómo lo hacemos para poder hacerlo de una manera legal y el Estado nos autorice a hacerlo como creemos que se debe hacer. Yo creo que lo conseguiremos, sinceramente.