Bilbao - Gorka Moreno, director de Ikuspegi, el Observatorio Vasco de la Inmigración, achaca a los medios de comunicación la visión que tiene la población de que las migraciones de jóvenes de la CAV han aumentado mucho durante los años de la crisis. “Los datos no confirman esta hipótesis. La imagen de que los jóvenes se van de Euskadi no se corresponde con la realidad. Las salidas han aumentado muy poco”, señala a la hora de valorar el informe del observatorio que ayer recogía DEIA. Contradice así la creencia popular de que gran cantidad de jóvenes han tenido que abandonar sus casas para trabajar o estudiar en el extranjero. Además, la mayoría de los que se han dirigido al extranjero eran ya jóvenes inmigrantes que, motivados por la crisis, han decidido salir. “Ha habido más salidas, pero han aumentado poco”, se esfuerza en recalcar.

Desde el inicio de siglo 4.000 jóvenes, tanto autóctonos como inmigrantes, abandonan cada año de media la Comunidad Autónoma Vasca. Según el informe que dio a conocer Ikuspegi, y tal y como confirma su director, “el 55% de las salidas en estos años se han producido en los años de la crisis, y el 45% de ellas durante los años de bonanza”. El año pasado 4.088 jóvenes emigraron o retornaron a sus países de origen. De hecho, las salidas de los jóvenes autóctonos son hoy en día menores que a comienzos de siglo. Las que sí se han disparado son las de jóvenes que ya eran inmigrantes, que han pasado de ser 171 en el 2.000 a 2.415 en el 2014. Ello ha sucedido como consecuencia directa del aumento de la inmigración durante los años de bonanza, y la decisión de algunos de ellos de abandonar la CAV cuando la crisis azotó a la economía. No obstante, también se aprecia una reducción en el número de salidas, que llegaron a su punto álgido en 2009 con 2.630 personas extranjeras que decidieron emigrar. “La inmensa mayoría de salidas son de extranjeros que, o bien retornan a sus países de origen, o bien vuelven a emigrar a un tercer país”. El año pasado los movimientos de jóvenes extranjeros a sus países de origen o a otro país fueron el 60% de las emigraciones.

“Los jóvenes se mueven principalmente para perfeccionar los estudios y para obtener nuevas experiencias”, indica Gorka Moreno sobre las principales razones que llevan a parte de la población de entre 18 y 34 años a emigrar. No obstante, también reconoce que hay una parte de estos traslados que están directamente relacionados con los efectos de la crisis. “Los movimientos sí han aumentado, pero no tanto como se piensa”.

También se observan cambios entre los destinos que eligen los jóvenes a la hora de moverse. Si entre 2000 y 2008, es decir, la época de bonanza económica, la mayoría de los traslados se hacían hacía otras comunidades autónomas del Estado español, “hoy en día el 48% de ellos van a otra comunidad autónoma y el 52% al extranjero”. Este porcentaje aumenta considerablemente entre los jóvenes extranjeros, ya que 7 de cada 10 de ellos se dirige a otro país.

“La población joven ha disminuido, pero no la general. Ello se debe a que se han hecho mayores”. Así explica Gorka Moreno que la población joven haya descendido en la CAV 10 puntos porcentuales en una década. Si en 2005 los jóvenes eran el 27% de la población, nueve años después, en el 2014, solo eran el 17%. Concretamente, el descenso ha alcanzado las 183.158 personas. No obstante, Gorka Moreno recalca que las cifras de salidas que se manejan no son “masivas”, al contrario de la creencia popular.

realidad distinta Pese a que estos datos reflejan que el flujo de jóvenes al extranjero no es tan grande como se cree, la forma de obtenerlos podría esconder una realidad menos positiva: que la cifra de jóvenes emigrados sea mayor. “Los datos no recogen la foto de la realidad al 100%. La cifra de jóvenes que se han marchado es posiblemente más alta, aunque sigue siendo menor de lo que se piensa”, matiza el director de Ikuspegi.

Ello se debe a que los datos que recoge el Observatorio Vasco de la Inmigración se basan en el padrón, que podría reflejar, por una parte, una cifra de jóvenes autóctonos que se han ido inferior a la cantidad real. Hay jóvenes que se trasladan por una temporada a otro país, pero que no se dan de baja del padrón ni se empadronan en el lugar al que se han trasladado, por lo que no se registran como emigrados. Por otra parte, mostraría una cifra mayor de jóvenes extranjeros que se han ido, pues estos tienen que renovar su inscripción en el padrón cada dos años, y en ocasiones no lo hacen a pesar de seguir viviendo en la CAV. No obstante, Gorka Moreno, director de Ikuspegi, señala que, pese a la imagen que se tiene, “no existen cifras de salidas masivas ”.