Bilbao - Cualquier decisión política o empresarial tiene implicaciones sociales, económicas, ambientales,? Por eso, tal y como subraya Javier Cortés (Bilbao, 1970) la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son fundamentales para fijar la nueva correlación de fuerzas en la que todos los agentes deben compartir meta y en la que la sociedad civil, cada vez más exigente y participativa gracias a las nuevas tecnologías, se convierte en palanca para el cambio. “La ciudadanía vota todos los días qué premia y qué no” sintetiza este bilbaino nacido en Indautxu, residente en Nueva York, y practicante y divulgador del credo ganar-ganar [empresa-ONG, gobierno-ciudadanía, por ejemplo], una hoja de ruta que, en palabras de este cicerone de los ODS “busca cambiar los patrones de crecimiento hacia el bien común y consolidar la cohesión social”.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluidos en la Agenda 2030 marcan el camino hacia un planeta sostenible, cohesionado, interconectado, igualitario? ¿pero cuántas piedras hay por el camino? ¿Y quién las pone, las empresas, los gobiernos, la ciudadanía??

-Esta Agenda 2030 parte de un proceso de diálogo y consenso entre todos los actores que hoy día conforman el paradigma político, social y económico del mundo. Además, con la tecnología no podemos solo hablar de la responsabilidad de las políticas públicas para abordar temas de sostenibilidad. Es necesaria la corresponsabilidad: cada uno en su rol. Ahí convinieron Naciones Unidas y sociedad civil, mundo empresarial, académico y la ciudadanía, todos convocados a aportar. Ese fue el consenso plasmado en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que no se aplicarán de arriba hacia abajo. La Agenda 2030 no llega desde Nueva York. Se construirá de abajo a arriba, desde cada territorio, buscando cómo cada uno de esos actores social económicos, empresariales políticos se alinean para conseguir impactos positivos en cada uno de esos objetivos.

¿Pero entonces?

-El gran valor de esto, y uno de los elementos que nos permite ser más optimistas en el logro de estos objetivos tan indivisibles, es que está alineado con el ADN de cada uno de esos actores. Es decir, mejora la capacidad hacer negocios, la competitividad empresarial... Alinearte con objetivos compartidos mejora la capacidad de hacer políticas públicas, de responder y rendir cuentas ante la ciudadanía de manera cotidiana, mejora la capacidad de la sociedad civil de articular palancas que premien el interés común y castiguen también a quien vulnere los contratos sociales basados en hechos objetivos? Y mejora el ADN ciudadano, la cohesión social?

¿Y cuáles podrían ser o son ya los desafíos a los que se enfrente la Agenda 2030 y los ODS?

-Los desafíos son el no conocimiento de esta agenda común y compartida. Hay que darla a conocer. Es importante también el generar capacidades para conseguir impactos positivos y que la agenda no sea simplemente un ejercicio de lavado de cara.

Un lavado de cara para quién ¿Por qué hay muchos actores implicados?

-Precisamente otro desafío también es ser capaces de construir espacios de diálogo entre todos los actores públicos y privados, empezar a definir cuáles son las mejores formulaciones de política pública para avanzar en esta agenda. Es decir, el papel que tienen los Estados, los gobiernos locales,? en pos de metas compartidas. Y en esa formulación, sumar a un sector empresarial con el que compartes indicadores. Es decir, sacar este dialogo público-privado en el que habitualmente se pelean marcos fiscales y de regulación, para buscar enfoques colaborativos entre todos los actores.

Ufffff.

-Esa es la gran revolución, empezar a hacer circular y fluir espacios de diálogo multiactor donde se sienten todos los actores, porque todos tienen una silla en esta agenda. Todo ello nos permitirá explorar sinergias y formular las políticas públicas desde el lado de la oferta y no solo desde la demanda.

Confianza es la palabra clave porque los ODS no son jurídicamente vinculantes?

-Exactamente. El cambio de paradigma hace tan relevante que sea la confianza un elemento absolutamente indispensable para seguir generando negocio de una manera legítima y continuada; haciendo beneficios a medio-largo plazo para las empresas.

Negocios, beneficios?

-La Agenda 2030 pone los renglones rectos sobre cómo hacer converger los intereses empresariales con los de las políticas públicas y la ciudadanía. Todos los días vemos desafíos para las políticas públicas por parte de democracias cada más participativas frente a la tradicional democracia más representativa. Esto exige que los gobiernos y las políticas públicas tengan la capacidad de rendir cuentas a diario, demostrar que están mejorando la capacidad de vida de las personas en aspectos como la desigualdad, la pobreza, salud, paz, estabilidad, derechos humanos, toda una serie de asientos donde lo social, lo político, lo económico y lo ambiental se combinan en beneficio de todos.

En cualquier caso, siempre hablamos de beneficio?

-Aquellas empresas que alineen sus estrategias de negocio con esos objetivos compartidos con la sociedad serán capaces de aprovechar esos incentivos de mercado que las nuevas sociedades exigen. Te exigen que seas capaz de generar confianza para operar. Y esa confianza la podrás rentabilizar con inversores.

Pues el modelo actual sigue generando desigualdad, pobreza?

