Bilbao - Cáritas no forma parte de las entidades que se encargan de la primera acogida de refugiados e inmigrantes, pero sí atiende a muchas de estas personas cuando se les agotan los recursos iniciales o deciden iniciar un proceso de estancia a medio o largo plazo.
¿Tras el aluvión de pateras en el Estrecho y acontecimientos como la llegada del ‘Aquarius’ tenéis que atender a más inmigrantes?
-En los puntos de acogida notamos que está llegando gente que lleva muy poco tiempo en la península. No sé si es un volumen excesivo, porque habría que comparar los datos, pero sí vemos gente que no lleva demasiado tiempo y vienen demandando, en principio, la satisfacción de necesidades básicas. Más adelante ya piden un proceso de acompañamiento e integración.
Aunque no deis la primera asistencia, ¿os repercute la llegada de una gran cantidad de personas?
-Al no ser una entidad de primera acogida ese primer impacto no lo vemos pero sí es cierto que muchas de esas personas enseguida empiezan a llegar a Cáritas. En el caso de los solicitantes de protección internacional, como el sistema de acogida integral estatal les ofrece más protección que a los migrantes económicos, empiezan a llegar a Cáritas cuando se van agotando las fases que tienen establecidas.
¿Qué tipo de ayuda solicitan?
-La labor que hacemos es de complementariedad con las entidades que trabajan en el sistema estatal, apoyando en los procesos de acompañamiento con algunos servicios o prestaciones que no entran en el sistema, por ejemplo la atención psicológica a menores o a familias, ya que vienen de unas situaciones de mucha tensión, en ocasiones con estrés postraumático y tras vivir situaciones de mucho sufrimiento. También podemos prestar algún apoyo económico. Pero como en las dos primeras fases del sistema de acogida eso más o menos está cubierto nosotros empezamos a actuar a partir de la tercera fase, cuando ya tienen un menor grado de protección y vienen a Cáritas.
¿Y los migrantes económicos?
-En el caso de estas personas, a las que se aplica la Ley de Extranjería, la protección que tienen es menor. Cuando pueden permanecen en algún recurso asistencial durante tres meses, o menos, y luego salen, de manera que la intervención en esos casos debe ser más amplia. El grado de acompañamiento que exige este grupo es mayor porque no tienen los recursos públicos de los solicitantes de protección.
Se dice que muchos solo están en tránsito.
-Algunos explicitan su deseo de seguir viajando a otro país donde tienen algún conocido o una red de apoyo familiar, pero en otros casos necesitan conocer los recursos de la zona, estar asesorados desde el punto de vista jurídico y saber qué posibilidades tienen de solicitar su regularización.