Bilbao - Hizo nombre en la calle en uno de los pocos cargos que se nombra con mayúsculas: Ararteko. El puesto le dio una visión panorámica de la sociedad. En realidad, algo más; es un hombre activo que ha bebido de mil y un fuentes. No por nada, es licenciado en Derecho, fue fundador de la asociación de homosexuales del País Vasco (Gehitu), profesor de la UPV/EHU y letrado de las Juntas Generales de Gipuzkoa. Quién mejor para ser nombrado presidente de honor de ehualumni, la penúltima apuesta de la Universidad del País Vasco.

¡Un lío más en su cabeza!

-Un lío ilusionante y maravilloso, sin duda.

¿No ha tardado demasiado la universidad pública vasca en acordarse de sus antiguos alumnos?

-Tenia que surgir y lo ha hecho tras un proceso de maduración ¿Tarde?, quizás sí, pero es un acierto pleno porque no es solo el recuento y el pago de una cuota de la gente que pasó por la UPV/EHU.

¿Qué más aporta?

-Han pasado más de 300.000 personas por sus aulas a lo largo de estos años y la idea es aprovechar todo ese caudal de conocimiento para crecer y desarrollarse a través de redes.

¿Mediante qué herramientas?

-Hay programas como el mentoring, una suerte de tutoriaje, o programas de formación y reciclaje para alguien que empieza o quiere cambiar de trabajo. O programas, como Embajador y cicerone, que recuperan el conocimiento que se fue de esta tierra.

Seguir estudiando tras una larga carrera o ponerse de nuevo a estudiar después de tanto tiempo no suena atractivo...

-La vida es un continuo aprendizaje, avanza a partir de esa evolución. Este proyecto supone, además, un compromiso de implicación con la sociedad vasca.

Me va usted a perdonar, pero... ¿No ha perdido peso el conocimiento académico en la sociedad?

-Es verdad que el mundo cambia a velocidad de vértigo. En dos décadas veremos cosas inimaginables pero los que saben de las sociedades de Primera División aseguran que el conocimiento será un valor crucial. Y yo añadiría uno más...

Dígame.

-El valor humano y ético de las personas. Algo que aquí he visto bastante.

De acuerdo, pero... ¿no falta formación práctica?

-Hay nuevas carreras que se enfocan hacia ese campo. Hay un nuevo mundo que demanda calidad y la universidad que no abra sus puertas está condenada a morir.

¿Qué hay de cierto en que la universidad pública anida el virus de la burocracia funcionaria?

-Es una idea equivocada e injusta, Hay excelentes profesionales que trabajan con vocación y motivación, que suman la investigación a la docencia, y otros que cumplen sin más. Pero no es muy diferente a lo que ocurre en la esfera privada.

¿Qué lección le dejó grabada el cargo de Ararteko que hoy le es útil?

-Como Ararteko y con mi compromiso en el activismo social: el trabajo en equipo. Creo firmemente en la generación de sinergias a través de la colaboración. Por eso considero que los primeros pasos de ehualumni son esenciales para sumar fuerzas.