-Los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 responden a unos patrones de crecimiento que no han internalizado las externalidades negativas que generaban en su toma de decisiones. Se operaba a corto plazo. No se contabilizaba el impacto negativo que generaban esas externalidades negativas que empiezan a costar.

Llevamos un rato hablando de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero ¿cree usted que la juventud, motor del cambio, sabe cuáles son o qué es la Agenda 2030?

-Es una agenda que todavía tiene dos años de vida. Está empezando a expandirse. La Agenda debe capilarizar en los territorios, donde debe construirse porque es donde se genera la confianza real si mejoras la calidad de vida de tu comunidad, si proteges un río? pero si lo depredas se vulnera esa confianza?

En España se ha creado recientemente un órgano interinstitucional para empezar a trabajar precisamente los ODS.

-Es una buena noticia. Lo hace tarde, pero bueno.... América Latina va a toda velocidad. Lo bueno de sumarte más tarde es que ya tienes lecciones aprendidas? Pero volviendo a la juventud. Igual todavía no conoce los Objetivos de Desarrollo Sostenible pero lo que sí motiva a la juventud de modo central es la sostenibilidad como valor fundamental.

Eso es cierto, ahí están los ‘milenials’.

-La juventud se mueve en una frecuencia distinta a otras generaciones. Les afecta más directamente, se mueven por conceptos de sostenibilidad y son una palanca de cambio. Es un salto intergeneracional. Por eso el trabajo de las universidades y la Academia es central para que todas las personas desde Primaria o Secundaria tengan esa conciencia porque serán los tomadores de decisiones políticas, empresariales, ciudadanas?

Y de su propio domicilio.

-Exactamente. Por eso la enseñanza es fundamental. Los ODS suponen la regeneración del mundo académico, de todas las áreas del conocimiento.

En Euskadi se ha trabajado en materia ambiental, de sostenibilidad, etc., pero entiendo que habría que unificar todo eso y alinearlo para confluir en ese desarrollo, igualitario, sostenible?. Y eso no se hace de hoy para mañana.

-Dices bien. Euskadi ha trabajado mucho y de manera muy de vanguardia en muchos ámbitos de sostenibilidad, ambientales, de cohesión social,? Va por delante y esta Agenda 2030 le va pintiparada porque permite que todas esas acciones de distintas políticas públicas busquen esa integralidad y puedan consolidarse en una agenda que se construya desde cada realidad local y que al mismo tiempo te conecte directamente con la realidad global e internacional que avanza de manera sistemática y homogéneo en más de 190 países. Eso tiene un potencial de generar valor agregado, político, social, empresarial y de palanca social importantísimo.

Se ha dicho que es una Agenda muy centrada en el sector privado. Más aun cuando la sociedad civil está más organizada que nunca y las tecnologías elevan el nivel de empoderamiento de la sociedad? ¿Lo comparte?

-Creo que no. De hecho, no se puede entender un factor sin los demás. La potencialidad de esta agenda es que se basa en la interconexión y transparencia entre actores. La ciudadanía vota todos los días qué premia y qué no. La palanca de cambio es la ciudadanía que permite construir nuevos consensos y contratos sociales en torno a objetivos de sostenibilidad que requiere de la actividad política, empresarial y social. Y no es que sea muy empresarial, es que la empresa es un vector transformador de primer nivel a favor de construir sostenibilidad.

Trabajo por delante hay entonces.

-Hay que cambiar la racionalidad empresarial cortoplacista, aquella que no incorpora las externalidades negativas, y para que sea exitosa en este nuevo contexto debe alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la comunidad donde opera. Esa nueva racionalidad empresarial debe centrarse en la forma en que contrata, del modo en que gestiona sus recursos humanos, sus cadenas logísticas, sus políticas de comunicación y publicidad?, En definitiva, buscar un impacto positivo con objetivos que comparte con el resto de la sociedad.

Eso que me dice va más allá de las donaciones o de patrocinar actos solidarios. Ahora se reconoce el rol transformador del sector privado y se le emplaza a que asuma su responsabilidad.

-Se le dice que tiene la potencialidad de cambiar el paisaje en aras de la sostenibilidad. Esta Agenda busca cambiar los patrones de crecimiento hacia el bien común y consolidar la cohesión social.

¿Y el Estado?

-Debe recuperar el rol como actor económico diseñando política industrial, política territorial, diseñando política de infraestructuras que busque un impacto positivo en esos objetivos compartidos con la sociedad; que busque reducir la desigualdad de género, territorial y social, que busque mayor sostenibilidad ambiental, mejores servicios públicos, acceso a la educación,? objetivos que comparten la sociedad, las empresas y las políticas públicas a medio-largo plazo.

Y en 2030 ¿habrá que formular otra Agenda, otro vademécum para salvar al planeta?

-Quizás no lleguemos a tiempo para ciertas cosas. Hablabas al principio de las piedras en el camino y los desafíos no son entelequias, son reales. Este año por ejemplo ha sido el peor en materia de calentamiento global y el tema de los 2 grados centígrados está lejos de conseguirse? Este es el desafío generacional, de la Humanidad y del planeta para los próximos 15 años.