Bilbao - El País Vasco tiene actualmente 41.317 hectáreas de superficie artificial. Esto supone que la ocupación del suelo con construcciones e infraestructuras alcanza al 5,83% de la superficie total (708.900 hectáreas). Con este porcentaje Euskadi se sitúa como la cuarta comunidad del Estado español con más superficie artificial en relación a su extensión -le superan Madrid, Canarias y la Comunidad Valenciana-, debido sobre todo al crecimiento de los ejes urbanos y zonas adyacentes, donde, además, se concentra la mayor parte de la población. Un aspecto positivo del desarrollo urbanístico vasco es que cuenta con una de las mayores proporciones de zonas verdes dentro de los núcleos urbanos.

El Observatorio de la Sostenibilidad, que este verano alertó del alto ritmo de urbanización y ocupación de la costa vasca, ha elaborado un nuevo informe en el que analiza el grado de artificialización registrado por la superficie peninsular desde el año 1987. Según este informe, la tasa de superficie artificial respecto a la superficie total del País Vasco -el 5,83%- supera ampliamente la media estatal, que está en el 2,42%, tras haber registrado un crecimiento relativo del 75% -el 55% en el conjunto del Estado- desde 1987.

El informe 25 años urbanizando España: La generación que multiplicó la superficie artificial de una forma insostenible 1987-2011 (URB16), realizado por el Observatorio de la Sostenibilidad está basado en el proyecto Corine Land Cover elaborado por el Instituto Geográfico Nacional, describe y analiza los cambios en superficie artificial ocurridos en España durante una generación y propone una política inteligente y prudente de cambios de ocupación del suelo en el país. Según explica el Observatorio de la Sostenibilidad, “por suelo artificial se entienden las zonas urbanas, las zonas industriales, comerciales y de transportes, las zonas de extracción minera, vertederos y de construcción y las zonas verdes artificiales, no agrícolas”. La metodología del proyecto Corine Land Cover es la establecida por la Agencia Europea de Medio Ambiente, a partir de la fotointerpretación de imágenes de satélite. Según esta metodología, la superficie total de cada uno de los Estados europeos se clasifica en cinco grandes categorías: superficies artificiales; zonas agrícolas; zonas forestales con vegetación natural y espacios abiertos (que incluyen áreas con ninguna vegetación, como playas, dunas, glaciares y roquedos); zonas húmedas y superficies de agua.

el 40% son zonas urbanas En el caso de Euskadi, la superficie artificial ha crecido a razón de 2,02 hectáreas al día durante los últimos 25 años, lo que ha dado como resultado que el 48% de toda su superficie transformada por la intervención humana esté ocupada por industria, comercio y transportes y el 39,76% sean zonas urbanas. En total las urbes vascas ocupan 16.426 hectáreas y albergan un porcentaje muy importante de la población. El 43% de toda la superficie artificial del País Vasco ha sufrido su transformación a partir de 1987, lo que significa que en las tres últimas décadas se ha ocupado casi tanto suelo como en toda la historia anterior. Y es que, como indica el Observatorio, la urbanización es un proceso irreversible “por lo que hay que ser muy prudente en la utilización de suelos”. También señala que “si queremos tender hacia un futuro sostenible tendremos que modificar de una manera sustancial el uso que hacemos del suelo”.

Otra consecuencia de carácter fuertemente urbano es que Euskadi se sitúa en el primer puesto del indicador que relaciona la superficie de infraestructuras con la superficie urbana. Así este indicador alcanza un valor del 25%, lo que significa que por cada 4 hectáreas de suelo urbano hay una hectárea de infraestructuras. Las tres capitales de la CAV son los principales núcleos de suelo artificial: Bilbao prolonga su urbanización a lo largo del cauce del Nervión, la de Donostia alcanza Irun y llega hasta la muga, mientras que Gasteiz “se ha desarrollado dando origen a un núcleo más articulado alrededor de su centro”.

Según el informe, el País Vasco es “la segunda comunidad con más zonas verdes en relación con la superficie urbana (4,59%), tras la extremadamente ajardinada Madrid, aunque esta posición en el ranking no es tan alta cuando se ponen las zonas verdes en relación con la población, donde se encuentra en un valor muy similar al del conjunto del Estado”.

Pensar en el futuro La Comunidad Autónoma Vasca está en pleno proceso de revisión de su modelo territorial, con la actualización de las Directrices de Ordenación del Territorio que marcarán los usos del suelo hasta 2040. Esta revisión tiene en cuenta las previsiones que adelantan una regresión y un envejecimiento significativo de la población. Para establecer los principios que rigen la revisión de las DOT el Gobierno vasco ha tenido en cuenta “la limitación territorial”, lo que obliga a controlar el crecimiento de las ciudades y poner énfasis en la rehabilitación, la regeneración y la redensificación. Respecto al entorno natural, la revisión del modelo territorial tiene en cuenta “el servicio que ofrecen los ecosistemas” y que éstos requieren “un hábitat rural que los custodie”.

Según los expertos que han elaborado el informe, “el cambio en el uso del suelo es la principal amenaza ambiental” ya que sufriremos sus consecuencias a más corto plazo que las del cambio climático. “Sin lugar a dudas, el cambio en el uso del suelo es la principal amenaza para los próximos cincuenta años. Es decir, el cambio climático es muy importante, pero sus efectos van a ser más importantes más allá del año 2050; pero en los próximos cincuenta años el uso de la tierra va a tener más importancia que el cambio climático. De todos los procesos observados del cambio los más profundos y posiblemente trascendentes son aquellos relacionados con el crecimiento de la superficie artificial, especialmente por su carácter irreversible: la urbanización”, señala el catedrático de Biología de la Universidad de Brown (EE.UU.), Osvaldo Sala, autor principal de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, un informe elaborado por 1.360 expertos de 95 países a petición del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Poca planificación Desde el Observatorio de la Sostenibilidad se destaca que “en las tres últimas décadas en España se han producido procesos muy rápidos de ocupación del suelo sin prácticamente ninguna planificación, que han supuesto la desaparición de zonas vitales para la sostenibilidad como la ocupación de fértiles suelos de huerta, o de primera línea de costa o de zonas húmedas o bosques cuando se deberían de haber dejado estas zonas para generaciones futuras”.

Del análisis de los datos de ocupación del suelo en las últimas décadas se desprende que Nafarroa es la comunidad autónoma con mayor grado de transformación, ya que su tasa de cambio de suelo natural por artificial es del 139,53%. En la CAV esa tasa es del 75,02% -la sexta más alta del Estado- y la media estatal es del 55%. Sin embargo, en términos netos, Nafarroa -con 20.245 hectáreas- es la tercera autonomía con menos superficie artificial total -por detrás de La Rioja y Cantabria- y la CAV es la sexta -41.317 hectáreas artificializadas-.

En el conjunto del Estado español la superficie artificial supera los 1,2 millones de hectáreas, que suponen casi el 2,42% de la total, mientras que la superficie urbana supone unas 700.000 hectáreas. Así a cada 1.000 ciudadanos les corresponden casi 27 hectáreas de suelo artificial mientras en 1987 eran tan solo 21. La tasa de cambio en la superficie artificial ha sido de un 55% mientras la población ha aumentado tan solo un 21% en el mismo periodo.