Irun - Irun recordó ayer a la vecina del municipio Nagore Laffage diez años después de que la joven perdiera la vida a manos de José Diego Yllanes tras haberse negado a mantener relaciones sexuales durante las fiestas de San Fermín. Por tal motivo, el Ayuntamiento y las asociaciones de mujeres de la ciudad colocaron una pancarta de homenaje en la balconada del Consistorio.
Pasadas las 10.00 horas, Asun Casasola, madre de Nagore, y representantes de las propias asociaciones, con un pañuelo morado al cuello, colgaron una pancarta que permaneció toda la jornada, en la que se puede leer Por tu ausencia, Nagore, zure oroimenez. Según el Consistorio guipuzcoano, se trata de “un acto simbólico con el que la ciudad y las asociaciones de mujeres quieren mantener este día viva y presente a Nagore y a su familia”. Además, el ayuntamiento irunés se iluminó de morado durante la noche, al igual que hizo el Ayuntamiento de Iruñea.
Asun Casasola ya fue la responsable este año del saludo oficial en el inicio de las fiestas de San Pedro y San Marcial. Además, la asociación Erretxinduak realizó un homenaje el pasado mes de mayo en Irun y el alcalde, José Antonio Santano, estuvo también presente en los actos de recuerdo a Nagore celebrados el pasado 2 de julio en Iruñea.
En declaraciones a los medios, Asun Casasola, madre de Nagore Laffage, valoró que en los últimos años la sociedad haya empezado a salir a la calle y protestar ante casos como el sufrido por su hija y confió en que ello suponga “un cambio para que se modifiquen las leyes”. Casasola mostró su esperanza porque actos como el de ayer sirvan para que no se repitan las agresiones sexuales “como las de La Manada” en los Sanfermines de 2016 y las mujeres puedan disfrutar de las fiestas “en libertad y con tranquilidad”.
Santano, por su parte, destacó la “fortaleza” de Casasola, una mujer que constituye “un ejemplo” con su actitud de denuncia de la violencia sexual tras la muerte de su hija e incidió en el mensaje de que “no es no”. De este modo la ciudad de Irun rememoró los hechos que tuvieron lugar el 7 de julio de 2008 en Iruñea, cuando el psiquiatra José Diego Yllanes mató a la joven estudiante de Enfermería cuando se negó a mantener relaciones sexuales con él. El jurado que le juzgó consideró probada su culpabilidad en hechos que constituyen un delito de homicidio y no de asesinato, como pedían las acusaciones. Fue condenado a doce años y medio de cárcel y en la actualidad se encuentra en régimen de semilibertad. - Efe