DONOSTIA. Una familiar de la víctima había denunciado ante la Ertzaintza que había detectado "movimientos extraños" en la cuenta bancaria de la nonagenaria, de la que en los dos últimos meses figuraban nueve extracciones en cajeros automáticos que sumaban más de 3.000 euros.

Los agentes abrieron una investigación y pudieron comprobar que la persona encargada del cuidado de la anciana, una mujer de 35 años, había sido la que había sacado el dinero.

La Ertzaintza arrestó ayer a la sospechosa, que está acusada de un delito de estafa y de uso fraudulento de tarjeta de crédito.